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El daño colateral del gran hospital en Ifema: así queda desmantelada la atención primaria

La Consejería de Sanidad saca los efectivos para el hospital de campaña del recinto ferial de los centros de salud y los hospitales

Labores de acondicionamiento de camas en el hospital de campaña en Ifema, en Madrid,  el pasado 26 de marzo.
Labores de acondicionamiento de camas en el hospital de campaña en Ifema, en Madrid, el pasado 26 de marzo.HANDOUT (AFP)
Isabel Valdés

Este viernes, 54 centros de salud y consultorios locales de Madrid permanecieron cerrados, sin atención presencial; y desde el pasado domingo el Summa 112 y los centros de urgencias —que funcionaban por las noches y los fines de semana— tampoco prestan ya su servicio habitual. En los últimos días la Consejería de Sanidad de Madrid ha ido emitiendo comunicados con distintas directrices para reorganizar la atención primaria y conseguir los efectivos que le hacen falta para Ifema, el gran hospital de campaña que ha puesto en marcha la Comunidad. Este mismo sábado por la mañana, enviaban otra circular para informar que, de forma excepcional, abrían durante el fin de semana 91 puntos de atención sanitaria.

A los ciudadanos, debido a la crisis sanitaria, se les pide solicitar atención telefónica y no desplazarse a los centros salvo urgente necesidad. Y la Comunidad actualiza a diario en su web sobre coronavirus el listado de centros de salud y servicios de urgencias que permanecerán abiertos en cada jornada. Los ciudadanos que necesiten atención de su médico o enfermen deben, como primer paso, llamar a su centro de salud habitual.

Según el director médico del hospital de campaña en Ifema, Antonio Zapatero, en una semana ha tenido 610 ingresos y dado 198 altas. Pero de quiénes y cómo atenderán a esos pacientes no da datos actualizados: “Me equivocaría, pero la perspectiva final es tener alrededor de 400 médicos y 400 enfermeras”. Sí cuenta de dónde saldrán: “Hospitales y atención primaria”. En una primera ronda de recopilación de efectivos, pidieron “voluntarios” con la previsión de tener 200 profesionales de enfermería y 120 de medicina de familia por cada turno (mañana y tarde).

Madrid es la zona con las peores cifras en esta crisis de la Covid-19. Este viernes, el porcentaje respecto al total nacional fue del 30%, con 19.243 de los 64.059 de todo el país, y continúa siendo la región con mayor estrés en las unidades de críticos: 1.312 pacientes en esas camas (el 31,5% de todos los ingresados en España, 4.165). Acumula la mitad de fallecimientos: 2.412 de los que se registran hasta ahora, 4.858 (49,6%); aunque también la mayor parte de los curados, 5.044 de los 9.357 (el 53,9%).

Carga asistencial creciente

La presión asistencial sigue aumentando desde hace semanas. Las urgencias sufren desbordamientos a diario; las unidades de cuidados intensivos de algunos hospitales ya han duplicado y hasta triplicado su capacidad; las bajas de profesionales se multiplican; la falta de recursos materiales y humanos es cada vez más acuciante; y en los centros de salud las llamadas entrantes de pacientes y las salientes que realizan los médicos y enfermeras para hacer seguimiento telefónico no cesan.

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El megahospital de Ifema prevé llegar a las 1.300 camas a lo largo de la próxima semana

Con este panorama se comenzó a montar “el mayor hospital de España”, como repite desde hace una semana la Consejería de Sanidad, con una capacidad de hasta 5.000 camas. En la primera fase, la previsión era de 1.300 convencionales y 96 de UCI. De estas últimas no hay aún ninguna en marcha, confirma Zapatero: “Se empezarán a montar este fin de semana”. A pesar de ello, los 20 respiradores que recibió este viernes el Ayuntamiento de Madrid fueron directos al recinto ferial. En hasta ocho hospitales madrileños, los profesionales de estas unidades hablan de “medicina de guerra” ante la falta de este elemento indispensable para tratar a los pacientes más graves, que no pueden respirar por sí mismos.

“En Ifema todos tienen unos EPI [equipos de protección individual] estupendos, incluidos los celadores, y a los hospitales no llegan y están con bolsas de basura. ¿Quizás porque Ifema es el escaparate de la propaganda y se lo han encargado a un gestor de la empresa privada?”, se preguntan desde Comisiones Obreras. Al igual que Alda Recas, presidenta de la Asociación Madrileña de Enfermería Independiente (AME): “Ifema queda preciosa en la foto, con todas esas camas en fila. Pero no dicen que quieren montarlo a coste cero, a costa de desmantelar la atención primaria, la información que tenemos es que presionan para que vaya el 25% de la plantilla de cada centro”.

Una primaria castigada

Según Marciano Sánchez Bayle, de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad (FADSP), la atención primaria madrileña “ha sido especialmente castigada por los recortes impuestos por el Partido Popular”. El número de tarjetas sanitarias por profesional de enfermería y pediatra es el más alto de todo el país, el de medicina de familia está el segundo y el de administración el cuarto, según datos de la FADSP. “Es decir, que ya hay bastantes problemas para atender lo que hay con los efectivos que hay, la situación va a ser insostenible”.

La Comunidad cuenta con 266 centros de salud, 163 consultorios locales, un centro adscrito y 40 servicios de atención rural, la base del sistema sanitario

La Comunidad cuenta con 102 hospitales entre públicos y privados, 266 centros de salud, 163 consultorios locales, un centro adscrito y 40 Servicios de Atención Rural. Los de primaria, explica Recas, “son la base del sistema sanitario” y cree que “se olvida que los centros de salud manejan la población más vulnerable, como son los pacientes crónicos, mayores o con discapacidad que siguen teniendo sus patologías habituales, más el seguimiento por teléfono o a domicilio que se le hace a los casos leves de coronavirus”.

Según datos de la Consejería, ese seguimiento es a 49.867 pacientes en aislamiento. “En algunos centros hay hasta 800 llamadas al día”, especifica Marisa Fernández, portavoz de Sanidad de Comisiones Obreras en Madrid. Fernández asegura que la atención primaria es “solidaria”, pero no puede olvidar “la primera línea”. La población de Madrid está envejecida y las plantillas muy mermadas, es una combinación “peligrosa y no se pueden sacar profesionales de debajo de las piedras, las ratios por paciente ya son desastrosas”.

El primer filtro de derivación de casos

Desde que comenzó la crisis, la atención primaria se ha encargado de ser el primer filtro de los posibles contagios de Covid-19, derivando a los hospitales o prescribiendo el aislamiento según el cuadro clínico. “¿Qué va a pasar cuando los pacientes acudan a sus centros de salud habituales y se encuentren la puerta cerrada y nadie les coja el teléfono? Se irán a las urgencias de los hospitales”, advierte Recas, de la AME. El pasado miércoles le ocurrió a una vecina del barrio de Lucero, su padre tenía fiebre y asegura que llamaron varias veces: “Nadie nos cogió el teléfono, luego llamamos al de emergencia de coronavirus y tampoco. Acabamos en Urgencias, no he visto tanta gente en mi vida”.

Sindicatos, profesionales, el Colegio de Médicos de Madrid y el consejo científico de esta entidad a nivel nacional se posicionan contra esta reorganización de la atención primaria

El Colegio de Médicos de Madrid también se ha posicionado en contra de este vaciado del primer escalón del sistema sanitario y advierten de que “pueden derivar en un mayor uso y saturación de los servicios hospitalarios por parte de los pacientes al no disponer de su profesional y centro de referencia donde se discrimine de forma inicial como realizar su atención”.

Y desde la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad Pública (CAS) creen que aunque “no hay manera efectiva de evitar el colapso del sistema” y hay “un número inasumible de enfermos que necesitarán recursos de los que no se disponen, cerrar la atención primaria no es la solución”. Antonio Gómez, miembro de esta plataforma, pone como ejemplo el centro de salud Vicente Soldevilla, “que va a cerrar por orden de la Gerencia”. Ahí pueden hacer radiografías de tórax, un servicio esencial en esta crisis ya que “la principal complicación es la neumonía, que puede verse en la radiografía”.

Los residentes, “llamados a filas”

Una residente de cuarto año de baja por Covid-19, también miembro de CAS, explica que, en su entorno, “están casi todos contagiados”: “Estoy frustrada por no poder hacer nada, me gustaría poder ayudar a los compañeros con la carga que hay. No entiendo que Madrid no haya habilitado nada para poder acceder al programa y a la historia clínica desde casa. Podríamos agilizar mucho el trabajo del resto”.

Venimos para ayudar, no podemos hacer nada porque no hay pacientes suficientes y mientras, en mi hospital, faltan manos en cualquier parte
Residente de cuarto año en un hospital de Madrid

Los residentes madrileños (los que están haciendo la especialización) han sido “llamados a filas”, como explica uno de ellos de un hospital madrileño: “En una reunión esta semana nos dijeron que no había cambio en las condiciones laborales, pero sí más responsabilidades y que tendríamos que supervisar el trabajo de otros profesionales. Nosotros, que estamos sin terminar la especialización. Yo dije que ni hablar”. Otros, que sí han ido hasta Ifema, se quejan de la “inutilidad”: “Venimos para ayudar, no podemos hacer nada porque no hay pacientes suficientes y mientras, en mi hospital, faltan manos en cualquier parte”.

Desde el consejo científico del Colegio de Médicos apuntan a “la merma” que esto supone, tanto para la atención primaria como para los hospitales. “Ya se encuentran sobrecargados en este momento. Lo que necesitan es dotarse de recursos y no perderlos”, resume en un vídeo el doctor Jaime Barrio.

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Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

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