¿Qué alternativa le queda a ERC?

Un documento que es una carta a los Reyes es lo que votarán este viernes las bases de ERC. Un texto de 25 páginas y sin membrete de los partidos que promete mucho, pero que también es confuso, sobre todo en términos de financiación. No queda claro: ¿los catalanes tendrán la llave de la caja? El acuerdo parece por momentos tan generoso que cuesta creer que el Gobierno de Pedro Sánchez esté dispuesto a tanto para Cataluña. Pero los socialistas lo han hecho de nuevo. Aceptaron los indultos, luego la amnistía y, ahora, en un triple salto se meten en el tema tabú: la cesión de la soberanía fiscal, corriendo el riesgo de provocar a más de uno un trauma nacional.

¿Qué decidirá la militancia? El marco de salida no es fácil. El pavoroso silencio del PSC durante los cuatro días posteriores al anuncio y los antecedentes de incumplimientos de los socialistas no reman a favor del masaje a las bases republicanas. Eso sí: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha hecho los deberes y se ha mostrado muy cercano a ese grupo de 8.000 personas que hoy tendrán que decidir si hacen que pilote la Generalitat el primer ejecutivo no independentista en muchos años o bien que se repitan las elecciones. Sánchez, con ese optimismo que le caracteriza, ha asegurado: “Es un paso en la federalización de nuestro Estado autonómico. Eso es incuestionable y una muy buena noticia para el sistema político español”. El pacto establece una especie de concierto económico para Cataluña ―algo que la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero ha rechazado hasta hace unos días― sacando a Cataluña del régimen común y permitiendo que asuma el 100% de la recaudación de los impuestos. Lo dicho, sonar suena a avance. Aunque en el texto también se omiten puntos clave como la condonación de los 15.000 millones del FLA (Fondo de Liquidez Autonómico), una de las promesas incumplidas. La consejera de Economía de la Generalitat, Natàlia Mas, ha asegurado que la condonación “se hará efectiva en los próximos meses”.

La pregunta es: ¿qué alternativa le queda a ERC si no es votar que sí? ¿Podría mejorar sus resultados? ¿La ciudadanía entendería otras elecciones? ¿Para qué? Repetir los comicios catalanes tendría un coste de unos 30 millones de euros. “A la gente se la suda esto del concierto económico”, decía una señora acalorada sentada en un bar de Barcelona. Toca decidir. La secretaria general del partido, Marta Rovira, se ha quedado sola pilotando este desaguisado. Oriol Junqueras, hasta hace unas semanas presidente del partido, ha evitado decir en público qué votará. Pero Rovira no tiene dudas y defiende el sí este viernes porque considera que es el mejor de los acuerdos que han podido rubricar. Con una idea clara: la repetición electoral para ERC no es conveniente porque muy probablemente su capacidad negociadora menguará y también sus 20 diputados resultantes del 12-M. Y para animar el voto favorable, Rovira lanza un mensaje directo a la militancia: ERC y el PSOE dicen que tienen un plan B que garantiza la financiación sin modificar leyes en el Congreso. ERC está débil. Su cúpula, en retirada. Sus escándalos, sonados. Pero también ha llegado su momento, el momento de actuar solos, sin mirar al lado, sin pensar en Junts. Toca asumir sus propias decisiones. A la espera que llegue el tan esperado por algunos Carles Puigdemont. Pero ese será otro capítulo de esta serie estival. Ahora le toca a ERC votar.

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