Una investigación descubre un retrato de la madre de Miró oculto debajo de uno de los cuadros del pintor
El retrato de Dolors Ferrà Oromí se escondía tras las capas de azul de ‘Pintura’, una de las obras más célebres del artista

Debajo de las capas de azul de Pintura, un óleo sobre lienzo pintado por Joan Miró entre 1925 y 1927, que el artista regaló a su amigo Joan Prats y que conserva la Fundación que lleva su nombre en su sede de Barcelona, se escondía el retrato de Dolors Ferrà Oromí, madre del pintor catalán, realizado por Cristòfol Monterrat Jorba en 1907. El equipo de investigadores de la Fundación Joan Miró ha anunciado el descubrimiento este jueves, después de identificar a la progenitora del artista gracias a los últimos avances tecnológicos en el área de la conservación de obras de arte. La fundación estrenará este jueves un documental producido con la Fundación La Caixa, en el que se retrata el proceso de investigación para dar con el descubrimiento debajo de la pintura.
La génesis del descubrimiento se remonta a un primer informe sobre Pintura, escrito en 1978 por el restaurador Josep Xarrié. En el documento, Xarrié detallaba la realización de una primera radiografía que reveló “con bastante exactitud que el cuadro existente debajo dela pintura de Miró era un retrato de señora de finales del siglo pasado o principios del presente”, sin que se pudiese identificar la identidad de la persona retratada. El informe también relataba el mal estado de conservación de la obra debido a pérdidas y grietas.
Con este primer antecedente en mente, y gracias a la aparición de nuevas técnicas de conservación en los últimos años como la radiación electromagnética, la luz ultravioleta e infrarroja, la radiografía o la imagen espectral, los investigadores de la Fundación Joan Miró se embarcaron en un nuevo proyecto científico para obtener una imagen de la pintura subyacente, con un nivel de detalle mucho mayor que la primera.

Pese no tener éxito en un primer momento, porque no se pudo identificar a la mujer con ninguno de los retratos de propiedad del artista en Barcelona, el contacto con la sede mallorquina de la Fundación consiguió desbloquear la búsqueda. “De Mallorca me dijeron: ‘¿Por qué no pruebas venir aquí, que hay muchos retratos de familia de Miró?’. Cuando entré y vi los retratos me encontré con que eran exactamente iguales a la radiografía que teníamos. De esta manera pudimos identificar que se trataba de la madre del pintor”, ha explicado Elisabet Serrat, directora del equipo de investigación.
Los investigadores detectaron, observando con luz rasante, ciertos relieves visibles en la superficie de la obra, que han podido identificarse como el broche y los pendientes del retrato de Dolors Ferrà. Dos detalles que Miró “podría haber eliminado fácilmente, pero que decidió conservar como manifestación de la materia que surge desde debajo”, ha apuntado Serrat.
La dirección de la Fundación Joan Miró ha explicado que manejan dos hipótesis. La primera, que el artista haya utilizado el lienzo con el retrato de su madre por una cuestión práctica. “A lo mejor Miró simplemente necesitaba una tela en ese momento”, ha apuntado Serrat. Por otra parte, podría tratarse de un acto de rebelión, ya que al pintar sobre otras obras de arte que el pintor consideraba académicas, el artista habría cumplido con el “asesinato de la pintura”, según ha relatado Daniel Marko, director de la fundación.
Pintura no es la única obra en la que Miró se sirvió de pinturas de otros artistas para pintar encima. El artista pintó sobre retratos entre los años cuarenta y cincuenta, y en las décadas posteriores lo hizo sobre paisajes. En ambos casos, Miró dejó una evidencia de las pinturas académicas subyacentes para poner de manifiesto su postura crítica respecto a este tipo de pintura, que consideraba vacía. “Imagino que si Miró estuviera aquí nos diría: ‘¿Os ha costado todo este tiempo descubrir esto?’”, ha concluido Marko.
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