Hay venganzas que se sirven en plato frío. José Luis Álvarez Ustarroz, alcalde de Majadahonda, firmó su sentencia de muerte política el 29 de octubre de 2021. Aquel día, en plena guerra entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado por el control del PP de Madrid, el regidor tomó la palabra durante una junta directiva y defendió la posición de la dirección nacional: no era urgente celebrar el congreso regional que permitiría a la baronesa concentrar el poder orgánico e institucional de la región. Un año después, este jueves, Álvarez Ustarroz ha anunciado que el partido le ha comunicado que no repetirá como candidato en las elecciones municipales del 28 de mayo. Y no es un caso único: desde que Ayuso tiene la capacidad de hacer y deshacer en el PP de Madrid, cuya presidencia logró en mayo, también ha defenestrado como aspirantes electorales a otros alcaldes en activo, como la de Pozuelo de Alarcón (la casadista Susana Pérez Quislant), el de Colmenar Viejo (Jorge García, que dice que es por decisión propia, pero estaba marcado por reclamar un médico para el centro de urgencias extrahospitalarias de su pueblo) o el de Villaviciosa de Odón (Raúl Martín).

“El PP de Madrid me ha comunicado que no seré el próximo candidato a la alcaldía de Majadahonda”, ha escrito en sus redes sociales Álvarez Ustarroz, que llegó al poder con el apoyo de su partido y de Vox. “Majadahonda es un municipio que ha sufrido mucho y que arrastraba algunos problemas importantes. Muchos de ellos han sido resueltos”, ha seguido. “Otros están en camino y tendrán solución pronto”, ha rematado, tras pasar varios días rodeado por los rumores de que sectores del PP impulsaban la posibilidad de que la consejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, procedente de Cs, aspirara al bastón de mando. Una fuente de la confianza de la consejera ni ha desmentido ni ha confirmado esa posibilidad.

El de Majadahonda no es el único municipio señero para el PP en el que el partido se arriesga a hacer un cambio de candidato, pese a gobernar, para premiar o castigar la conexión del regidor con Ayuso.

El miércoles, por ejemplo, también se oficializó que Susana Pérez Quislant, alcaldesa de Pozuelo desde hace ocho años, no intentará repetir en el cargo. Su futuro peligraba por su proximidad al secretario general del PP en la época de Casado, Teodoro García Egea. Para sustituirla, los conservadores han valorado distintas opciones: desde los consejeros Enrique Ruiz-Escudero y Enrique López, a la diputada Yolanda Estrada, todos ellos vinculados al segundo municipio con mayor renta per cápita de España.

“Tras 12 años en el Ayuntamiento de Pozuelo, ocho como alcaldesa, doy por terminado este ciclo”, escribió en sus redes sociales la regidora, que en los comicios de 2019 perdió la tradicional mayoría absoluta del PP en el municipio, aunque obtuvo un 40% de los votos, doblando a Ciudadanos, el segundo más votado. “Los cargos públicos no son vitalicios, hay que cerrar etapas y buscar nuevos retos”, añadió. “Gracias al PP de Madrid por confiar en mí y a los vecinos por su cariño”, siguió. Y remató: “Ahora seguiré a disposición de mi partido como siempre”.

Caso distinto es el de Jorge García, alcalde en Colmenar Viejo. Él también anunció que no será candidato el miércoles, pero explicó su decisión con el argumento de que siempre había defendido que no se debía mantener en el cargo más de ocho años. Sin embargo, García estaba en la diana de la dirección regional desde hace meses. ¿La razón? En noviembre reclamó por carta al gobierno autonómico que dotara de médico al centro de urgencias extrahospitalarias de su pueblo, reabierto sin facultativo dentro del polémico plan de Ayuso para este servicio. Un gesto en defensa de los intereses de sus vecinos que fue inmediatamente apuntado por el equipo de Ayuso.

La excepción de Alcorcón

Por su proximidad a Casado, en el PP también han dudado sobre el futuro del actual alcalde de Las Rozas, otro municipio clave para los conservadores, aunque el regidor José de la Uz ha conseguido limar asperezas con Ayuso, con la que ha compartido varios actos públicos en los últimos meses. En la misma tesitura se encuentra el regidor de Boadilla del Monte, Javier Úbeda. En ambos casos, opinan fuentes del PP, su debilidad quedará demostrada en que el equipo de Ayuso les hará las listas, como pasará en el caso de Martínez-Almeida en la capital.

El PP espera que el tirón de la presidenta permita que el partido no pague electoralmente por prescindir de alcaldes en ejercicio para los próximos comicios. Los gestores de la organización, en todo caso, son conscientes de que estos cambios no son menores, e implican un riesgo. Para evitar las turbulencias, su anuncio se ha retrasado, acercándolo lo máximo posible a la fecha de los comicios, para los que ya quedan menos de 100 días. De hecho, los únicos candidatos del PP de Madrid que quedan por confirmar son aquellos de los municipios en los que gobierna, con la excepción del alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, del que ya se sabe que repetirá gracias a un acto organizado por la dirección nacional para presentar a sus aspirantes a gobernar las capitales de provincia.

Ayuso, por lo tanto, ha decidido arrancar de raíz la herencia dejada por Casado en Madrid. Con, por ahora, una excepción: Ayuso ha seleccionado a Antonio González Terol, exalcalde de Boadilla del Monte y exvicesecretario nacional del presidente defenestrado, para intentar reconquistar Alcorcón.

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