Camisas más frescas y pérgolas en las plazas para que los ‘castellers’ sobrevivan al cambio climático

“Hay diadas castelleras tradicionales que difícilmente podrán cambiar de horario, pero, en cambio, sí que hay ciertas medidas de prevención que ayudarían a garantizar la seguridad de los castellers y del público, y a disminuir los efectos del calor”, asegura Óscar Saladié, coordinador del estudio de la Universidad Rovira i Virgili (URV) que analiza los efectos del cambio climático en el mundo casteller. Ha aumentado el calor, pero también la humedad y, por tanto, la sensación térmica de todos los que están en la plaza, según comprobaron recorriendo muchas localidades el pasado verano e instalando sensores para registrar los datos del mercurio.

Saladié ha examinado junto a todo el equipo de investigadores las oscilaciones del termómetro desde 1951 hasta 2023 en un día y lugar concreto: así el incremento va desde los 0,42 °C por década, según las medidas tomadas el 24 de junio en Valls; o de 0,30 °C más por década en el 15 de agosto en la Bisbal del Penedès.

Con los datos en la mano, el siguiente paso fue realizar varios talleres con una decena de colles participantes y 109 personas. Se establecieron seis grandes grupos de medidas de adaptación: cambios de horario, generar más sombras con pérgolas en las plazas, acortar la duración y las esperas entre castillo y castillo, usar camisas transpirables, disponer de más agua fresca e incrementar las ambulancias para atender los golpes de calor de manera más rápida y efectiva. Según explicó Saladié en el programa Aquí Camp de Tarragona de SER Catalunya, la medida más drástica de modificar el calendario –trasladar las diadas del mediodía a primera hora de la mañana o bien a la tarde– es muy compleja “por todo lo que implican las diadas: el componente tradicional, la fiesta a la que están asociadas, el protocolo, etc.”, y, de hecho, las collas son muy reacias a hacerlo. No obstante, existe un precedente el pasado 15 de agosto en la Bisbal. Ahora bien, “todas las demás propuestas son más fáciles de implementar, y ahora cada colla debe elegir con cuáles se siente cómoda”.

Durante estas sesiones participativas también se determinaron, de manera cualitativa, las situaciones meteorológicas más favorables y más adversas para hacer castells. Se concluyó que tanto la temperatura como la humedad no deberían ser altas o muy altas (evitar el bochorno), que es positivo que el cielo esté algo nublado y que no debería llover ni hacer viento fuerte. En cuanto a la temperatura, se estableció un rango óptimo (18,5 ºC y 25,5 ºC) y un umbral extremo de 34 ºC, por encima del cual debería plantearse, por motivos de seguridad, no realizar la actividad.

El estudio, que es un encargo de la cátedra URV para el estudio de los castellers, continuará con el seguimiento de las medidas que las collas, los organizadores de las diadas y la administración adopten para hacer frente a la situación, garantizando la seguridad, por un lado, y preservando la tradición, por otro.