El Premio Nobel de la Paz 2024 se muestra pesimista tras la investidura de Donald Trump
Shigemitsu Tanaka, superviviente del bombardeo atómico de Nagasaki el 9 de agosto de 1945, fue condecorado por el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni
Shigemitsu Tanaka conoció el infierno cuando tenía cuatro años. El 9 de agosto de 1945, Tanaka estaba jugando con su hermano pequeño en el patio de su casa cuando vio la luz blanca que causó la explosión de una de las dos bombas atómicas que cayeron sobre Nagasaki e Hiroshima al final de la Segunda Guerra Mundial. Se encontraba a seis kilómetros del epicentro de la radiación de Nagasaki y fue testigo de los horrores que vivieron las víctimas en los años posteriores a la tragedia. Tan solo un día después de la investidura del presidente norteamericano Donald Trump, Tanaka ha confesado desde Barcelona, donde ha recibido un homenaje por parte del Ayuntamiento, no sentirse demasiado optimista sobre los próximos años. “No soy un político, no puedo saber cómo será el segundo mandato de Trump, pero según lo que ocurrió en el primero no puedo ser optimista. Tengo una preocupación sobre el futuro, en este momento la confrontación y la división están prevaleciendo en el mundo”, ha expresado.
Tanaka recibió en 2024 el Premio Nobel de la Paz junto con Nihon Hidankyo, la única organización nacional japonesa de los llamados hibakusha (supervivientes de los bombardeos nucleares) por su lucha contra las armas nucleares. En el homenaje ha insistido en que España debe firmar el Convenio contra las Armas Nucleares. Al ser consultado sobre la guerra entre Rusia y Ucrania, Tanaka ha asegurado “es muy probable” que ocurra una guerra nuclear, “sobre todo a causa de las amenazas de Vladimir Putin”, ha agregado delante presencia del alcalde Jaume Collboni y de miembros del Gensuikyo (Consejo Japonés contra las Bombas Atómicas y de Hidrógeno).
Desde hace cerca de 25 años Tanaka conmemora junto con decenas de jóvenes estudiantes el aniversario de los bombardeos de Nagasaki e Hiroshima. “Mucha gente, especialmente los jóvenes, no saben sobre los bombardeos y los efectos que estos tuvieron sobre las personas, he visitado muchas escuelas y muchos jóvenes están tomando el relevo, la segunda o tercera generación de supervivientes de la bomba está esforzándose por transmitir las historias de los hibakusha al resto del mundo”, ha comentado Tanaka. Todos los años, miles de alumnos de escuelas y colegios de Japón organizan viajes a Nagasaki o Hiroshima con el propósito de mantener vivos los testimonios de quienes fueron testigos de las consecuencias de la radiación nuclear. “Durante mucho tiempo mantuvimos en secreto lo que realmente había pasado”, ha confesado el anciano de casi 85 años.
“Estimadas personas de todo el mundo, los seres humanos no pueden coexistir con armas nucleares. Las armas nucleares son armas diabólicas cuyo único propósito es el exterminio, la abolición es el único camino”, ha asegurado Tanaka. “Hoy no podría ser mejor día para hacer este acto, el día siguiente de la toma de posesión de un presidente de Estados Unidos que pretende abrir una nueva era en las relaciones internacionales”, ha asegurado por su parte el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni.
Tanaka también ha dedicado varios minutos a conmemorar el sufrimiento de las mujeres, que vivieron una verdadera “maldición” marcada por las cicatrices y traumas del bombardeo nuclear. “La vida fue muy dura para todos los japoneses en los años posteriores a los bombardeos, especialmente para las mujeres, muchas de ellas no pudieron casarse porque existía el rumor de que sus hijos nacerían muertos, fue una situación muy triste y es una discriminación que de alguna manera continúa hasta ahora”. Casi 80 años después de la explosión, Tanaka continúa ayudando a inspeccionar lugares y a extraer muestras del terreno afectado por la radiación, una labor que el Comité Nobel ha considerado esencial “para lograr un mundo libre de armas nucleares y para demostrar que las armas nucleares no deben volver a utilizarse nunca”, tras entregarle el galardón a Nihon Hidankyo, la única organización nacional japonesa de los llamados hibakusha.
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