Ivorypress, élite artística
En el laboratorio de ideas coinciden los más relevantes protagonistas del arte actual por obra y gracia de Elena Ochoa Foster
Su laboratorio de ideas siempre está abierto a lo inesperado. Cualquier cosa puede ocurrir en Ivorypress, donde durante todo el año la actividad es incesante. Su fundadora, Elena Ochoa Foster, abre las puertas de su espacio tanto a la élite artística mundial como a novísimos talentos a los que aúpa con su apoyo. “La vida es un bumerán. Lo que das vuelve a ti multiplicado”, cree firmemente. Esta semana Hans Ulrich Obrist, tótem entre tótems del arte actual, ha participado en una charla y Blanca Miró Skoudy ha inaugurado su primera exposición individual en Madrid. “Como sostiene Jenny Holzer, todas las cosas están delicadamente interconectadas”. La frase de la artista se proyecta sobre una de las paredes en el sótano de la antigua imprenta.
Icónica rampa. A espaldas del complejo AZCA, lejos de galerías, museos y espacios similares, en la calle del Aviador Zorita, 46-48 se encuentra este lugar que conocen bien los más relevantes protagonistas del arte contemporáneo. Artistas, comisarios, galeristas y coleccionistas lo frecuentan desde hace 12 años. Todos han bajado su ya icónica rampa, trazada por Norman Foster, que conduce a la galería de 800 m², Ivorypress Space, donde han expuesto Gilbert & George, Olafur Eliasson o Ai Weiwei. Otro espacio contiguo, Space II, donde se celebran numerosas actividades y se inauguró con una exposición de dibujos de Andy Warhol, y una imponente librería completan un think tank que podría estar en Londres, Nueva York, París o en cualquier otra gran ciudad, pero la editora y comisaria de arte siempre quiso que estuviese en Madrid. “Madrid es mi ciudad. Es donde yo estudié, es el sitio al que siempre vuelvo. Madrid es mi lugar, mi nido”, compartía Elena Ochoa Foster durante un receso en su intensa agenda de estos días.
Libros únicos. Apasionada por su trabajo, la directora de Ivorypress lidera un sólido equipo que siempre está pensando en lo siguiente. “Todavía hay muchísimas cosas por hacer. Cada proyecto es un reto nuevo. No suelo pararme a pensar en lo que ya hemos hecho, pienso en lo que vamos a hacer mañana”. Todo comenzó hace casi 25 años, en una habitación en Londres, su primera oficina. “Era una pequeña habitación con un ordenador y un teléfono”. Allí las horas le pasaban sin darse cuenta persiguiendo su deseo: crear una editorial especializada en libros de artista. Convenció a Eduardo Chillida para el primero. Después a Anthony Caro, Anish Kapoor, Richard Long, Cai Guo-Qiang, Isidoro Valcárcel Medina o Anselm Kiefer, entre otros inaccesibles nombres con los que ella ha logrado trabajar estrechamente. “Un privilegio”. Libros únicos, en ediciones limitadísimas, que han viajado por todo el mundo, mostrándose en incontables exposiciones. Sólo hay un lugar donde se pueden descubrir todos: la sede madrileña de Ivorypress.
Constante curiosidad. Document, de Michal Rovner, es su último libro. Cada edición consta de quince hojas impresas en papel reciclado sobre las que se proyecta un vídeo. Lo presentó el miércoles la propia artista junto a Hans Ulrich Obrist, comisario y codirector de Serpetine Galleries, distinguido por Art Review dos veces como la personalidad más influyente del mundo en el arte contemporáneo. Elena Ochoa Foster alabó su constante curiosidad y lo definió ante los asistentes como “un extraordinario artista y un extraordinario escritor”. Amigos desde hace muchos años, han trabajado juntos en diversos proyectos. Ahora tienen una relación todavía más intensa, al ser Lady Foster of Thames Bank presidenta del Consejo de las Serpentine Galleries. En la presentación no faltaron momentos emotivos, como cuando la artista israelí habló sobre su trabajo en Auschwitz. “Hay que luchar contra el olvido a través de los libros, a través del arte”, concluía la artífice de la conversación, “Elena” para Ulrich Obrist, que pidió un aplauso para ella por su labor.
Lenguaje propio. La editora y comisaria de arte visita estudios de artistas constantemente. “Lo hago en todo el mundo, en España también. Lo que busco siempre en los artistas es que tengan un lenguaje propio”. En Cuba descubrió a Los Carpinteros, a quienes trajo, proporcionó estudio e impulsó. Su primera exposición en Europa fue en Ivorypress y después vinieron muchas otras. Su obra actualmente forma parte de las colecciones de la Tate Gallery, el Pompidou o el MoMA. Detonadora de referencia, Elena Ochoa Foster ha promovido desde el principio a jóvenes artistas. Así hizo también en ‘Under 35’, una exposición colectiva que colocó en primera línea a sus participantes. Ahora, en la semana más importante del año para las galerías madrileñas, ofrece su sala principal a Blanca Miró Skoudy, nacida en 1987. “Sus dibujos tienen madurez. Tiene influencias inequívocas como Matisse, Calder y García Lorca, pero tiene un lenguaje propio”.
Trazos fuertes. Ella es la primera española joven que tiene una exposición individual en Ivorypress. “Es un sueño. Me parece increíble”, admitía la artista en la inauguración de Dibujos. “Mi padre dibujaba cada día en casa. Había lápices siempre en la mesa. A mí se me daban muy mal los estudios, pero encontré en el dibujo la redención”. Su padre siempre le decía que si quería dibujar bien no apretase, pero ella tenía la manía de apretar. No ha dejado de hacerlo. “A veces he llegado a romper el papel. Es un trazo que siempre está a punto de romper el papel, hay mucha fuerza”. Además de dibujar, Blanca Miró Skoudy explora otros campos como la escultura, el diseño y la dirección de arte. Ha participado en exposiciones colectivas en instituciones como la Royal Academy of Arts de Londres y el año pasado diseñó el vestuario y la escenografía para una pieza de ballet de la Royal Swedish Opera. Tiene más de 117.000 seguidores en Instagram.
Inspiración continua. Elena Ochoa Foster todos los meses pasa una semana en Madrid. En febrero tenía reservada ésta última en la que las propuestas artísticas se multiplican, con Arco y otras ferias celebrándose a la vez. “Estos días he visto exposiciones formidables como la de Koo Jeong A en el callejón de Jorge Juan y la de Rodin y Giacometti en la Fundación Mapfre”. Patrona del Museo del Prado y el Teatro Real, disfruta conectando a gente de distintos ámbitos. Siempre persigue de manera imparable lo que desea. Vendió su casa de Madrid para obtener el dinero necesario para empezar con Ivorypress. Robert Sainsbury fue su primer mentor. “Soy el fruto de mis mentores y de mi equipo que me ayuda cada día”. Entre sus referentes se encuentran mujeres como Tatyana Grosman, Palma Bucarelli, Inge Feltrinelli o Lucy Lippard. Tiene un profundo respeto por su trabajo. El año que viene celebrará los primeros 25 años de Ivorypress. “Quiero seguir produciendo libros y exposiciones que inspiren a cuantos más mejor”.
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