Moreno avanza “tiempos complicados” y dice que no tiene “varitas mágicas”

“Es importante interpretar bien los resultados. El halago debilita, a mí y al proyecto”. De este modo, ha intentado vacunar contra la euforia el presidente electo de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, a los miembros de la juta directiva regional del PP, el máximo órgano de decisión entre congresos, celebrado hoy en Sevilla y donde las caras exultantes se mantienen intactas desde la noche electoral del 19 de junio, cuando los populares dieron un vuelco electoral en Andalucía y se alzaron con la mayoría absoluta: 58 de los 109 escaños del Parlamento.

La tentación de olvidar rápido los casi 37 años que los populares ocuparon los duros bancos de la oposición es muy poderosa. De ahí que Moreno, que logró a su tercer intento como candidato ganar en solitario las elecciones autonómicas, esté insistiendo desde la misma noche electoral en bajar la embriaguez de los suyos. El PP andaluz sabe bien, porque lo padeció con los socialistas, que cuando se obtiene una mayoría incontestable, el impulso de considerarse más alto, más fuerte y más bello es irresistible. “El halago continuado nos puede llevar a creernos mejor de lo que somos. Humildad, ni autocomplacencia, ni euforia y dar las gracias, ser generosos y mano tendida”, ha enfatizado el presidente andaluz.

Sus asesores le han aconsejado que se acuerde de Juan Ignacio Zoido, actual eurodiputado, cuando logró en 2011 la alcaldía de Sevilla con el récord aún imbatido de 20 concejales. En las siguientes elecciones perdió la mayoría y pasó a la oposición.

Moreno ha pintado un horizonte económico sombrío para los próximos meses. “Vienen tiempos complicados, difíciles” y no “hay varitas mágicas”. El presidente electo ya ha avanzado que las comunidades autónomas no tienen los instrumentos claves en su mano ni para bajar la inflación o abaratar el precio de la gasolina o el del gas. “Los tiene el Estado y desde la lealtad institucional hay que pedirle reformas, no parches, y dejarse asesorar por el principal partido de la oposición”, ha asegurado.

Moreno ha marcado de manera somera los principales objetivos de su nuevo mandato: reforzar los servicios públicos, “proteger a las familias”, bajar los impuestos, simplificar la burocracia, apoyar a las pymes y autónomos, digitalizar la Administración pública y la “revolución verde”. También ha instado al PP andaluz a trabajar “sin descanso” para llevar al líder nacional, Alberto Núñez Feijóo, a la presidencia del Gobierno. “Somos el partido intergeneracional, interclasista, por eso nos llamamos populares, el partido de los trabajadores, del pueblo”, ha subrayado.

Una vez que la mayoría absoluta le ha despejado el camino de interminables jornadas de negociaciones para llegar a pactos sobre su investidura y formación de Gobierno, el líder del PP quiere acelerar los plazos y empezar su segundo mandato antes de agosto. Su intención, según han confirmado fuentes cercanas al presidente en funciones de la Junta, es que el 20 y el 21 de julio se celebre el debate de investidura; el 22 sea la toma de posesión; nombre a sus consejeros el 25; y el 26 presida el primer Consejo de Gobierno.

Esto supondría apurar mucho los plazos, ya que, de acuerdo con el reglamento de la Cámara, los partidos tienen cinco días a partir del siguiente a la constitución del Parlamento, que se celebrará el 14 de julio, para constituir sus grupos. Las mismas fuentes consultadas aseguran que el consejero de la Presidencia en funciones, Elías Bendodo, ya ha negociado con los portavoces de las formaciones con representación parlamentaria las fechas para la sesión de investidura.

En el maratón de entrevistas tras la noche electoral, Moreno ha trasladado la urgencia por ponerse a trabajar en los próximos Presupuestos cuanto antes. Esa fue la razón que esgrimió para adelantar las elecciones: tener unas cuentas que sustituyeran a las prorrogadas para hacer frente a la crisis económica e inflacionaria en la que se ha adentrado España. Ya este martes, en el primer Consejo de Gobierno tras la campaña, tanto Bendodo como el vicepresidente en funciones, Juan Marín, aseguraron que habría nuevo Ejecutivo para finales de julio.

Consejeros sin decidir

Un nuevo Gobierno en el que, en principio, ninguno de los dos estará presente. Marín, porque ha dimitido de todos sus cargos en su partido, Ciudadanos, al no conseguir ni un solo escaño, y Bendodo porque sus obligaciones como número 3 del PP nacional le impiden compatibilizarlas con un cargo en el Ejecutivo autónomo. El secretario de organización de los populares ha indicado que asumirá uno de los escaños en el Senado por designación autonómica.

Tampoco repetirá otro de los puntales del anterior Gobierno de la Junta, el consejero de Hacienda, Juan Bravo. El líder del PP, Alberto Núñez-Feijóo, ha pedido a Moreno que pueda desarrollar sus funciones como vicesecretario de Economía de los populares a tiempo completo y el dirigente andaluz no ha puesto pegas, pese a que en un primer momento deslizó que Bravo podría compatibilizar ambas funciones.

Moreno aún no se ha puesto a diseñar la composición de futuro Gobierno andaluz. Sí ha pedido documentación para estudiar una posible ampliación de la estructura del actual gabinete. El anterior estaba formado por 11 consejeros —seis del PP y cinco de Ciudadanos― y ya desde el primer momento los populares se dieron cuenta de que la reducción de consejerías no es necesariamente lo más eficaz. Se duda en mantener el área de Medio Ambiente con Agricultura y dar un rango propio a la de Justicia. A partir de ahí, todo son especulaciones y quinielas. Moreno, según fuentes próximas, no someterá su nuevo Gobierno a debate ni le van a pesar las cuotas provinciales. Sí quiere tener “dos o tres” miembros con peso político.

Tampoco tiene claro todavía quién ocupará la presidencia del Parlamento de Andalucía. Una vez que se despeje ese interrogante se abrirá el abanico de nombramientos. La Mesa de la Cámara es un órgano clave, porque marca los tiempos y el rumbo parlamentario. El PP tendrá mayoría absoluta, como en todas las comisiones y en los órganos de extracción parlamentaria.