El Govern recurre a científicos del CSIC para combatir la sobrepoblación de conejos en Lleida

“Este año he optado por no sembrar nada a causa de los daños que tuve en campañas pasadas porque los conejos se me comieron toda la cosecha”. Alejandro Domingo, campesino de Tàrrega y presidente del coto de caza de la capital del Urgell, ha hecho los números del coste que le supone sembrar de cebada sus 11 hectáreas cerealísticas. “Y si siembras y no cosechas, tengo un gasto importante y ningún beneficio y al final pierdes mucho dinero”, lamenta. Como él, otros campesinos han optado por no sembrar.

Domingo es también cazador y es de la primera promoción que hizo el curso que le autoriza a poder hacer vareos nocturnos, con un rifle y un visor nocturno o térmico. Entre tres y cuatro noches por semana sale al anochecer con un compañero también autorizado, previo aviso a los Agentes Rurales, a cazar conejos “siempre en fincas que estén dentro del coto, que es donde está permitido” dice. En esta zona, afirma, la densidad “era entre 90 y 100 conejos por kilómetro cuadrado” y ahora ha aumentado “porque tenemos un pico en alza”. Cada vez que salen matan entre 20 y 50 conejos, asegura

Estos cursos de formación para cazadores se enmarcan dentro del despliegue del Decreto Ley contra la sobrepoblación de fauna salvaje con el objetivo de habilitarles para que puedan capturar de forma más eficiente la fauna cinegética que origina daños a la agricultura y accidentes de tráfico en todo Cataluña. El año pasado se hicieron ocho. Este año el Departament de Agricultura ha programado 22. Y en total, calcula que esta formación la ha seguido un millar de personas y, segun fuentes de la Consellería, hay lista de espera.

Cerca de 14.000 capturas de conejos en dos meses

Durante este año, el Departamento de Agricultura ha intensificado los vareos para luchar contra la proliferación del conejo en la Plana de Lleida, “especialmente en zonas más vulnerables donde los conejos están echando a perder árboles frutales y arrasando el cultivo de cereal” afirma el consejero de Agricultura de la Generalitat, Òscar Ordeig. Desde febrero se está haciendo al menos un vareo nocturno al día.

Entre enero y febrero se han capturado 13.797 ejemplares, una cifra récord. Ordeig considera que “es un indicador de que se está actuando más que nunca, y con más recursos que nunca” fruto del “compromiso” del Departamento “de poner manos a la obra con más material técnico, vehículos –los pick-up para hacer los vareos nocturnos tienen que tener unas características homologadas- nueva munición y más cartuchos, más jaulas trampa, y más personal” ante una problemática grave para el sector primario de Lleida, y, que también fue uno de los acuerdos para desconvocar los cortes de carretera previstos por el campesinado a principios de febrero.

Urgell es una de las comarcas de Lleida más afectadas por la sobrepoblación de conejos. En dos años, en el coto de Tàrrega, los cazadores han capturado unos 60.000. Según su presidente, “antes se hacía caza deportiva y ahora hemos tenido que cambiar el chip y cazamos para proteger los campesinos y los cultivos”. Domingo afirma que la intensidad de las capturas “se está notando” en los campos, pero no a los lugares próximos a infraestructuras, cascos urbanos o zonas de seguridad donde no se pueden usar las armas de fuego, y se utilizan otros métodos como las jaulas trampa.

Agricultura recurre al CSIC

Dos científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rafael Villafuerte y Miguel Delibes, enseñan a unos 30 técnicos del Departamento de Agricultura la aplicación sobre el terreno de el índice de Cooke. Este método, desarrollado en Australia, consiste en observar la cantidad de excrementos de conejos en una área de entre dos y tres hectáreas. Según los resultados obtenidos, este índice permite saber a través de una escala del 0 al 5 la abundancia de ejemplares que hay en la zona. La idea es saber cuáles son las medidas más idóneas en cada lugar “si se tiene que hacer una caza intensiva, o si es o no conveniente sembrar un determinado cultivo para ser de los más afectados, o por qué más unos que otros” afirma Delibes. Una radiografía con pulso quirúrgico del territorio, que permita “actuar de forma solvente” y decidir cuáles son los mejores métodos y estrategias efectivas. “Necesitamos sumar todas las herramientas y recursos a nuestro alcance para hacer frente a un problema que afecta directamente el sector primario, que es quien nos llena la despensa cada semana”, subraya el consejero de Agricultura.

Según el último censo de otoño, la población de conejo ha aumentado en todas las comarcas que son zona de emergencia cinegética (Urgell, Pla d’Urgell, Segrià, Segarra, Noguera y Garrigues) de 145 a 190 individuos por kilómetro cuadrado aunque algunos campesinos elevan esta cifra a medio millar en algunas fincas.

Declaración de daños

En Verdú (Urgell) a finales de enero se presentó una prueba piloto para localizar madrigueras de conejos con drones equipados con cámaras térmicas y cenitales para hacer un mapeo con datos precisos. El portavoz de la Plataforma “Campesinos o Conejos”, Ramon Boleda, señala que “dijeron que saldrían un par de días a la semana pero después de la presentación nadie sabe nada”. Remarca, sin embargo, que “muy utilizado, es una buena herramienta”. Este campesino ha tenido que poner protectores a los troncos de los árboles –olivo y pistacheros- y a las cepas para evitar que los conejos mordisqueen la corteza y la planta se muera. “Cada protector cuesta borde de un euro, y, medio euro más”. Hace dos veranos tuvo que proteger una finca de 2,5 hectáreas de viña y le costó cerca de 2.000 euros, “mil euros de jornales y mil euros del plástico protector”. Hace pocos días que arrancaba cuatro árboles pistacheros de más de ocho años que estaban protegidos con malla y que los conejos incluso habían mordisqueado.

Los daños provocados por los conejos no tienen, de momento, compensación económica por parte de la administración. La comunicación de los destrozos sirve para evaluar la necesidad de centrar los vareos u otras actuaciones. Ordeig afirma que la Consellería está trabajando con una “nueva orden de ayudas para instalar medidas de autoprotección en cultivos, y en líneas de ayuda para compensar una parte de los daños que se produzcan”.