¿Se ha echado a correr una liebre falsa?
Al día siguiente de estas elecciones autonómicas madrileñas se contrastarán los datos de los sondeos con la realidad
Los madrileños habrán hablado en una semana y se constatará el acierto de las campañas de los distintos candidatos o, acaso, se comprobará si este mes largo de mensajes, estrategias cambiantes y episodios inesperados han producido el cambio del sentido del voto. Al día siguiente de estas elecciones autonómicas madrileñas se contrastarán los datos de los sondeos, sobre todo los iniciales, con la realidad. Puede ser que la preferencia de voto estuviera ya muy marcada en la inmensa mayoría de los ciudadanos y que los cambios hayan sido solo dentro de los bloques: algo más para Vox y mucho más para Más País. Se verá el error de algunas campañas.
Se trata de unas elecciones autonómicas, como las que se han celebrado hace pocos meses en Galicia, País Vasco y Cataluña. Poca relación tienen los comicios madrileños del 4 de mayo con las características de las dos primeras, y algo más con las catalanas por cuanto desde el centro de España se ha espoleado un sentimiento identitario madrileño, desconocido por esos pagos. Identidad madrileña y una proclama ideológica de una supuesta disyuntiva entre libertad o comunismo. A esa corriente que fluía desde el PP le han plantado cara el PSOE y Unidas Podemos. O fascismo o democracia. ¿Qué calado ha tenido en los ciudadanos el enfrentamiento de estos grandes conceptos? A la luz de los sondeos, como el de Metroscopia para EL PAÍS, se refleja que no hay trasvase entre bloques, como así se apuntaba hace semanas. Ahora en las cúpulas de los partidos de la izquierda se barrunta que quizá la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lanzó proclamas ideológicas a sabiendas de que cientos de miles de votantes estaban solo preocupados por los efectos y la respuesta a la pandemia. Pero parte la izquierda ha seguido esa estela.
La economía es ahora la máxima preocupación de los madrileños, una vez que la expectativa de vacunas para todos es muy alta, como se puede leer en los análisis demoscópicos. Ayuso habla de libertad, se entiende que económica, y la izquierda de fascismo y democracia. Es probable que la presidenta madrileña puso a correr una liebre falsa, revestida de ideología, cuando las preocupaciones están más a ras de tierra.
Suscríbete aquí a nuestra nueva newsletter sobre Madrid
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.