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Mazón pide a la Acadèmia, ente normativo del valenciano, sensibilidad con los postulados del PP y Vox

El presidente de la Generalitat reconoce la autoridad de la institución, pero propone sesiones encabezadas por el consejero de Educación para “iniciar un proceso de sensibilidad y coordinación”

Ferran Bono
Carlos Mazón
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, en la reunión con la presidenta de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, Verònica Cantó, este lunes.Biel Aliño (EFE)

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, pidió este lunes a la presidenta de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), Verònica Cantó, “recuperar el espíritu fundacional” de la institución normativa y “revalencianizar conjuntamente los criterios lingüísticos” de la administración autonómica que ahora gobierna el PP y Vox. Para ello, el también presidente del PP de la Comunidad Valenciana propuso y acordó con Cantó mantener “una sesión bilateral con miembros de la AVL y de la Conselleria de Educación, encabezada por José Antonio Rovira, para iniciar un proceso de sensibilidad y coordinación conjunta”, según una nota de prensa emitida por Presidencia de la Generalitat. Mazón no compareció ante los medios de comunicación, después de las más dos horas que duró el encuentro en el Palau de la Generalitat.

Sí lo hizo la presidenta de la Acadèmia, que calificó de “cordial” la reunión dentro de la “normalidad institucional” que requiere su cargo, y defendió la independencia de la institución, además de incidir en que siempre “ha cumplido íntegramente la ley de creación”. “La Acadèmia trabaja con criterios científicos y rigurosos y en ese sentido seguiremos trabajando”, destacó. Al mismo tiempo, reclamó “lealtad institucional”, colaboración “recíproca”, promoción del uso social del valenciano -ha descendido ocho puntos, según la última encuesta de 2022- y advirtió de que generar polémica “no beneficia a nadie y menos al valenciano”.

En la nota de prensa no se concreta el significado de la propuesta de “revalencianizar” y de recuperar el “espíritu fundacional” de la AVL, creada en 2001 bajo la presidencia de la Generalitat de Eduardo Zaplana, del PP, y en virtud de un acuerdo de los principales partidos políticos con el objeto de desactivar la polémica lingüística. Tras los primeros 15 años, en que los miembros del ente normativo fueron elegidos por designación de los partidos, su renovación se realiza desde 2016 por cooptación, es decir, solo por votación de los integrantes de la institución con el fin de despolitizar la institución e incluir solo expertos en la materia.

El origen de la reunión de Mazón con Cantó se remonta al mes de agosto cuando desde la consejería de Agricultura, regentada por Vox, se empezaron a emitir algunos mensajes en valenciano con faltas de ortografía (se borraron) al emplear las normas de la Real Academia Valenciana de Cultura, no reconocidas por ninguna universidad del mundo con estudios de filología. Esta entidad defiende la tesis secesionista, rechazada por la romanística internacional, de que el valenciano y el catalán no son la misma lengua y propone una normativa pegada al habla coloquial, más castellanizada.

El consejero competente en política lingüística, José Antonio Rovira, del PP, echó un capote a sus socios de Gobierno, se manifestó a favor de que “cada uno utilice el valenciano que estime conveniente” y sostuvo que la AVL no tiene la “verdad absoluta”. En este sentido, la presidenta de Les Corts valencianas, Llanos Massó, de Vox, se jactó el 26 de agosto de que si su partido no estuviera en el Consell “no se habría reabierto” este debate y aseveró que solo con su llegada se empieza “a cuestionar” que “el valenciano no es catalán”. Así define el diccionario de la RAE el valenciano: “Variedad del catalán que se habla en gran parte del antiguo reino de Valencia y se siente allí comúnmente como lengua propia”.

Dos días después, Mazón salió a la palestra para atajar la deriva del debate y recordar que la Acadèmia es el ente normativo de la Generalitat, como marca el Estatut d’Autonomia. Mientras tanto, la cúpula del PP nacional no cerraba la puerta a mantener contacto con los catalanes de Junts con motivo de la investidura de Alberto Núñez Feijóo del 26 y 27 de agosto. Este lunes, Mazón lo volvió a reiterar a través de la nota de prensa: es “la autoridad académica y científica, que reconocemos todos”. Previamente, había incidido previamente en iniciar un proceso abierto y permanente para que “ningún valenciano se sienta excluido o alejado de las instituciones que lo representan, porque “el valencianismo social y político se ha sentido en estos últimos años demasiados alejado de la AVL”.

“El valenciano es de todos y todos tienen que verse identificados al margen de si lo hablan todos los días o no”, defendió el presidente. Según Mazón, “se han acabado” los tiempos en los que desde el Consell se decía si alguien “es buen o mal valenciano, o si es más valenciano o menos” por hablar más a menudo valenciano o no, o por hablar valenciano de una forma u otra en función del lugar de residencia o de lo que le han enseñado sus padres. El presidente de la Generalitat se reunirá también con todos los grupos políticos con representación en les Corts Valencianes para abrir un proceso que “logre el mayor consenso posible”.

En la reunión, Verònica Cantó recordó que, desde su origen, entre los 21 miembros de la Acadèmia hay miembros que representan las diferentes sensibilidades y se atiende también a los diversos registros del valenciano, como el popular. Preguntada por si Mazón había cuestionado la unidad lingüística del valenciano y el catalán, la presidenta de la Acadèmia recordó que “la definición de valenciano y catalán en el diccionario normativo es clara, transparente y meridiana”. Otra cosa es qué tipo de relaciones políticas mantendrán los diferentes gobiernos”, pero “ese no es nuestro papel, nuestro papel es definir las palabras y qué es cada cosa”, ha añadido.

Cantó incidió en que el mayor problema es el uso del valenciano. Por ello, instó a amar el valenciano y a tener un compromiso “absoluto” de todas las instituciones para promocionarlo y no “recortarlo”, con medidas como el cambio de la ley de plurilingüismo o reducir su puntuación como mérito en el acceso a plazas públicas en la Comunidad, como ha anunciado la consejería de Sanidad, por ejemplo. “Suprimir el valenciano de la enseñanza, no solo como asignatura, va en contra de la igualdad de oportunidades” para los alumnos de las zonas castellanohablante, añadió en alusión a la propuesta de Educación relativa a las zonas castellanohablantes.

El valenciano se habla menos pero se domina más

El última Enquesta de coneixement i ús social del valencià, elaborada en 2021 y dada a conocer por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes en 2022, arroja unos resultados preocupantes para el uso social del valenciano que ha descendido ocho puntos con respecto a la anterior encuesta de 2015. En 2021, el 23,1% de los encuestados empleaba en casa el valenciano “siempre”, “generalmente” o “más que el castellano”; en 2015, el porcentaje era del 31%, muy similar al del 2010 (31,4%). En el caso de la lengua que se emplea con los amigos, el porcentaje que suman los tres parámetros citados es del 20,4% frente al 28,1% hace seis años. Entre 2015 y 2010 el porcentaje de uso no varió prácticamente. Por el contrario, se ha incrementado en seis puntos el porcentaje de personas que saben escribir perfectamente o bastante bien en valenciano; en casi cinco puntos las que saben leerlo y en más de tres puntos las que lo entienden, gracias sobre todo a su extensión en el sistema educativo. Entre 2015 y 2023, la consejería de Educación y Cultura estuvo regida por la coalición valencianista Compromís, socio del PSPV-PSOE y de Unides Podem en el Gobierno de izquierdas de la Generalitat.

En la nota informativa de la Generalitat lanzada el 7 de diciembre, entre dos festividades, no se hacía ninguna alusión al descenso del uso social del valenciano. Tampoco en ninguna de las declaraciones públicas de los principales dirigentes del PP y Vox se ha hecho hincapié en un problema que también se ha detectado en otras comunidades con lengua propia en los últimos años. Algunos sociolingüistas apuntan algunas razones que explican esta reducción, como la preferencia por el castellano de los padres, el avance del plurilingüismo, la muerte natural de hablantes nativos o el predominio del castellano (y en menor medida el inglés) en las redes sociales y en las plataformas de televisión de pago que se han multiplicado y en defeinitiva se han convertido en los nuevos vehículos de socialización.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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