Feijóo ordena un cierre de filas con Ayuso en el choque con Bolaños por los actos del Dos de Mayo

Una vez más, Isabel Díaz Ayuso dispone y Génova respalda. La dirección nacional del PP ha evitado cualquier fisura con la presidenta de la Comunidad de Madrid en el choque institucional que ha enfrentado al Gobierno regional con el de España durante los actos de celebración del Dos de Mayo, a pesar de la importancia que Alberto Núñez Feijóo asegura que concede a la neutralidad de las instituciones. Sin embargo, la cúpula del PP respaldó este miércoles que el equipo de protocolo de Ayuso impidiera el martes que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, accediera a la tribuna que presidió el desfile cívico-militar por el día de Madrid, mientras cargó las tintas contra el miembro del Gobierno, con quien reconoce en privado que la relación del Ejecutivo madrileño es especialmente mala. La dirección nacional del partido hizo suyas las palabras de la presidenta madrileña y defendió que Bolaños cometió una “provocación en toda regla” al presentarse y pretender subir a la tribuna porque “no estaba invitado” a la celebración, según defendieron en público y en privado los principales responsables de la dirección popular, aunque Feijóo prefirió guardar silencio.

La dirección del PP utiliza casi las mismas expresiones de Ayuso al describir el incidente. “Fue una absoluta provocación de Bolaños. No sabe a dónde va ni a qué va”, subrayó la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, cargando este miércoles contra el ministro en línea con la presidenta de la Comunidad de Madrid. La número dos de Feijóo es, sin embargo, la única dirigente del PP que mantiene una relación cordial con el titular de Presidencia, con el que despacha con relativa frecuencia para abordar los escasos asuntos en los que ambos partidos acuerdan, como la futura reforma para eliminar el término de “disminuidos” de la Constitución.

Pero la línea oficial del PP era el respaldo a Ayuso frente a Bolaños, a pesar de que lo ocurrido no haya entusiasmado en el PP. “Me niego a aceptar que el protagonismo de ayer [por el martes] sea de Bolaños y no de Madrid. Era el día de Madrid, no el de Bolaños. Fue un grave error del ministro”, insistió en términos similares el coordinador general de los populares, Elías Bendodo, que dio la razón al Gobierno de Ayuso con el argumento de que “todas las reglas protocolarias se cumplieron”. Sin embargo, para justificar que un ministro del Gobierno de España no tuviera sitio en un estrado en el que sí estaba presente el líder nacional del PP, como jefe de la oposición, la Administración regional se remitió al Real Decreto 2099/1983. Y la relación de autoridades recogida en ese documento concede preferencia a los ministros (en plural) por delante de, en este caso, Feijóo; el alcalde capitalino, José Luis Martínez-Almeida, el vicepresidente de la comunidad madrileña, Enrique Ossorio; o la presidenta de la cámara autonómica, Eugenia Carballedo, todos ellos presentes.

Desde la sede nacional del PP en la madrileña calle de Génova insisten en que el error fue de Bolaños porque el ministro acudió sin estar invitado a los actos y sostienen que a Feijóo no se le habría ocurrido, por ejemplo, haberse presentado en los eventos de la celebración de la cumbre de la OTAN en Madrid en junio del año pasado, a los que el Gobierno no le invitó. El núcleo duro de Feijóo cree que Bolaños forzó el choque al asistir porque a La Moncloa le interesaba el incidente como “cortina de humo” para distraer la atención de otros temas que no les benefician, como los precios o el error de la ley del solo sí es sí. Por ese motivo, el de que la confrontación eclipsa otros asuntos potencialmente más dañinos en campaña para el PSOE, la dirección del PP respaldó a Ayuso pero al mismo tiempo intentó echar el freno y dejar de alimentar la controversia. “Ya se han dado explicaciones. No queremos dar más pábulo a esta polémica buscada por el ministro de la Presidencia. A los españoles les importa poco si un ministro se queda de pie o se sienta en un acto”, subrayó el coordinador general del PP, tratando de pasar página.

En privado, la dirección nacional del partido admite la mala relación del PP y especialmente del Gobierno de Madrid con Bolaños, que fue el negociador con el partido en el frustrado pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial. Los populares le atribuyen también haber autorizado una manifestación en la Puerta del Sol que casi coincidía con la ceremonia del Dos de Mayo, aunque la autorización partió de la Delegación del Gobierno y al final se modificó el emplazamiento. “La relación es la que es”, enfatizan fuentes del equipo de Feijóo, que insisten en que el ministro “fue a buscar una confrontación televisada con la intención de reventar el acto” porque el Gobierno tiene “vocación de marcaje y hostigamiento” al Ejecutivo de Madrid.

Fuera de Madrid, dirigentes territoriales del PP definen como “surrealista” lo sucedido, pero creen que Ayuso sale ganando en la disputa. “A ella le beneficia, porque es el producto que gusta en Madrid; el PSOE le está regalando la mayoría absoluta, nuestro votante se moviliza”, analiza un alto cargo popular que se presenta como candidato en mayo.

El incidente, sin embargo, es resbaladizo para el PP, como evidencia que Feijóo guardó silencio y, preguntado al respecto, se remitió a la rueda de prensa en el partido de Bendodo en la que la tesis fue el respaldo a Ayuso. El líder evitó mancharse personalmente en la polémica, pero una vez más ordenó el cierre de filas con la presidenta de Madrid, con quien hasta ahora nunca ha revelado ninguna diferencia en público.