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La pobreza se cronifica todavía más con la pandemia, según Casa Caridad

La dificultad de encontrar empleo, la falta de vivienda social o la demora en la tramitación de las ayudas públicas alarga la estancia de personas sin hogar en los albergues de la asociación

El País
pobreza pandemia
Una persona sin techo duerme junto a unos jardines de Valencia y sus pertenencias.MÒNICA TORRES

La Asociación Valenciana de Caridad ha advertido de la cronificación de la pobreza a causa de la pandemia de la covid-19 y ha destacado que continúa afectando en mayor proporción a las personas sin hogar. Esta crisis ha hecho que los usuarios de sus albergues de Petxina y Benicalap alarguen sus estancias por la dificultad de encontrar un empleo, las limitaciones de recursos habitacionales o la demora en la tramitación y aprobación de prestaciones por parte de las administraciones públicas.

El 21% de los usuarios de Casa Caridad permanecía en 2019 en estos albergues una media de más de tres meses, mientras que en 2021 este porcentaje ha crecido hasta el 60% de beneficiarios. Así lo han indicado este martes el presidente de Casa Caridad, Luis Miralles, y la gerente de la entidad, Guadalupe Ferrer.

“La pandemia ha aumentado la precariedad de las personas que ya estaban en riesgo de exclusión social. Además, la crisis económica ha generado nuevos perfiles de usuarios: personas normalizadas que han perdido su empleo o han entrado en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE)”, ha señalado Miralles.

Se ha agravado además la situación de “mucha población migrante que ha llegado a nuestro país en condición de protección internacional”. Casa Caridad ha alertado también del aumento del número de personas que acuden a la entidad para recibir productos básicos (alimentación, higiene y material de protección contra la Covid-19).

A este respecto, Miralles ha detallado que el pasado mes de noviembre se realizaron 1.226 entregas de bolsas de artículos de primera necesidad, frente a las 659 repartidas en noviembre de 2020. De este servicio, puesto en marcha en marzo del año pasado para atender a las personas que acudían al comedor social y que se tuvo que cerrar para las personas que no estaban albergadas, se han beneficiado 930 personas en noviembre.

El 40% de este total corresponde a españoles y el resto, a personas extranjeras entre las que destaca el incremento de usuarios procedentes de Latinoamérica en situación de protección internacional y que quedan fuera de la atención de los circuitos sociales de las instituciones públicas.

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Casa Caridad ha agregado que la distribución de estos productos básicos ha posibilitado que estas personas, entre las que se encuentran 214 unidades familiares con 339 menores, hayan podido destinar sus recursos a mantener una vivienda o pagar facturas, con lo que se ha evitando que vaya a una situación de sin hogar.

La campaña #RegalaNormalidad que ha impulsado Casa Caridad pretende recaudar fondos que ayuden a los usuarios de la asociación a salir de la situación en la que se encuentran. “Queremos hacer un llamamiento a la solidaridad de la sociedad valenciana para que en estas fechas regalen normalidad y colaboren para aumentar el número de donaciones, socios y empresas”, dado que “son los que nos ayudan a abrir nuestras puertas cada día”, ha indicado el presidente de la asociación.

Luis Miralles ha apuntado que la normalidad que todo el mundo busca es “tener un empleo, un techo donde dormir o unos ingresos para pagar facturas o adquirir alimentos”. #RegalaNormalidad invita a hacer donaciones a través de Bizum, con el código 33587.

Casa Caridad atendió el pasado mes de noviembre en sus diferentes servicios a 1.400 personas. “Nuestro equipo de trabajo social sigue ofreciendo un itinerario personalizado a cada persona que acude a nuestras instalaciones, con un seguimiento individual que responde a las necesidades de cada una o cada núcleo familiar”, ha manifestado el presidente.

Miralles ha apuntado que esta ayuda puede ser “desde la entrega de productos básicos, un techo en nuestros centros de acogida, la realización de talleres de búsqueda de empleo, vivienda o brecha digital”, hasta “la gestión de trámites para la obtención de la Renta Valenciana de Inclusión o la tramitación de servicios sanitarios”. “El objetivo final es encontrar una solución para que puedan volver a tener una vida normalizada”, ha insistido.

Guadalupe Ferrer ha comentado que “el proceso administrativo para acceder a una prestación económica es largo”, dado que “consta de diferentes fases hasta su aprobación”. “Esto hace que las personas beneficiarias tarden en obtener unos ingresos que les permita encontrar un recurso habitacional. El siguiente obstáculo es la dificultad para acceder a una vivienda o habitación de alquiler. Además, en muchos casos las prestaciones económicas son de baja cuantía y el proceso de salida del albergue se prolonga por los precios de mercado”, ha expuesto.

Uno de los objetivos de la entidad desde el inicio de la pandemia ha sido evitar que las personas vulnerables puedan perder su vivienda y caer en una situación de sin hogar. “Para ello, hemos puesto en marcha ayudas económicas directas para que familias con algún recurso habitacional puedan pagar alquileres, facturas, adquirir productos frescos en supermercados o tratamientos médicos” y así “impedir que se queden sin nada en la calle”, ha añadido el responsable de la entidad.

Desde marzo 2020, Casa Caridad ha invertido cerca de 220.000 euros para ayudas directas a familias para evitar que se convirtieran en sin hogar. El 40% de este dinero ha ido destinado a vales supermercado, el 35% al pago de alquiler y soluciones habitacionales y el resto, a tratamientos de salud (7%), pago de suministros (6%).

Luis Miralles ha destacado la necesidad de “trabajar junto a las administraciones públicas para encontrar una solución habitacional” a las personas que acuden a Casa Caridad ya que sus centros de acogida “con un primer recurso que tiene que ser algo puntual”. “Es fundamental para recuperar la independencia y dignidad de las personas sin hogar que puedan acceder a un piso o habitación que sea su hogar estable”, ha considerado.

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