ERC y PSC pugnan por el discurso de la fiabilidad ante la apuesta de Puigdemont por revivir el ‘procés’
Salvador Illa pide “realismo” al independentismo para abordar la financiación y los republicanos le acusan de querer regresar a 2006
Esquerra Republicana y el Partit dels Socialistes están intentando poner el balón en el suelo en esta precampaña electoral del 12-M y pugnan por mostrar un discurso fiable y con propuestas más allá del debate estrictamente independentista. Su estrategia contrasta con la del expresident Carles Puigdemont, que ha centrado su hoja de ruta en apelar a su restitución y al referéndum del 1-O. El plan le ha bastado a Junts para monopolizar la precampaña. El president Pere Aragonès ha puesto sobre la mesa su modelo de financiación singular, similar al del concierto del País Vasco, y su plan para reformar el aeropuerto de El Prat, mientras el candidato socialista, Salvador Illa, ha anunciado las primeras medidas que tomaría si alcanza la Generalitat. Puigdemont, que deja Bruselas y se muda al sur de Francia en esta precampaña, apenas ha detallado sus propuestas para gobernar.
Ante un auditorio de más de 1.200 personas, Illa presentó este jueves sus primeras acciones de gobierno si es investido que pasan por una auditoría sobre el estado de los servicios públicos que han estado dirigidos desde 2010 por Junts (y antes Convergència) y ERC. La idea se inspira en la que tomó Pasqual Maragall cuando alcanzó la presidencia en 2003. Bajo el lema genérico de la idea perdida del procés, Illa se centró en disertar las políticas públicas evitando, dijo, ajustar cuentas —“No tenemos tiempo para eso”—, pero es evidente que una investigación así busca comprometer a sus rivales. Las otras medidas son un decreto ómnibus sobre la sequía —una inversión de 3.500 millones— y blindar por ley el Indicador de Renta de Suficiencia de Cataluña (IRSC) con la actualización del IPC.
Con la convicción de que la amnistía está amortizada y se saldan con ella todas las reivindicaciones soberanistas, Illa rechaza sistemáticamente el referéndum pactado y la financiación singular de Aragonès o la propuesta para evitar la ampliación de El Prat más ajustada a la defensa del medio ambiente que la de los socialistas, que pasa por eliminar la laguna de La Ricarda. “Hay que hacer propuestas realistas y viables. No hacer planteamientos que llevan a la frustración”, dijo este viernes en una entrevista en Ser Catalunya sobre la financiación. Durante su exposición, Illa también lamentó que Cataluña sea la tercera comunidad en aportar recursos y la 14ª en recibirlos y aseguró que Sánchez “está de acuerdo en que es necesario mejorar la financiación de las comunidades autónomas. “El Gobierno ha dicho que la cuestión de la financiación autonómica se tiene que resolver y me tocará a mí hacer el planteamiento que me corresponde si soy president”, remarcó Illa un día después de plantear un Consorcio Tributario conjunto entre las dos administraciones y contemplado en el Estatut.
Alejados en la cuestión soberanista, el PSC y ERC sí coinciden en reprochar a Junts el enfoque de esta precampaña. “Cataluña ya ha superado los personalismos y necesita proyectos sólidos”, sostienen en el PSC. Y el mismo Aragonès criticó a Junts por hablar solo de su candidato y rehuir “los problemas de la gente”. Tras la convocatoria del 12-M, el president ha encadenado de hecho tres propuestas en un mes que buscan un equilibrio entre el pragmatismo y el soberanismo: el nuevo modelo de financiación, la defensa del encaje constitucional del referéndum a través del artículo 92 y la reforma del aeropuerto. En su pulso con el PSC, la portavoz de ERC, Raquel Sans, reprochó este viernes a Illa que su propuesta de financiación es propia “del 2006″. “El país no debe mirar atrás, debe mirar hacia delante y lo debe hacer atendiendo a la realidad del siglo XXI y un modelo de financiación del siglo XXI”, reclamó.
Junts se ha pasado los últimos meses dando volumen a sus denuncias contra Aragonès y ERC por la inacción del Govern. Albert Batet, presidente del grupo parlamentario de Junts, ha reprochado la falta de soluciones del Ejecutivo para mitigar los efectos de la sequía, y ha criticado la debilidad de un plan de choque contra los malos resultados en Educación o en materia de protección de la lengua catalana. Un objetivo es poner énfasis en la inmigración tras lograr arrancar del Gobierno un supuesto acuerdo para traspasar a Cataluña las competencias sobre la gestión de la misma. La precampaña de Junts, sin embargo, ha arrancado con todo el foco sobre la figura de Puigdemont y marcando como prioridad rebobinar hasta 2017 para restablecer aquello que se quebró con la aplicación del artículo 155.
Puigdemont señala que su regreso a la política catalana busca su “restitución” como president, algo que ha irritado a Aragonès, que se ha reivindicado como un presidente plenamente “legítimo”. Puigdemont ha descartado participar en ningún debate con sus rivales electorales y de momento, asuntos como qué propuesta económica plantea Junts quedan relegados. Josep Rull, número tres de la lista, representará a su partido este lunes día 15 en el debate organizado por la patronal PIMEC al que acudirán el resto de cabezas de lista.
Desde la CUP, su candidata Laia Estrada afeó precisamente a Puigdemont su escasa voluntad por participar en debates con el resto de líderes políticos a distancia. “Quizás Puigdemont no quiere hablar de propuestas y de su programa”, señaló la antisistema, “pero lo cierto es que, en el Parlament, Junts se alinea totalmente con el PSC, y a la hora de confrontar propuestas habrá que tener en cuenta todo lo que está votando su partido”. Estrada, que subrayó su “plena disposición” para trasladarse hasta Francia para debatir con el expresidente, aseguró que Junts “se ha convertido en la Convergència de toda la vida, pero con la estelada”, dijo. “Puigdemont se fue como presidente, pero vuelve como candidato”, remarcó Estrada.
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