Familias de escuelas del Opus, angustiadas ante la privatización: “No queremos que nos envíen a barracones”
Padres de los colegios Xaloc y Pineda de L’Hospitalet piden que la retirada del concierto sea progresiva para evitar una fuga masiva, mientras Educación busca recolocar a 300 alumnos vulnerables de estos centros


El pasado jueves 6, a las 20 horas, las direcciones de los colegios Avantis (infantil), Xaloc (de niños) y Pineda (de niñas), vinculadas al Opus Dei, de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) reunían simultáneamente a todas las familias y les anunciaban su intención de mantener el modelo diferenciado —separar a niños y niñas en clase—, a pesar de que ello les supondría perder el concierto educativo, la financiación que reciben de la Generalitat, que suma siete millones. La noticia cayó como un jarro de agua fría, ya que ello supone pasar a ser un centro privado el próximo septiembre. “Hubo bastante revuelo, familias muy preocupadas y, al día siguiente, niños llorando a la puerta del colegio porque no querían perder a sus compañeros”, comenta Mari, una de las madres del colegio.
Las dos escuelas, con 60 años de historia y que suman 2.800 alumnos, no hablan de privatización, sino de “plan de refundación”, y aseguran que, a pesar de que la ley estatal de educación, la Lomloe, no contempla la financiación de colegios que segreguen a los alumnos por sexo, pedirán la renovación del concierto. En las próximas semanas se inicia el proceso para solicitar estas subvenciones, tanto en primaria como en secundaria, que se resolverá en marzo. Las grandes escuelas catalanas vinculadas al Opus Dei han optado por fusionarse y ganar musculatura para poder afrontar una nueva etapa en forma de privadas, pero diferenciadas. Es el camino elegido por La Farga y La Vall, que se fusionarán, igual que lo harán Canigó y Viaró, y Bell-lloc con Les Alzines en Girona.
El anuncio de privatización ha generado desconcierto y preocupación, además de “angustia y enfado” entre las familias, que en algún caso se posicionan en contra de la privatización. “Si hay que elegir entre diferenciada y concierto, la mayoría prefiere mantener el concierto”, admite la media docena de padres y madres con las que ha hablado este diario a la puerta de las escuelas de L’Hospitalet, este viernes. Las familias se han organizado en varios grupos de chat, el más numeroso de los cuales, y más combativo, agrupa a casi 900 miembros.
Los padres defienden su derecho a elegir escuela y tipo de educación para sus hijos, igual que el resto, rechazan la etiqueta de colegio “elitista” y recuerdan que estas escuelas nacieron en el barrio del Gornal, “cuando solo había campos de patatas, para poder dar una educación a la gente del barrio”, explica Carlos, que también fue alumno de Xaloc. De hecho, consideran que, precisamente con la privatización, sí se convertirá en una escuela elitista, “porque solo habrá las familias que lo puedan pagar”, añade Javier.
De momento, muchas de ellas ya están haciendo números. “Te dicen que están con el Excel, mirando gastos y ver si podrán pagar las cuotas. Nosotros intentaremos aguantar, habrá que hacer recortes y reorganizar el presupuesto, pero haremos el esfuerzo porque lo prioritario son los valores y el nivel educativo”, explica Javier. A Juan, en cambio, de momento no le salen las cuentas. “Tengo tres niñas y tendré dificultades para pagar, no descarto buscar un segundo trabajo”, admite. Actualmente, las familias pagan casi 300 euros mensuales (sin comedor), una cuota que el próximo curso subirá unos 100 euros más, y que irá aumentando progresivamente hasta rozar los 500 en 2030, según la previsión inicial de los colegios.
Mari asegura que eligió el colegio “por la proximidad y por el nivel educativo”. “A mí me gusta la diferenciada, pero prefiero el concierto. Nos planteamos cambiar de centro, pero no hay plazas. Mi hijo acaba de entrar en Infantil, de haberlo sabido antes, ya lo hubiéramos inscrito en otro colegio”, lamenta. Pero las familias son conscientes de que esta opción no es fácil debido a la falta endémica de plazas públicas que arrastra la ciudad. “No queremos que nos envíen a una escuela con barracones”.
La angustia por el futuro incierto también la están viviendo los alumnos. “Están asustados y angustiados por la posibilidad de perder a los amigos. Se van a romper grupos de amistades, porque varios de ellos ya están diciendo en clase que se irán el próximo curso”, explican estos padres y madres, esperando que al final no se cumpla este extremo.

Las familias no se oponen a la decisión del colegio, porque consideran que “está defendiendo sus valores fundacionales”, y ponen el foco en la Administración. “Es una decisión política, en otras comunidades esto no está pasando”, se queja Javier. Por ello, la idea de las familias es pedir al Ayuntamiento de L’Hospitalet y al Departamento de Educación una retirada progresiva del concierto, de manera que afecte a los alumnos de nuevo acceso, pero que se mantengan las condiciones a los ya escolarizados.
300 alumnos vulnerables para recolocar
Las asociaciones de familias de Xaloc y Pineda se reunieron el martes con el Consistorio de L’Hospitalet para tratar la situación. “En el Ayuntamiento están tremendamente preocupados, no sabían nada de la intención de la escuela, se enteraron al mismo tiempo que nosotros. Han montado un gabinete de crisis para gestionar la situación porque están recibiendo muchas consultas y quejas”, aseguran desde las asociaciones. Y es que la Administración tiene ahora dos grandes problemas sobre la mesa: uno, gestionar las peticiones de traslado de las familias ordinarias. Desde las Asociaciones de Familias de Alumnos auguran que la fuga de familias de cara al próximo curso “no será masiva, pero sí generosa”. Ante la falta de plazas vacías en L’Hospitalet, lo más probable es que no todos lo logren. Ya ha sucedido este curso con los colegios de La Farga y La Vall, en que de los 159 alumnos de ambos centros que pidieron el traslado, 112 lo lograron.
El segundo gran problema es buscar plaza a los alumnos vulnerables, y este colectivo es prioritario, ya que se les escolarizó en estos centros en el marco del plan contra la segregación escolar, y con una ayuda o mochila económica de 988 euros anuales. Cuando los colegios pasen a ser privados, los centros ya no se verán obligados a aceptar a estos alumnos, menos aún si no pueden pagar las elevadas cuotas. Según Educación, entre Xaloc y Pineda hay escolarizados 296 alumnos vulnerables —conocidos como NESE B—, de los cuales 203 son de L’Hospitalet. Ni el Ayuntamiento ni el Departamento de Educación han querido hacer declaraciones.
Por su parte, las direcciones de las escuelas aseguran que están buscando la forma de ayudar a las familias vulnerables “que han manifestado su voluntad de continuar” en el centro y se ponen a disposición de la Administración para “encontrar la mejor solución para todos los alumnos”.
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