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Sabios de las lagartijas, las serpientes y las ranas: 160 herpetólogos advierten en Barcelona del declive de reptiles y anfibios

Los participantes en el Congreso Herpetológico que se celebra en la ciudad aspiran a que la sociedad sea más empática con estas criaturas, y con ellos

Jacinto Antón

Barcelona acoge hasta hoy sábado el Congreso Herpetológico (del griego herpetón, animal que se arrastra, y logia, estudio), un evento científico internacional que se desarrolla desde el miércoles en el Fòrum (Museo de Ciencias Naturales, NAT), el mismo espacio de la ciudad en el que se ha celebrado ese encuentro tan distinto que ha sido el Mondiacult, la reunión de ministros de cultura, que han dejado paso curiosamente a lagartijas, serpientes, tortugas y ranas, entre otros bichos. El congreso, en el que participan 160 herpetólogos, científicos dedicados a los reptiles y los anfibios, es una cita señera de la especialidad que reúne a la vez el 18º Congreso luso-español de Herpetología, el 22º español y las 19º jornadas herpetológicas catalanas.

En total se presentan al congreso 67 comunicaciones orales y 59 posters (paneles visuales que resumen una investigación). Entre las primeras, temas como Monitorización de la tortuga de Hermann (‘Testudo hermanni hermanni’) en la cordillera de la Albera, Desvelando los secretos de las serpientes ibéricas: explorando la evolución de su veneno con multiómica (distintos análisis moleculares) o Contribuciones de las mujeres a la herpetología española e internacional; y entre los segundos, Conservación ex situ (fuera de su hábitat) del tritón del Montseny, Progreso de la colonización territorial de la serpiente invasiva ‘Hemorrhois hippocrepi’s (culebra de herradura) en la isla de Ibiza o ¿Más grande, más audaz y más mordido? Influencia del tamaño y el sexo en los patrones de cicatrización de un lagarto insular.

“El congreso tiene el atractivo de que es internacional e incluye a gente de aquí que trabaja en otros países, aunque sobre todo se habla de cosas que afectan a la península y sus islas”, explica a este diario en una pausa de la reunión Eudald Pujol, presidente de la activa Sociedad Catalana de Herpetología (con 200 socios y una revista) y miembro del comité organizador del encuentro y de la dirección de su comité científico. Pujol señala que con respecto a reptiles y anfibios “hay sensación de alarma, nos encontramos en un momento complejo, con muchas especies en declive como se está destacando en numerosas charlas sobre seguimiento de poblaciones”. Matiza que “hay algunos casos que invitan al optimismo, no todo es muerte y destrucción, por así decirlo, pero suceden en parques naturales y espacios protegidos, no fuera”.

El herpetólogo apunta que el congreso está evidenciando que hay muchas especies invasoras, otro de los asuntos que más interés despierta, y remite a dos charlas sobre la invasión de serpientes en Ibiza, que se está desarrollando “a una velocidad alucinante” y que ha puesto ya, deplora, a la lagartija pitiusa (Podarcis pityusensis) al borde de la extinción. “Un caso muy dramático: Ibiza y Formentera están pasando de ser las islas de las lagartijas a ser las islas de las serpientes en muy poco tiempo”. Pujol explica que hay casos también de tritones invasores, procedentes de acuarofilia, que son liberados. Otro tema que se trata en el congreso es de los gatos asilvestrados y su depredación de reptiles y anfibios (una comunicación es sobre Effect of feral cat colonies on the catalan wall-lizard [Podarcis liolepsis] in urban and peri-urban environments). Parecía que el problema era básicamente para los pájaros. “Toda la pequeña fauna está amenazada. Unos primeros resultados en la zona de Sant Cugat nos muestran que por culpa de los gatos hay menos lagartijas, de tamaño más reducido, y que, a causa del estrés, han cambiado su comportamiento: ahora la distancia a la que perciben peligro es menor y su huida más rápida.

El expolio es otro problema para reptiles y anfibios: se roban poblaciones enteras, denuncia Pujol; en un caso se encontró a un traficante con 80 salamandras en la maleta, todas procedentes —como se pudo comprobar— del mismo punto.

Los reptiles, acepta el científico, no son muy populares en general, excepto quizá las tortugas, y entre ellas las marinas. “Los herpetólogos somos conscientes de que no caen muy simpáticos. Ni ellos ni los anfibios despiertan empatía de entrada. De hecho las serpientes provocan mucho miedo. Una parte positiva es que así se los deja en paz, pero también sucede que enseguida se los mata; la relación con los humanos es difícil”. Pujol lamenta que además, “a la gente que le gustan, le gustan de manera poco sana: para tenerlos en terrarios, que es algo absurdo porque no son animales de compañía”.

Entre las charlas del congreso, el estudioso resalta las centradas en la utilidad de la genómica para analizar poblaciones (y describir nuevas especies), y las dedicadas a las enfermedades emergentes, como la provocada por el hongo asesino de anfibio, Batrachochytrium dendobatidis, que les ataca a la piel. “Los estudios demuestran que el cambio climático está haciendo que descienda la capacidad inmunológica de los anfibios”. La reacción de esos animales a la sequía es otro tema de gran interés. Una de las conferencias ha tratado sobre el estado de las poblaciones de anfibios en siete parques de la Diputación de Barcelona tras la histórica sequía de 2024. Un tema más que destaca Pujol es el de la coloración de los lagartos para comunicarse.

Reconoce que los lagartos le interesan especialmente (tiene uno en su perfil de redes). ¿Hay unas características comunes a los herpetólogos, unos rasgos distintivos? “No sabría decir. Sí que es algo muy pasional y que nos viene de pequeños: de niños ya nos gustaban estos animales. Es indudable que son muy interesantes, pese a ser vertebrados son muy diferentes de nosotros, son terrestres pero su relación con el medio es muy distinta de la que tenemos los humanos. Su vida y la nuestra no tienen nada que ver, ellos han de tener muy en cuenta la temperatura, la humedad, tienen metamorfosis… Pueden pasar semanas inactivos, comer solo dos o tres veces al año, perciben los colores de otra manera, ven algunos que nosotros no vemos, como las lagartijas que tienen visión ultravioleta. Son los más diferentes de los parecidos a nosotros y eso es fascinante”. ¿Son gente rara los herpetólogos? “Hay de todo, pero es posible que a la gente le parezcamos raros por interesarnos por animales que consideran tan extraños. También aspiramos a despertar más comprensión y empatía”.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.
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