El Cabanyal: el barrio de Valencia que peleó por su identidad y ganó
Los socialistas José Luis Rodríguez Zapatero, Ximo Puig y Sandra Gómez brindan con los vecinos por la aprobación del nuevo plan urbanístico para un enclave amenazado de derribo por el anterior gobierno del PP
Hace 13 años que el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero detuvo con una orden por expolio un plan urbanístico, promovido a finales de los años 90 por el gobierno del PP, que prolongaba una gran avenida de Valencia hasta el mar, llevándose por delante manzanas enteras de edificios del Cabanyal-Canyamelar, un pueblo marinero surgido siglos atrás de un asentamiento de pescadores y que la ciudad absorbió con el tiempo. El vuelco político de 2015 —Compromís, PSPV y Podemos se coaligaron para gobernar— permitió la derogación del proyecto del PP y la redacción de un nuevo plan que preservase la identidad de este barrio histórico. Ocho años después, y a pocos días de las elecciones, se ha aprobado definitivamente y los socialistas lo han celebrado con los vecinos en estos últimos días de campaña.
Ángeles González-Sinde, ministra del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en colaboración con la fallecida Carmen Alborch, dio a finales de 2009 con la clave para invalidar el plan que prolongaba la avenida de Blasco Ibáñez hasta el paseo marítimo, pasando por encima de unos 450 edificios del Cabanyal. Vecinos del barrio, agrupados en torno a la plataforma ciudadana Salvem El Cabanyal, llevaban años peleando contra los derribos y la política de abandono del gobierno municipal que dirigía Rita Barberá. Respiraron por fin aliviados gracias a la orden ministerial que paralizó el plan y que el PP recurrió ante todas las instancias judiciales.
El vuelco político de 2015 en Valencia acabó definitivamente con la amenaza de las excavadoras. El nuevo ejecutivo local derogó nada más llegar el plan de la prolongación, aprobó unas normas urbanísticas transitorias y se puso a redactar un nuevo proyecto urbanístico que preservara su patrimonio y lo revitalizase.
“Me siento orgulloso de aquella decisión que tomamos con Ángeles Sinde, con Carmen Alborch y con María Teresa Fernández de la Vega”, ha recordado este miércoles Zapatero en un acto simbólico que ha tenido lugar en el Teatro la Estrella ante un grupo de vecinos que se han acercado para brindar por el nuevo plan, aprobado a pocos días de las elecciones por la comisión de urbanismo de la Generalitat.
El expresidente del Gobierno ha venido al Cabanyal a hacer campaña a favor del presidente de la Generalitat Ximo Puig y de la vicealcaldesa y candidata a la alcaldía de Valencia, Sandra Gómez, en la conocida como zona cero, las manzanas condenadas al derribo. “Jamás pensé ver algo tan bello en una mañana de mayo, un lugar donde se concentran tantas emociones e historias”, ha destacado el expresidente desde el escenario del pequeño recinto teatral, símbolo también de la resistencia vecinal. “Tengo que decir que el Cabanyal ocupó bastante tiempo al Gobierno. Eran muy tenaces, no paraban [en alusión al PP ].Todos los informes de expertos decían que el plan era un expolio y les daba igual el conocimiento, la cultura. El negacionismo ya estaba muy presente en determinados ámbitos.”, ha manifestado.
“Es un triunfo de la gente: de los vecinos que dieron la cara, se encadenaron, se plantaron frente a las excavadoras y algunos fueron agredidos, humillados e incluso arrestados. Hoy pueden decir que se ha salvado”, ha añadido Sandra Gómez, que desde Urbanismo ha pilotado el nuevo planeamiento. Puig ha agradecido a Zapatero que “acabara con la ignominia” y ha reivindicado que el PEC (Plan Especial del Cabanyal-Canyamelar) abre un futuro “ilusionante, de reparación, reconstrucción y renacimiento del Cabanyal”.
La plataforma Salvem el Cabanyal se despidió en junio de 2019 tras 21 años de lucha. La artista, catedrática de Bellas Artes y presidenta del colectivo, Maribel Doménech, ha sido una de las que han brindado por el desenlace. “Es un cierre perfecto para toda una lucha vecinal. Nos disolvimos hace cuatro años; solo faltaba que se redactase el nuevo plan urbanístico, que ha durado ocho años. Sabemos que un proyecto así cuesta mucho pero esto ha sido un sufrimiento para nosotros también porque queríamos verlo aprobado antes de que acabase el mandato. Hoy es tiempo de cerrar un capítulo para empezar otro. Es imposible expresar las emociones que sentimos ante un nuevo proyecto. Conseguimos que no se derribaran más casas y se ampliara el perímetro de protección del barrio...”, concluye.
El plan recién aprobado ha pasado por varias modificaciones y no fue fácil redactarlo porque los vecinos, cansados de tanta espera, exigían soluciones urgentes al nuevo gobierno local. Urbanismo ha renunciado a alguno de sus elementos para facilitar la aprobación antes de que acabe el mandato.
El arquitecto y dirigente vecinal Vicent Gallart, nombrado en 2015 gerente de la sociedad municipal encargada de ejecutar el plan del Cabanyal-Canyamelar, abrió las puertas a los vecinos de una oficina que, según sus palabras, era “territorio comanche” para muchos residentes en época del PP. Él mismo se manifestó infinidad de veces a las puertas del organismo municipal que ahora gerencia en protesta por las políticas de aquel gobierno municipal.
El plan recién aprobado se ha convertido en testigo de lo que ha ido sucediendo en el Cabanyal, sostiene Gallart, porque la mitad de los equipamientos incluidos en el mismo, están acabados, están en obras o a punto de comenzarse. “Hay 25 actuaciones [centro infantil, centro de mayores, museo...) en la zona cero —una franja de 100 metros de ancho entre la avenida de Serrería y la playa condenada a la piqueta—. Queda mucho por hacer pero es que nos dejaron un muerto importante. Tantas inversiones y tanta transformación en ocho años no se ha producido en la historia de este barrio”, asegura.
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