Baltar rectifica, comparece ante la jueza y logra demorar su condena hasta después del 28-M

El presidente del PP y de la Diputación de Ourense, Manuel Baltar, ha maniobrado este jueves a la desesperada para evitar una condena penal antes de las elecciones y lo ha conseguido. Baltar ha empezado la mañana negándose a comparecer ante la jueza de Puebla de Sanabria (Zamora) que lo investiga por un delito contra la seguridad vial por conducir a 215 kilómetros por hora por la autovía A-52. El juzgado le ha amenazado con sanciones por negarse a acudir a la vista y finalmente el político ha rectificado. Ha declarado telemáticamente a última hora pero ha encontrado otro camino para aplazar la condena hasta después del 28-M. Al expresar su disconformidad con la pena de unos 1.800 euros de multa y un año sin carné solicitada por la Fiscalía, ha obligado a la jueza a derivar el asunto a los juzgados de lo penal de Zamora para su enjuiciamiento. El juicio se celebrará el 31 de mayo a las 10 horas, informan fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.

Baltar mantiene el apoyo del PP pese a todas las maniobras que ha desplegado para esquivar a la justicia, aunque las declaraciones del presidente de la Xunta y del partido en Galicia, Alfonso Rueda, apuntan a que la rectificación del político imputado no fue idea suya. Rueda “celebra” que el presidente de la Diputación de Ourense haya finalmente acatado el llamamiento de la jueza. Pero el sucesor de Alberto Núñez Feijóo se ha resistido a aclarar si tomará medidas disciplinarias contra él en caso de ser condenado y la dirección nacional también se refugia en el silencio.

Desde que fue imputado, Baltar ha buscado la forma de demorar la condena y alejarla de las elecciones. La vista había sido marcada en un principio para el pasado martes. Pese a que la fecha se conocía desde el viernes anterior, en el último momento el abogado del dirigente popular, Juan Ramón Montero, presentó un escrito en el que solicitaba un aplazamiento porque le coincidía con una citación anterior que a su juicio tenía “preferencia”. La petición fue rechazada por la jueza Elena Rubio por la posibilidad de celebrar la comparecencia por vía telemática, pero al final el letrado no se presentó ni siquiera de esta manera. También fue rechazada la solicitud de Montero, un letrado del PP que ya ha asistido a Baltar en otras causas (incluida la que lo investigó por un presunto acoso sexual y en la que fue exculpado), para que se anulasen las actuaciones.

El juzgado volvió entonces a poner nueva fecha para este jueves, a solo unas horas del arranque de campaña. A primera hora la jueza recibió un escrito del procurador de Baltar solicitando la suspensión de la vista y “manifestando su voluntad de no comparecer en el día de hoy”. La titular del juzgado Elena Rubio advirtió al político entonces de “la posibilidad de imponer las sanciones que correspondan”. A última hora de la mañana, el líder del PP de Ourense rectificó y compareció por vía telemática.

Baltar intentará que el juicio del 31 de mayo tampoco se celebre. Así lo ha anunciado en un comunicado tras su comparecencia. Presentará varios recursos ante la Audiencia Provincial de Zamora. Sostiene que el procedimiento judicial debe quedar “sin efecto” porque incurre en una “dualidad de sanciones”. Su defensa esgrime que ya se le impuso una multa administrativa firme antes de que se incoase la causa y también alega que hubo un defecto de forma: las diligencias no cumplen los requisitos para ser urgentes porque el barón del PP de Ourense fue citado “mediante cédula judicial y no por la Guardia Civil”.

Baltar fue pillado por la Guardia Civil a 215 kilómetros por hora el domingo 23 de abril. Pese a ser fin de semana, el líder del PP de Ourense iba al volante de un coche de la Diputación. Achacó el exceso de velocidad a un “despiste” y alegó que viajaba en un vehículo oficial porque se dirigía a Madrid para unas reuniones que tenía el lunes. Los encuentros, sin embargo, no estaban en su agenda oficial y el político reconoció que ni siquiera había pernoctado esa noche en la capital de España. Se ha negado a dar más detalles de ese viaje porque, pese a haberlo realizado usando recursos públicos, lo considera parte de su “intimidad”.

“Silencio cómplice” del PP

El caso ha destapado otras dos multas de tráfico con Baltar al volante pagadas por la Diputación. La oposición, sin embargo, cree que hay más y señala una sanción de 1.500 euros que tuvo que abonar la institución provincial por no identificar al conductor de uno de sus coches que fue pillado a 157 kilómetros por hora en una vía donde no se podía pasar de 90. Pese al escándalo, el barón del PP ha contado hasta el momento con el apoyo de su partido, que no cree que deba dimitir.

El presidente de la Xunta y del PP gallego, Alfonso Rueda, ya defendió este miércoles a Baltar en el Parlamento autonómico frente a las críticas de BNG y PSOE, que lo acusaron de “silencio cómplice”. El sucesor de Feijóo adujo que no cree en una “regeneración democrática” que parta de “juicios paralelos”. Rueda no ha dudado en arrancar la campaña junto al candidato imputado y tiene previsto arropar este mismo jueves a Baltar en un acto electoral programado para las 19 horas en Pereiro de Aguiar (Ourense).

Sobre las maniobras de Baltar ante el juzgado, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, recrimina a Rueda, que no tenga “autoridad” para frenar el “intento de obstrucción a la justicia” del líder del PP en Ourense: “Todo lo que está rodeando a Baltar es un esperpento. Hay un intento de obstrucción a la Justicia y el señor Rueda se lo permite”. La nacionalista reclama para Galicia “una regeneración democrática” ante un presidente que “no es capaz de poner orden en su partido”. “Los que tienen que colocarlo fuera son los vecinos con su voto”, afirma ante el respaldo de los populares al político imputado.

Ourense es el gran granero de votos del PP en Galicia y la familia Baltar lleva gobernando la provincia desde hace más de 30 años. El padre del actual presidente de la Diputación, José Luis Baltar, dirigió la institución durante 22 años y, tras dimitir en 2012 por un caso de enchufismo, le pasó el cargo a su hijo Manuel, que ya había heredado de su progenitor la dirección del partido dos años antes.

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