Rambla Catalunya, el escaparate de la moda catalana: “Se ha convertido en la nueva milla de oro de Barcelona”
Firmas locales de gama media apuestan por esta zona de Barcelona, convertida en el eje comercial más singular del centro de la ciudad
Si paseo de Gràcia es la avenida del lujo y del fast fashion, la moda de gama media se está posicionando en Rambla Catalunya de Barcelona y las calles adyacentes. En los últimos dos años, esta zona se ha convertido en el eje comercial más singular del centro de la ciudad con tiendas de empresas locales, con un precio medio y una calidad por encima de la moda rápida, que se instalan aquí porque se está convirtiendo en una zona con más personalidad. Uno de los motivos de esta tendencia es que tiene unos precios de alquiler más asequibles que su vecina paseo de Gràcia, que se mantiene como la calle comercial con los alquileres más elevados de España: 3.180 euros por metro cuadrado, un 6 % más que el año pasado, según la consultora Cushman & Wakefield.
Son buenos tiempos para Rambla Catalunya, que se ha erigido sin buscarlo como guardián de la industria textil catalana, acogiendo marcas de moda y accesorios con diseño y en algunos casos también producción local. Por ejemplo, la firma catalana Mus & Bombon acaba de inaugurar su tienda insignia en Rambla Catalunya, 111. El director general de esta empresa que la próxima primavera cumplirá 10 años, Borja Barbany, cuenta que buscaban un local para su apertura más relevante y hace cosa de un año percibieron que esta calle era la más idónea, porque representa un hervidero de tiendas afines. “Es de las tres mejores ubicaciones de retail de Barcelona”, añade el fundador de esta marca de ropa para mujer que basa sus colecciones en el fondo de armario y los materiales naturales de calidad.
Algo parecido percibieron en Yerse, que también ha apostado por Rambla Catalunya, en el número 64, para estrenar su tienda principal, la que va a marcar el rediseño de todas las demás coincidiendo con el sesenta aniversario de la histórica marca de punto de la familia Generó. “Rambla Catalunya se ha convertido en la nueva milla de oro de Barcelona”, cuenta su director general, Carles Penas. A su parecer, los puntos fuertes son la ubicación, tan céntrica; la accesibilidad y la posición en un barrio con historia y buen ambiente, donde hay turistas, pero no son el público mayoritario. Proximidad, elegancia y sofisticación son los valores que esta vía comparte con la marca, y que atraen al público barcelonés y catalán que evita las zonas más turísticas como la avenida Portal de l’Àngel o el paseo de Gràcia.
Otras firmas de moda del estilo que se ubican en Rambla Catalunya, especialmente en la parte alta, son eseOese (Rambla Catalunya, 81) o System Action (Rambla Catalunya, 108), ambas empresas catalanas que se dirigen a mujeres de clase media que buscan moda de calidad y más duradera, con prendas de diseño más atemporal, fibras naturales y una producción de proximidad. También se encuentra en esta zona una firma dirigida a un público más joven como es Brownie o la marca para niños con sede en Mataró Bobo Choses, que también tiene colección para mujer.
Recientemente ha habido muchos cambios de locales en esta rambla, y otras firmas de coste medio han aprovechado los vacíos. Hace algo más de un mes Mascaró, la firma de zapatos de Menorca, se instaló en el número 86. Otra firma de calzado, la valenciana Hoff, que sobre todo es conocida por sus zapatillas deportivas, muy cómodas y que apuestan por los colores, también está en el número 111, justo al lado de Mus & Bombon. En la misma Rambla Catalunya, en el número 30, hace tiempo que está Dr Bloom, otra firma que da singularidad al panorama catalán con diseños que destacan por el color y la diferencia, ajenos a las tendencias más generalizadas. Simorra, Lola Casademunt, Mi&Co o Naulover llevan tiempo instaladas en esta zona, mientras que Thinking Mu es también de las nuevas incorporaciones.
Antecedentes en el cierre del Bulevard Rosa
Los antecedentes de este fenómeno se pueden encontrar en el cierre del Bulevard Rosa en 2018. Durante los años ochenta y noventa del siglo XX, estas galerías ubicadas en el paseo de Gràcia fueron el epicentro de la moda catalana más disruptiva, refugio de tiendas que marcaban el diseño de la Barcelona olímpica y a la vez era un expositor de las nuevas tendencias llegadas de fuera. Lo más moderno del momento se encontraba en su centenar de tiendas. Entonces, la globalización, con sus consecuencias devastadoras para la industria local, no campaba a sus anchas.
Pero la llegada de las multinacionales a precios bajos lo tambaleó todo en la industria de la moda. Y el Bulervard Rosa quedó tocado de muerte. Cuando cerraron estas galerías históricas, algunas de las tiendas locales se desplazaron hacia la vecina Rambla Catalunya y las calles adyacentes, donde podían encontrar alquileres asumibles. Fue el caso de firmas como Lurdes Bergadà, que tiene dos locales en Rambla Catalunya, junto a la firma de moda masculina que lleva su hijo, Syngman Cucala, en los números 48 y 112. Y también de Beatriz Furest, que abrió tienda en la calle Valencia, 272, entre paseo de Gràcia y Rambla Catalunya. También hizo este movimiento el comercio multimarca Sueños Negros, que se reubicó en Rambla Catalunya, 109.
Lo que no es moda, pero también da carácter
Así como en paseo de Gràcia la mayoría de bares y restaurantes que pueden encontrarse responden a la misma tendencia que las tiendas de moda, locales de grandes grupos que se repiten en cualquier ciudad del mundo, en Rambla Catalunya siguen en pie establecimientos con más historia y personalidad, donde se respeta la idiosincrasia de Barcelona. Hay tres pastelerías que podrían contra muchas historias de la ciudad, como Mauri, Casa Vives o el horno Sant Jaume, y que dan a la rambla un carácter mucho más auténtico.
Además, el Colmado Quílez, aunque mucho más reducido que en sus mejores tiempos, sigue pasando el testigo de lo que fueron la tiendas de víveres, ahora reconvertidas en gourmet. Muy cerca, La Bodegueta, con sus mesas de mármol y taburetes de madera, mantiene en esta zona una carta de platos y tapas tradicionales. También la chocolatera Simón Coll se ha fijado en esta zona y estrenó hace un año una tienda en la calle Mallorca, 249, a pocos metros de Rambla Cataluña. Todo suma para que esta vía se haya convertido en uno de los pocos ejes comerciales donde la marca Barcelona todavía respira a pleno pulmón.
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