Vox exhibe ante el nuevo presidente aragonés del PP la retahíla de compromisos que ha asumido
El partido ultra advierte de que que “no renuncia a sus principios” mientras que Azcón le recuerda que algunos gobiernos de coalición han fracasado por “dar el espectáculo”
Hubo que esperar a que el portavoz de Vox, Alejandro Nolasco, subiera a la tribuna de las Cortes de Aragón este jueves por la tarde para escuchar los puntos más espinosos del programa del nuevo Gobierno autonómico de coalición, que el flamante presidente, el popular Jorge Azcón, había evitado durante los dos días de su debate de investidura. El vicepresidente in pectore —lo será formalmente el sábado, cuando tome posesión el nuevo Ejecutivo— fue desgranando algunos de los 80 puntos del pacto suscrito entre el PP y Vox.
Desde la derogación de la ley regional de Memoria Histórica, porque la historia “debe ser académica y neutral”, según dijo, hasta el cheque escolar —que supone la financiación pública de la enseñanza privada no concertada—, pasando por la autorización previa del contenido de las enseñanzas extracurriculares por parte de los padres (lo que el partido ultra denominaba “pin parental”) para “sacar la ideología de la escuela, que sí que la hay”, según sus palabras. También, el “desalojo exprés de los okupas” o la deducción fiscal para el cónyuge que se dedique al hogar, una forma de incentivar el regreso de la mujer a las tareas domésticas. Solo se dejó en el tintero la reforma de la ley trans aragonesa, que el PP apoyó en su día y de la que nadie ha explicado en qué sentido se cambiará.
Hablando ya como futuro responsable de la cartera de Desarrollo Territorial, Despoblación y Justicia, como si se tratara de su investidura y no la de Azcón, Nolasco anunció que su prioridad será recortar hasta un 20% los costes laborales para las empresas que se instalen en Teruel e incentivar la llegada de médicos y profesores. Pese a su prolija enumeración de los compromisos asumidos por el PP, advirtió que Vox “no ha firmado un cheque blanco ni renuncia a ninguno de sus propuestas y principios, pero en positivo”.
Tras acusar a la izquierda por poner en riesgo “físico y moral” a sus afiliados por decir que su partido está en contra de los derechos humanos, negó tajantemente que Vox no condene la violencia machista, pero la equiparó con otras muchas formas de violencia. “No veo al PP derogando ninguna ley que tenga que ver con la violencia de género”, zanjó por su parte el candidato del PP a presidente.
Azcón se mostró sorprendido de que la izquierda siguiera con tanto interés la exposición de su programa de Gobierno por parte del portavoz de Vox, alegando que era público y conocido, aunque él había evitado detallarlo y dedicó la mayor parte de su tiempo a examinar a los partidos de la oposición más que a examinarse él mismo.
Sí anunció que la primera medida que tomará su ejecutivo será eximir del IRPF a los 15.000 aragoneses que han tenido que pagar este impuesto por no haberse deflactado la tarifa. No concretó, sin embargo, el coste de la batería de rebajas fiscales que ha prometido ni desmintió la cifra de 200 millones que dio la portavoz socialista, Mayte Pérez.
El flamante presidente defendió su pacto de coalición con Vox asegurando que era “el único gobierno posible con el resultado de las urnas” en las elecciones autonómicas del 28 de mayo. Aunque tras los comicios dijo que pretendía gobernar en solitario, negó que hubiera cambiado de opinión. “Lo que pasa”, respondió a los socialistas, “es que ha habido un resultado electoral y, ante la negativa de ustedes a reunirse siquiera conmigo, no hay más gobierno estable que el que hoy se va a votar en esta cámara”. Frente a la acusación de que no se ha atrevido a repetir elecciones por temor a perderlas, alegó que, “ante la posibilidad de formar gobierno, no hubiera sido serio ni responsable”.
Azcón negó que vaya a privatizar la sanidad, como le reprocha la izquierda, con el argumento de que la mayor privatización es el hecho de que hayan crecido en un 24%, hasta superar los 300.000, los aragoneses que han suscrito un seguro privado, y pidió que se juzgue a su Gobierno “por los hechos y no por los prejuicios”.
No explicó las contradicciones entre el acuerdo ha firmado con Vox y el suscrito con el Partido Aragonés Regionalistas (PAR), dos formaciones que mantienen “posiciones antagónicas en el modelo de Estado o el trasvase del Ebro”, como le recordó Tomás Guitarte, de Teruel Existe. Mientras Azcón atribuyó la supresión de la Dirección General de Política Lingüística a su escaso presupuesto, Nolasco dejó claras las razones de Vox. “En Aragón no hablamos catalán”, dijo, negando el hecho de que en la franja oriental de la comunidad se habla una variante del catalán.
Pese a que el rechazo al trasvase no figura en el pacto con el PAR, su único diputado, Alberto Izquierdo, se presentó como “la garantía de que no habrá trasvase”, mientras que Azcón respondió que “el único riesgo real” para el Ebro es que, para ser reelegido presidente, Pedro Sánchez ceda a la pretensión de los partidos independentistas de gestionar el tramo del río a su paso por Cataluña. El PAR no entrará en el Gobierno, pero ocupará cinco direcciones generales, algo que no se ha reconocido oficialmente pero es un secreto a voces. “Usted tiene personas muy valiosas en su equipo y mi objetivo es poder contar con ellos”, le dijo Azcón a Izquierdo a modo de guiño.
En su última intervención, el nuevo presidente advirtió a sus socios de Vox de que algunos gobiernos de coalición han fracasado porque se han dedicado a “dar espectáculo” más que a “gestionar bien”. Tras más de nueve horas de debate, la votación no presentó sorpresas: Azcón fue elegido en primera vuelta con 36 votos a favor (PP, Vox y PAR) y 31 en contra (PSOE, Chunta, Aragón Existe, Podemos e IU). En el Palacio de La Aljafería, sede de las Cortes, ya está todo preparado para que este viernes jure el cargo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.