Cerco por tierra y aire para hallar a un desaparecido de la dana
La Guardia Civil peina el valenciano barranco del Poyo para localizar a una de las tres personas que continúa en paradero desconocido
Cuando al capitán de la Guardia Civil Carlos Domínguez se le pregunta “¿cuándo dejarán de buscar a las tres personas que continúan desaparecidas tras la dana?”, este jefe del Seprona en Valencia responde como un resorte: “Cuando las encontremos”.
En la pizarra del joven mando hay tres nombres a localizar en la provincia de Valencia: José Javier, vecino de Pedralba (3.124 habitantes) que en la aciaga jornada se encontraba con su hija, cuyo cadáver fue hallado; Elisabeth, que se esfumó cerca del Hotel La Carreta de Chiva (17.245); y Francisco, el abuelo que salvó a sus dos nietos tras subirlos al techo de un coche y al que la inundación sorprendió en Monserrat (7.301). “Las posibilidades de hallarlos son reducidas”, admite Domínguez.
Tres meses después de la monumental riada que dejó 224 muertos, el equipo de búsqueda de la Guardia Civil que dirige el capitán ha desarrollado este viernes una batida con una decena de agentes en una zona de naranjos en el barranco del Poyo, a la altura del polígono industrial de Loriguilla, en el municipio valenciano de Quart de Poblet (26.304 habitantes).
Pertrechados con bastones, un dron y perros especializados en detectar cadáveres, los funcionarios han peinado esta zona del barranco –los tramos más probables se revisan hasta cinco veces- para localizar a uno de los tres desaparecidos. En paralelo, otro equipo del instituto armado de actividades subacuáticas trabajaba en La Albufera.
Destaca Domínguez que el perímetro de Quart de Poblet de la batida es de especial complejidad. El día D, en este espacio a 400 metros del malogrado barranco del Poyo, el agua superó los dos metros de altura. Y otra dificultad añadida es que la acumulación de cañas y naranjos obliga a recurrir a maquinaria pesada para remover la tierra.
La batida es la última parte del proceso. Antes de desembarcar sobre el terreno, de patear como sabuesos los campos, los guardias han tramitado la denuncia, delimitado en el mapa las zonas y analizado información de dispositivos como teléfonos o relojes con GPS. Según el capitán Domínguez, resulta clave el estudio previo de la acumulación de cañas para determinar si la fuerza de arrastre del agua es suficiente para mover un cuerpo o un coche.
Junto al barranco del Poyo, la Guardia Civil también busca a otras dos personas en los ríos Magro y Turia. Funcionarios del instituto armado desarrollaron hace dos semanas un rastreo sin éxito en Pedralba para seguir la pista de unos datos de geolocalización.
El operativo para dar con los tres desaparecidos, en el que también participan la UME y el Ejército, suma 100 agentes.
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