Referentes de la política y la cultura instan a votar “masivamente” a los partidos progresistas el 23-J
Exministros de los Gobiernos de Felipe González, líderes sindicales y figuras de los escenarios y la literatura animan a la movilización para impedir las “políticas regresivas” de la derecha y los acuerdos “inquietantes” del PP con Vox
Las campañas del PSOE y de Sumar no se reducirán a los actos de Pedro Sánchez y de Yolanda Díaz. Tampoco al carrusel de mítines diarios de los candidatos en las 52 provincias de España. Referentes de la vieja guardia del PSOE entre los que destacan ministros de los gobiernos de Felipe González como Joaquín Almunia, José María Maravall, Ángeles Amador y Juan Manuel Eguiagaray, los líderes sindicales Pepe Álvarez y Unai Sordo de UGT y Comisiones Obreras, defensores históricos de la democracia durante el franquismo como Nicolás Sartorius y referentes de la cultura y el entretenimiento como Pedro Almodóvar, Luis García Montero, Joan Manuel Serrat, Rozalen, Luis Landero y Andreu Buenafuente también se movilizarán y tendrán un papel activo para animar al voto masivo a los partidos progresistas en las elecciones generales del 23 de julio.
Bajo la llamada “¡A las urnas las ciudadanas y los ciudadanos!”, cerca de 200 personalidades de la izquierda política, social y cultural presentarán el 12 de julio un manifiesto en el Círculo de Bellas Artes, al que ha tenido acceso EL PAÍS, en el que apelan a la movilización del electorado de izquierdas en unas legislativas que serán “especialmente decisivas” en las que la extrema derecha podría volver a gobernar en España por primera vez desde la restauración de la democracia. “Ante estos momentos tan especiales y decisivos en la historia de España y de Europa llamamos a nuestras ciudadanas y ciudadanos a que acudan masivamente a las urnas, desde el firme convencimiento de que no es el momento de retrocesos y regresiones a políticas que ya se han demostrado muy dañinas para el conjunto de nuestro país, sino de avanzar hacia mayores niveles de bienestar, de libertad, de igualdad, de fraternidad solidaria, representadas por los partidos que han apoyado estas políticas de progreso”, recalcan los firmantes del escrito, que también cuenta con el respaldo de Aitana Sánchez Gijón, Emilio Gutiérrez Caba, Leonor Waitling, Carmen Machi, Nerea Pérez de las Heras, Marwan, Bob Pop y María José Landaburu.
“Es evidente que estamos en medio de una nueva ofensiva conservadora, con derivaciones ultraderechistas, tanto en España como en otros muchos países de Europa. Sin embargo, es reversible esta tendencia hacia un nuevo retroceso en los derechos sociales y civiles como sucedió tras la reciente crisis financiera de 2008, cuyas recetas conservadoras trajeron más desempleo, más sufrimiento y pérdida de derechos tanto de la ciudadanía en general como de las personas trabajadoras”, prosigue el manifiesto. La desmovilización de la izquierda es el principal problema que afrontan PSOE y Sumar frente a una derecha hipermovilizada como ya demostró el 28-M. María Jesús Montero, vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda, ya hacía hincapié en una entrevista con este diario pocos días después de la pérdida de poder institucional que las elecciones autonómicas y municipales supusieron sobre todo para los socialistas: “Es fundamental la movilización de ese electorado que está en torno a tres millones de personas que no acudió a las urnas y que tenía una simpatía por nuestra formación política o por opciones progresistas”. En Ferraz y La Moncloa creen que están logrando contener la fuga de votos, de hasta el 9%, de votantes socialistas al PP, que valoran la gestión del Ejecutivo pero recelan de los pactos con los partidos nacionalistas y ahora contemplarían penalizar en las urnas el ruido dentro de la coalición de PSOE y Unidas Podemos.
“La disyuntiva es bastante meridiana: o seguir consolidando y avanzando en el Estado social y democrático de Derecho que define nuestra Constitución, en las políticas de creación y estabilidad del empleo, con mejores condiciones laborales y salariales, de mayor igualdad social y de género, de protección medioambiental, en una palabra, avanzar decididamente en Ia modernización de nuestro país. O, por el contrario, retroceder con políticas regresivas, cuyo único programa conocido es bajar impuestos a los poderosos con el objetivo de recortar el Estado del bienestar, buscar el enfrentamiento identitario entre los españoles o derogar leyes tan justas e imprescindibles como la reforma laboral, Ia ley de Memoria Democrática, la revalorización automática de las pensiones, o tantas otras”, insisten los autores del manifiesto enumerando varios motivos para acudir a votar el 23-J. El candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha reconocido que la reforma laboral es “sustancialmente buena” pese a que el PP votó en contra y la habría tumbado de no ser por el error de un diputado popular Alberto Casero. Feijóo tampoco se compromete en su programa electoral a revalorizar las pensiones conforme al IPC, como acaba de suceder este ejercicio con la subida del 8,5% a las pagas de los jubilados.
“Asimismo, son inquietantes los acuerdos que se están produciendo en varias comunidades autónomas por los pasos atrás que se pueden producir en los esenciales campos de la educación y Ia cultura”, prosigue el manifiesto en una clara alusión a los pactos del PP con Vox. El resultado ha sido la censura en Valdemorillo (Madrid) de Orlando, una obra de Virginia Woolf que relata la vida de un joven que, durante cinco siglos, será indistintamente hombre y mujer. El PP y Vox también han retirado en Santa Cruz de Bezana, un pueblo de Cantabria, la película infantil Lightyear, donde sale un beso entre dos mujeres.
La respuesta del Ejecutivo de Sánchez a la pandemia y el impacto económico y social por la guerra de Ucrania deberían catalizar, según los impulsores del manifiesto, el voto de las izquierdas. “Sería injusto y miope no reconocer que en la legislatura que ahora termina, la sociedad y el Gobierno de coalición de España han tenido que hacer frente a situaciones completamente inéditas en forma de pandemias, guerra, inflación, erupciones volcánicas, con un resultado muy favorable en los avances sociales, el crecimiento y Ia estabilidad del empleo —con el mayor volumen de trabajadores cotizantes de nuestra historia—, el mayor aumento experimentado por el salario mínimo y las pensiones, la aprobación del ingreso mínimo vital, la mejora de la economía —con un crecimiento superior a Ia media de Ia zona euro— o los avances en derechos civiles o en la igualdad de género”, reivindican en su alegato para agitar, y sacar de la apatía, al electorado progresista.
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