6.000 profesores de la bolsa de interinos en Cataluña no tienen el máster preceptivo para dar clases
Un centenar de estudiantes que están cursando el posgrado reclaman que se les convaliden las prácticas con su experiencia docente
Hace años que los institutos padecen una falta casi endémica de profesores de ciertas áreas, como matemáticas, tecnología, informática o catalán. Para aplacar las consecuencias -alumnos sin profesor durante meses-, el Departamento de Educación tomó varias medidas para flexibilizar los requisitos de la bolsa e intentar atraer nuevos profesores. En el caso de la ESO o la FP, son personas con titulaciones previas, pero que pueden ejercer la docencia si cursan el Máster de Formación del Profesorado de Secundaria. En 2018, Educación eliminó este requisito para entrar en la bolsa, con el compromiso de obtener la titulación antes de tres años.
Desde entonces, un total de 5.996 personas se sumaron a la bolsa de secundaria sin tener el máster, aunque de ellos solo 1.629 han sido nombrados en algún momento, según datos de Educación. Pero a pesar de haber firmado el compromiso de cursar el máster, muchos de ellos no lo han hecho, aunque el departamento no facilita la cifra concreta. Lo que sí admite es que les ha enviado una notificación recordándoles que deben hacerlo, especialmente tras constatar que la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que ofrece cursos a distancia, ha ampliado plazas y tiene vacantes. De hecho, uno de los motivos para no exigir el posgrado es las quejas por la falta de plazas en los campus públicos y por el elevado precio en las privadas (que puede oscilar entre los 4.000 y los 8.000 euros).
Pero los que finalmente han logrado inscribirse en el máster, en este caso en la UOC, se están encontrando más obstáculos de los previstos. Iván es ingeniero y trabajaba de informático hasta que hace cinco años decidió dar un vuelco a su carrera y dedicarse a la docencia. “Tenía que salir de un ambiente tóxico y exigente, de estar siempre disponible, viajando… estaba quemado”, resume. En 2019, decidió inscribirse en la bolsa de docentes; en ese momento ya no era un requisito. Como la informática es una de las especialidades con más falta de profesorado, lo llamaron de inmediato para dar clases en un instituto de Sabadell. El pasado septiembre empezó a cursar el máster en la UOC, porque es a distancia y lo podía compaginar con el trabajo. Ahora está acabando la parte teórica, pero se encuentra que el curso que viene debe realizar 250 horas de prácticas en un centro formador que tenga convenio con la universidad. “Ello implica dejar el trabajo, pero no son prácticas remuneradas, y tengo 46 años y familia, no me lo puedo permitir. Además, no tiene sentido ir a hacer prácticas cuando llevo cinco años haciendo de profesor”, lamenta el docente.
Este profesor es uno del centenar de personas que han enviado una carta a la Generalitat pidiendo que se les convaliden las prácticas del máster con el trabajo que actualmente realizan como profesores, según avanzó La Vanguardia. Muchos de ellos se encuentran en la misma tesitura que Iván: personas que están trabajando y optan por una formación a distancia que les permita compaginar ambas actividades.
El caso de María es más paradójico. Dejó su trabajo en el sector multimedia para impartir clases de FP en 2017. Actualmente, incluso dirige un centro privado de FP. En septiembre deberá hacer las prácticas de la UOC para finalizar el máster y está intentando que su instituto se incluya en la lista de centros válidos para hacerlas. “Lo más ridículo es que aquí tenemos alumnos en prácticas del mismo máster de universidades privadas y, en cambio, yo no puedo hacer las mías aquí”, se queja María, quien tampoco ve justo que los alumnos de los campus privados puedan convalidar la experiencia laboral y los de las públicas no.
El Departamento de Universidades y la UOC recuerdan que el tema del reconocimiento de las prácticas es de “regulación estatal” y el acuerdo es que estas deben ejercerse en un centro con el que la universidad tenga un acuerdo “y no pueden ser objeto de reconocimiento automático ni completo”. Con todo, este jueves el departamento y los estudiantes se reunieron y acordaron la creación de una comisión -formada por Universidades, Educación, la UOC y la coordinadora del máster- “para tratar todas las cuestiones planteadas y buscar una solución”, apuntan desde el Departamento de Universidades. Iván, en representación de los firmantes de la carta, pide una solución a las administraciones, apelando a la ayuda que prestan al sistema. “Educación debe recordar que les estamos haciendo un favor porque estamos cubriendo plazas donde escasean profesores. Si dejamos la plaza para hacer las prácticas los que pierden son los alumnos, que se quedarán varios meses sin profesor”.
Novedades en las plantillas
El Departamento de Educación ha aplicado otras novedades en la gestión de la bolsa, como hacer obligatorio que las nuevas incorporaciones deban estar disponibles durante los dos primeros años, así que deberán aceptar el nombramiento que se les ofrezca. Con esta medida, la conselleria quiere agilizar el proceso para cubrir las sustituciones. Con este mismo objetivo, los profesores se pueden apuntar al nuevo grupo estable de sustituciones, de modo que se les garantiza trabajo todo el curso -aunque saltando de vacantes- con el compromiso de aceptar las plazas que se les ofrece en el territorio que hayan seleccionado.
Otra de las novedades que afecta a la plantilla de los centros es que, de cara al curso próximo, los directores no podrán perfilar nuevas plazas. Desde la aprobación del conocido como decreto de plantillas en 2014, las direcciones tienen cierto margen para seleccionar parte del profesorado, teniendo en cuenta el perfil que mejor se adapte a su proyecto pedagógico, una medida muy aplaudida por los directores, pero los sindicatos rechazan frontalmente porque consideran que fomenta el amiguismo y el caciquismo. Actualmente, hay perfiladas 9.000 plazas, pero Educación ha comunicado a los centros que, “de forma excepcional y temporal”, no se ampliará este número “para facilitar la entrada al sistema de los nuevos funcionarios que el año pasado superaron el concurso de méritos y las oposiciones extraordinarias”, apuntan desde el Departamento.
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