Las empresas de autobuses españolas recurren a la contratación en Perú ante la falta de chóferes
Las organizaciones de transporte denuncian que en España faltan 5.000 conductores de autobús


Edsel Benson Cárdenas tiene 53 años y nació en la ciudad peruana de Arequipa. Allí trabajó más de tres décadas conduciendo autobuses. Desde junio de 2024, sigue al volante de un autocar, pero, al otro lado del Atlántico. Cárdenas es solo uno de las decenas de chóferes procedentes de Perú que conducen autobuses en Cataluña. “No soy ni mucho menos el primero. Algunos compañeros, en Perú, contactaron antes con la empresa Monbus y ahora trabajamos en diferentes puntos de España en busca en un futuro mejor”, resume Cárdenas. Cataluña y Galicia han sido dos de las zonas que más conductores extranjeros atraen.
El número de viajeros que apuestan por el transporte en autobús en España solo hace que crecer, especialmente en puntos donde la red ferroviaria está tensionada como en Cataluña. La Federación Empresarial Catalana de Autotransporte de Viajeros (FECAV) mantiene en su estadística que en 2001 el servicio de transporte público interurbano por carretera registró 34 millones de viajeros. En 2019 se llegó a cifras históricas superando los 84 millones. En 2023, una vez se recuperó la crisis del covid, se superó el récord llegando a los 92 millones de usuarios. Esas cifras no hacen más que subir.
Un portavoz de la empresa Monbus explica a EL PAÍS que todas las compañías de autobuses españolas han encontrado en los chóferes peruanos la única salida para no tener vehículos parados por falta de conductores justo en una punta de demanda. A partir de 2022, cuando medio mundo se recuperaba de la pandemia, las empresas de autobuses empezaron a angustiarse, ya que era muy complicado encontrar chóferes. De hecho, constataron: “No existe relevo generacional. Ya no es tan normal tener el carné de camión y autobús como lo era antes. Muchos se lo sacaban en el servicio militar y se había perdido la cultura de obtenerlo para trabajar”, asegura la empresa Monbus. “Compañías como la nuestra no saben de dónde sacar conductores. Tenemos acuerdos con la autoescuela Zona F y bonificamos a algunas personas la obtención del carnet, pero eso no es suficiente”, argumenta el portavoz de la compañía.
Es tal la falta de conductores profesionales que a finales del pasado noviembre el Ministerio de Transportes anunció la puesta en funcionamiento del Plan Reconduce que supone la concesión directa de una subvención de hasta 3.000 euros para aquellas personas que se apunten a una autoescuela para obtener el permiso C (camión) y D (autocar). El presupuesto global que destinará el Ministerio para estas subvenciones es de 500.000 euros. Tras el anuncio, la Asociación Profesional de Empresas Formadoras en Logística, Transporte y Seguridad Vial denunció que estas ayudas se quedaban muy cortas y solo serviría para ayudar a 200 aspirantes. Según las organizaciones del transporte por carretera, en España existen más de 30.000 vacantes de conductores de camión por cubrir y 5.000 de conductores de autobús.
“En 2022 comprobamos que muchas empresas de camiones contrataban a conductores peruanos con mucha experiencia. Hicimos las primeras averiguaciones y comprobamos que tenían ganas de venir a España para mejorar sus condiciones de vida”, explica Monbus. La empresa, al igual que otras compañías de transporte, ya ha desarrollado varios protocolos para contratar en origen. Hay profesionales de recursos humanos que en Perú realizan una selección con entrevistas y pruebas de conducción. Una vez seleccionados los candidatos, se inicia el proceso con extranjería y el proceso de homologación de carné. “Todo conductor peruano que llega a España se acoge a condiciones idénticas que el resto de conductores de la empresa. Además, facilitamos la vivienda los primeros meses. Tenemos varios pisos donde viven cuatro o cinco de los chóferes”, asegura Monbus. La otra vía de contratación es lo que llaman “conductores referenciados”. Es decir, conductores peruanos que son amigos o conocidos de los chóferes que ya trabajan en España y que sirven de puente para seleccionar estos trabajadores.
Cristian Luis Tixe tiene 52 años, es de Lima y trabaja en España desde marzo de 2024. “En mi país me dedicaba al sector minero operando maquinaria pesada”, asegura Tixe. Tiene tres hijos, el menor tiene 20 años y consiguió traerlo este otoño a Vigo para que estudiara una ingeniería. “Me ha tocado trabajar en Galicia y estoy muy contento y a la espera de que venga pronto mi esposa”, mantiene Tixe. “La decisión de venir a España fue por mis hijos y mi familia. En Galicia ya conozco el 80% de las rutas de Lugo, Orense y Coruña. Además, también he hecho servicios a Valencia. Ahora somos tantos aquí que faltan conductores en Perú… La vida aquí es una oportunidad”, concluye.
Monbus, en Cataluña, cuenta con 70 conductores peruanos y, otros 40, haciendo servicios en Galicia. “Una vez llegan a España, les hacemos formaciones, algunas muy básicas como enseñarles a utilizar el GPS. A ellos les suele interesar más los trayectos de larga distancia que son donde más nos cuesta encontrar chóferes pero, a la vez, son los mejor pagados”, asegura la empresa de autobuses.
Edsel Benson Cárdenas recuerda el 6 de junio de 2024 como la fecha en la que comenzó otra vida. “Tras hacer todo el trámite tomé la decisión de alejarme de la familia y venir a trabajar a Cataluña”, rememora. Atrás dejó a su esposa y tres hijos menores (de cuatro, 10 y 14 años) y tres adultos (20, 28 y 33 años). “Cuando llegué empecé a vivir en un piso que tiene Monbus en L’Hospitalet de Llobregat. Ahora hace unos meses que me fui solo a un apartamento del Prat de Llobregat. Quiero reagrupar a mi familia y uno de los requisitos es tener un lugar donde vivir”, confiesa Cárdenas.
Este peruano de 53 años ha conducido el autobús al aeropuerto, ha realizado servicios alternativos por carretera contratados por Renfe y servicios internacionales a Francia. “Ahora voy por la calle y me encuentro a compañeros que trabajaban conmigo en Transportes Cruz del Sur en Perú. El trabajo en España es diferente. Aquí se respetan las horas. En Perú ganaba al mes 3.000 o 3.500 soles (entre 760 y 890 euros) y aquí gano entre 2.000 y 2.500 euros. Un sueldo de aquí son casi tres de allí”, destaca. “Mi deseo es traer a mi familia. Aquí hay seguridad y porvenir para mis hijos”, confiesa.
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