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Cataluña cierra una campaña marcada por la incertidumbre sobre el futuro Govern

Sánchez, Feijóo y Díaz se vuelcan en los últimos actos de sus partidos para movilizar el voto frente al empuje de Puigdemont y el riesgo de subida de la ultraderecha

Acto de cierre de campaña del PSC, con Salvador Illa, favorito en las encuestas, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. A la izquierda, Jaume Collboni, alcalde de Barcelona.Foto: ALBERT GARCIa | Vídeo: EPV
Marc Rovira

La campaña por las elecciones en Cataluña ha dado este viernes su pedalada final. Salvador Illa, candidato del PSC, y Carles Puigdemont, cabeza de lista de Junts per Catalunya, aparecen como los mejor situados para afrontar el esprint final de una carrera que no solo otorga el trofeo de la Generalitat, sino que puede condicionar la gobernabilidad en España. Los partidos catalanes han cerrado la campaña en medio de la incertidumbre, con una notable masa de indecisos que pueden tener la llave de una contienda llena de excepcionalidades.

El favorito, según las encuestas, es Salvador Illa que, tras un arranque condicionado por los cinco días de pausa que se tomó Sánchez, ha tenido en el presidente del Gobierno uno de los principales activos de su campaña. Puigdemont, por contra, ha tratado de fundamentar su victoria en una escapada: ha hecho toda su campaña en Francia, ante el riesgo de ser detenido si entraba en España. El actual president, Pere Aragonès, y ERC asumen que su nuevo papel va a ser el de gregario de lujo. Las elecciones catalanas también mantienen abiertas las clasificaciones secundarias. La extrema derecha anuncia una escalada, lo mismo Vox que los ultras independentistas de Aliança Catalana, lo que impide al PP capitalizar el endurecimiento de su discurso conservador. La CUP y los comunes se aplican el mantra que recomienda “donde no vayas a ganar, por lo menos no vayas a perder” y Ciudadanos teme que llegue su final en un Parlament en el que fueron en 2017 la fuerza más votada.

El presidente de la Generalitat y candidato a la reelección, Pere Aragonès, junto al DJ que ameniza el evento durante el acto de final de campaña de ERC, este viernes en Tarragona.
El presidente de la Generalitat y candidato a la reelección, Pere Aragonès, junto al DJ que ameniza el evento durante el acto de final de campaña de ERC, este viernes en Tarragona. Marta Pérez (EFE)

Los líderes de los grandes partidos nacionales se dejaron ver este viernes en Cataluña. El presidente del Gobierno estuvo en Tarragona en un acto por sorpresa. Por la tarde, en Barcelona, en un mitin con más de 3.000 personas, instó a votar “en masa” y “directamente, sin atajos” a Salvador Illa para “ganar el 12 de mayo, y el 13 de mayo poder gobernar Cataluña”. El PSC ha trabajado en esta campaña para que, pese a la bondad de las encuestas, los independentistas no sumen una mayoría que les permita retener la Generalitat. “El único candidato que aspira a gobernar es Salvador Illa. El resto aspira a bloquear”, dijo Sánchez, vitoreado por los suyos cuando se enfundó una camiseta con las gafas y el flequillo del candidato socialista.

Desde Francia, Puigdemont ha aprovechado el mitin de cierre de Junts para lanzar un mensaje al presidente del Gobierno y hacer valer su capacidad de condicionar las mayorías del Congreso. “El momento de decir ‘basta’ es ahora”, dijo desde la localidad francesa de Elna este viernes. “Señores de Madrid, prepárense que llegamos”, advirtió. Sus discursos tratan de seducir al electorado independentista, hastiado por la esterilidad de los años de procés, y anuncian que votarle a él “provoca dolor de barriga a España”. Al contraataque, Pere Aragonès ha intentado desmerecer el pulso entre Junts y los socialistas del PSC: “Cataluña no es cosa de dos señores, sino de ocho millones”, dijo. “Somos la opción de que no nos mandarán ni desde La Moncloa ni los de los recortes”, abundó.

El expresidente de la Generalitat y cabeza de lista de Junts, Carles Puigdemont, durante el acto final de campaña este viernes en Elna (Francia).
El expresidente de la Generalitat y cabeza de lista de Junts, Carles Puigdemont, durante el acto final de campaña este viernes en Elna (Francia).David Borrat (EFE)
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Buscando hueco para Comuns Sumar en la ecuación del futuro Govern, Yolanda Díaz visitó Cornellà de Llobregat (Barcelona) y endureció su discurso contra el PSC para tratar de arañarles votos en el electorado progresista. “El punto y aparte lo vamos a rellenar nosotras”, clamó la vicepresidenta segunda del Gobierno. Díaz arropó a la cabeza de lista, Jéssica Albiach, para tratar de romper con la dinámica de pobres resultados que su espacio político cosechó en Galicia y en el País Vasco.

El PP movilizó a toda su artillería para tratar de confrontar a Vox. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, viajó a Girona y Tarragona, e instó a concentrar el voto de su opción ideológica en Alejandro Fernández: “O el voto se une o tenemos más sanchismo”, dijo. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, estuvo en el Penedès y en Barcelona. Evitó mencionar a la “inmigración ilegal” como responsable de la “inseguridad” y de la “okupación”, como hizo el miércoles. Pero sí pidió el voto para que “Cataluña vuelva a ser una tierra segura, especialmente para las mujeres”.

Las dos semanas de campaña han tenido una banda sonora que pregona que estas son unas elecciones trascendentales. “Ya sé que se dice siempre, pero esta vez va de verdad”, ha advertido Puigdemont durante sus mítines en Argelès-sur-Mer (Francia). Salvador Illa subraya que “tras una década perdida” Cataluña está en una encrucijada. El candidato socialista apela a la necesidad de retornar el orden y la eficacia a las instituciones catalanas y reprocha la gestión del Govern que ha hecho el independentismo, lo mismo Junts que ERC. La sequía que golpea Cataluña, y la falta de infraestructuras para garantizar el suministro de agua, es el reproche más reciente que esgrime Illa, en un argumentario de quejas que también recoge los pobres resultados que muestran los alumnos de primaria y el pobre desarrollo de las energías renovables en Cataluña. Pere Aragonès y Esquerra replican que las cifras de ocupación son óptimas, y que las exportaciones catalanas van viento en popa, igual como las inversiones de empresas extranjeras en Cataluña.

El capítulo final del culebrón electoral tuvo este viernes más petardazos que fuegos artificiales. Junts per Catalunya y el Partido Popular decidieron no comparecer al último debate de la campaña, el organizado por EL PAÍS y la SER. Alejandro Fernández, candidato de los populares, alegó súbitos problemas de agenda y Junts incorporó una nueva pirueta a su manual para regatear el debate. El candidato Puigdemont, instalado en el sur de Francia, ha declinado todas las propuestas para participar en un debate físico o telemático, también las invitaciones para hacer un cara a cara, y el partido ha relegado a su número dos, la empresaria Anna Navarro, para dejar la representación en manos del número tres, el exconsejero Josep Rull, hombre criado en Convergència. Puigdemont sí habló este viernes para salir al paso de una información que desvela que agentes de los Mossos d’Esquadra le prestan servicio de escolta en Francia. Dijo que es “vergonzoso” e “impropio de regímenes democráticos” investigar a los agentes que, fuera de servicio, le protegen en la campaña del 12M. Pere Aragonès ha descartado que desde la consejería de Interior se inspeccione qué hacen los agentes en su tiempo libre.

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