Los partidos afrontan la carrera electoral con la meta más disputada
Las encuestas reflejan el resultado más ajustado en tres lustros del panorama político valenciano ante las elecciones autonómicas más destacadas de este año
A cuatro meses de las elecciones autonómicas —nada indica que vayan a adelantarse—, los principales partidos políticos valencianos afilan sus estrategias y afrontan una carrera en la que la meta, la presidencia de la Generalitat, se vislumbra como la más disputada de los últimos 15 años. Los partidos que optan a lo más alto del Ejecutivo autonómico nunca han estado a tan poca distancia en las encuestas preelectorales, que los sitúan con unas diferencias de entre 1,4 y 2,9 puntos. La campaña, oficialmente, no empezará hasta 15 días antes de que se pongan las urnas, en mayo, pero todos trabajan ya desde la casilla de salida con unos ejes que, probablemente, no variarán mucho en el momento en el que se inicie la carrera.
El hecho de que no se celebren elecciones ni en Cataluña ni en Andalucía, y que en Madrid el triunfo del PP sea una predicción más que posible, sitúan además a la Comunidad Valenciana como el territorio con la contienda política más importante y relevante para los dos grandes partidos: PP y PSOE. Para ambos, la victoria supondría jugar la partida del Gobierno central con una buena baza. Aun así, los sondeos reflejan que, gane uno u otro, los resultados no les auparán al Ejecutivo autonómico con una mayoría absoluta y que precisarán de Compromís y, posiblemente, Podem en el caso del PSOE y de Ciudadanos y de Vox por parte del PP.
Posible castigo a Sánchez
El PSOE tiene en la Comunidad Valenciana el gobierno autonómico de mayor trascendencia por número de habitantes y, por tanto, estratégico para las próximas elecciones generales. Sin embargo, para los socialistas valencianos, precisamente, el PSOE supone una de sus mayores desventajas por la tendencia de que el castigo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se revele primero en las autonómicas. A ello se unen los feos del propio Sánchez a la Comunidad, sin solventar la infrafinanciación autonómica y con el recorte en el trasvase Tajo-Segura. Así prevén una campaña centrada en el propio Ximo Puig y su perfil institucional y presidencialista, incluso, más allá de las siglas.
En el PP, las cartas son muy distintas. Su candidato, Carlos Mazón, aún es una cara desconocida y por eso, el pasearlo, darlo a conocer, es en lo que se están centrando los populares. Para muestra, ayer, que el candidato actuó en Benicàssim (Castellón) y Orihuela (Alicante), 300 kilómetros para una aparición en unas fiestas locales y un acto de apoyo a un alcaldable. Los populares quieren rentabilizar la crítica al PSOE pero sin entrar en los temas candentes en los que la posición del PP nacional sea polémica, como el aborto. Lo que pretende tapar el PSOE es lo que quiere destacar el PP y de ahí la nueva campaña de vallas publicitarias en las que aparecen, en negativo, Puig y Sánchez, con una tercera imagen, la de la exvicepresidenta de la Generalitat Mónica Oltra que, presumiblemente, no formará parte de la contienda electoral al estar inmersa en la investigación judicial por la gestión del caso de abusos de su exmarido a una menor tutelada.
El partido de Oltra, Compromís, ha decidido que el diputado en el Congreso Joan Baldoví sea quien participe en esa carrera a la presidencia de la Generalitat, optando así por una cara conocida y, por tanto, un trabajo menos en el que ocuparse.
El PSPV quiere centrarse en la gestión realizada desde la Generalitat, ensalzar los logros, como la llegada de la gigafactoría de Volkswagen, y las medidas contra la crisis económica y la inflación. Pero el PP quiere estrujar la implicación de los socialistas valencianos en el caso Azud. “El PP ya ha pagado la corrupción en los tribunales y en las urnas y los socialistas han seguido dándonos lecciones de ética. Ahora son ellos los implicados”, señala un dirigente de los populares. “Puig no va a poner la mano en el fuego por nadie”, afirman por su parte fuentes socialistas que admiten la preocupación por la causa judicial pero recuerdan que el PP es el mayor implicado en la misma y que dos expresidentes de la Generalitat se sentarán, probablemente, este año en el banquillo. Aun así, la táctica del “y tú más” no parece tener hueco en la estrategia del PSPV más allá de las respuestas a declaraciones de dirigentes populares y valoraciones de decisiones judiciales.
El PSPV tiene otro obstáculo por solventar. De momento, ha retrasado la confección de las listas para evitar el ruido que la guerra entre familias supone cada vez que hay que elegir candidatos. Fuentes socialistas esgrimen, sin embargo, que el retraso persigue que las nuevas incorporaciones tengan impacto más cerca de las elecciones y que se reduzca el tiempo para quemarlos.
Ni unos ni otros se van a centrar en distinguirse de quienes pueden ser sus futuros aliados. El PSOE ya está acostumbrado al pacto con Compromís y sostiene que un buen resultado de Baldoví les favorecerá. Los intentos de sumar a la izquierda del PSOE han fracasado y la sopa de siglas con una alianza entre Compromís y Podem es prácticamente imposible.
El PP confía en recoger el 70% de los votos que en las anteriores elecciones fueron a Ciudadanos y espera obtener un resultado que les permita llegar a lo más alto del Gobierno autonómico, con Vox únicamente como aliado externo.
Alicante es la provincia en disputa. Obviamente, el PP es más fuerte donde el PSOE es más débil pero en el caso de Alicante, sobre todo en el sur, los populares han de sostener también el ascenso de Vox. Compromís también ha de emplearse en la provincia más sureña y confía en el empuje que les puede dar el voto en la ciudad de Valencia y unos consolidados resultados en Castellón. Para el PP, la provincia de Valencia es el territorio más trabajoso, con un partido socialista con una estructura muy afianzada.
El pulso en el interior de Compromís
Con la posibilidad de reincorporar a Mónica Oltra en una lista casi descartada, Compromís tiene otras candidaturas por dilucidar. En Alicante, un clásico de la coalición, Gerard Fullana, compite con la anterior número uno y ahora vicepresidenta del Consell, Aitana Mas. Esta ha decidido jugársela a una carta y, o es número uno o no pretende optar por otro puesto en la lista. El enfrentamiento no es solo por un lugar sino que se ha elevado al reparto de fuerzas entre los partidos que conforman la coalición, ya que tanto el candidato a presidente y número uno por Valencia, Joan Baldoví, como el que encabeza en Castellón, Vicent Marzà, son de Més. En Valencia aún está por dilucidar el segundo puesto y el pulso se bate, fundamentalmente, entre la consejera Isaura Navarro, de Iniciativa, que supondría un “complemento” a Baldoví y la candidata que podría arrastrar a más voto verde y a los desencantados de Podem, la vicepresidenta de la Diputación, Maria Josep Amigó y la directora general de Comercio, Rosana Seguí, ambas de Més, con lo que el antiguo Bloc coparía los puestos más destacados.
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