Los huérfanos de voto que decidirán en Barcelona

Son los que en las encuestas electorales responden que votarán en blanco, nulo, no votarán… o que no saben qué votarán, o prefieren no contestar. Los “huérfanos”, según los bautizó hace unos años la directora de la empresa demoscópica 40dB, Belén Barreiro. Fue cuando al final de la era del bipartidismo alertó de que este grupo alcanzó el 56,4% del electorado (encuesta del CIS de 2014): era un mal síntoma para la democracia. “Pueden resultar decisivos y son una de las razones por las que el trabajo de la previsión electoral es compleja”, apunta ahora, en vísperas a las elecciones municipales del próximo domingo. En la ciudad de Barcelona, según el sondeo publicado de 40dB publicado por El País y la SER el lunes pasado, los huérfanos son un 25% del electorado. En un escenario de triple empate como el que apuntan las encuestas, donde el resultado se podría decidir por pocos votos, esta vez serán muy importantes.

Daniel Núñez, analista de datos en la misma empresa 40dB, responde a la pregunta de quiénes son los ciudadanos que, en vísperas de la cita con las urnas, no se deciden por ningún partido. Se pueden dividir en dos grupos: huérfanos desmovilizados y huérfanos de voto. Los desmovilizados “son personas a las que no les interesa la política, en un 73% tampoco han votado en otras ocasiones y, como consecuencia, no se sienten capaces de valorar al gobierno municipal ni los candidatos, no les conocen”. En cambio, los huérfanos de voto “sí son personas movilizadas, que suelen votar y que son incluso exigentes, conocen a los candidatos más que la población general, son más críticos y otorgan peores valoraciones a todos los candidatos”, razón por la que todavía no han decidido a quién votarán.

En las municipales de 2019, entre los huérfanos de voto un 21% lo hizo por ERC, un 9% por Barcelona en comú y un 4,1% por el PSC. “Quien más podría pescar ahora si lo hace bien es ERC”, apunta Núñez, que señala el esfuerzo final que hacen los partidos en los últimos días de campaña. Echan el resto en las redes sociales buscando segmentos concretos, llamando por teléfono a listas de simpatizantes, o gastando suelas en enclaves concretos.

Por edad, el perfil de huérfano (tanto si es desmovilizado como movilizado) “se sitúa mayoritariamente en el centro del espectro político y son mayoritariamente mujeres, un 60%”, revela el experto. Sobre los desmovilizados señala que más de un 30% son parados, estudiantes o trabajadoras del hogar sin remuneración. “Está demostrado que los barrios con rentas bajas votan menos”, como ocurre en Barcelona, donde las zonas más abstencionistas son periféricas y con mayores índices de vulnerabilidad.

La mayoría de mujeres huérfanas se explicaría porque es un segmento electoral que vota menos a partidos nuevos. “Si están decepcionadas, al tener más aversión al riesgo, las mujeres votaron menos a Podemos o Vox cuando salieron que los hombres”, precisa. Los jóvenes son, en general, más abstencionistas. “Los estudiantes están más despolitizados y a partir de su entrada al mundo laboral, ven que la política les afecta y se interesan más”. Núñez valora, por ejemplo, que los partidos utilizan poco plataformas como Tik Tok para ir a pescar voto joven.

El analista concluye que, en Barcelona, “quienes pueden decantar la balanza y decidir quién será el próximo alcalde o alcaldesa” son los huérfanos que han votado anteriormente y quieren hacerlo ahora; pero no tienen claro qué hacer, ya sea por desafección con los políticos actuales o porque dudan entre varios partidos. “Este segundo grupo de indecisos es movilizable, son casi un 10% del censo”, alerta. Por votantes de cada partido (obviando a Vox, que tiene un 19,3% que se declaran indecisos), el que más tiene es ERC (10,4%), seguido del PSC (7,4%), Barcelona en comú (6,5%) y Junts (4,2%).

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