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Vilagrà asume el diálogo con los funcionarios de prisiones ante el veto a Ubasart

La Síndica de Greuges se ofrece para mediar en el conflicto, que ya acumula una semana de protestas

Protesta de funcionarios de prisiones frente al Palau de la Generalitat (Barcelona) tras el asesinato de una cocinera a manos de un preso del centro penitenciario Mas d’Enric.
Protesta de funcionarios de prisiones frente al Palau de la Generalitat (Barcelona) tras el asesinato de una cocinera a manos de un preso del centro penitenciario Mas d’Enric.Albert Garcia

La Generalitat ha tardado una semana en lograr sentar en la mesa de negociación a los sindicatos de los trabajadores penitenciarios, el mismo tiempo que ha pasado desde la muerte de Nuria L., una cocinera de la prisión de Mas Enric (Tarragona) asesinada por un preso que después se suicidó. La tragedia ha sido el detonante para que estallen años de descontento acumulado de los funcionarios de prisiones y de ahí que se vetara desde un principio cualquier vía de diálogo con el Departamento de Justicia. La titular de esa cartera, Gemma Ubasart, descarta cualquier depuración de responsabilidades antes de que culmine su investigación interna. Ante ese enroque y los desacuerdos con Interior por el papel de los Mossos durante las protestas, ha tenido que ser la vicepresidenta Laura Vilagrà la encargada de intentar acercar posiciones, un papel para el que también se ha ofrecido la Síndica de Greuges, Esther Gímenez-Salinas.

La reunión que este miércoles se celebró entre Vilagrà y los representantes sindicales vino precedida por una manifestación de los sindicatos en la plaza de Sant Jaume de Barcelona, donde se congregaron casi medio millar de trabajadores de los centros penitenciarios y algunos familiares de la jefa de cocina asesinada. En la concentración se escucharon gritos pidiendo las dimisiones de Ubasart; del secretario de Medidas Penales, Amand Calderó y de otros cargos de Justicia como Domingo Estepa y Francisco Romero.

Precisamente, la negativa de la consejera de cesar a Calderó como condición inicial para sentarse a negociar ha sido el motivo que ha enconado el enfrentamiento y por ello el Govern opta ahora por explorar otros interlocutores. “Es de cobardes no dimitir y seguir en el cargo”, afirmó Pablo Martínez, el sobrino de la fallecida, quien agradeció megáfono en mano el apoyo de los funcionarios y aseguró que “solo tendrán justicia” cuando Ubasart y Calderó abandonen sus carteras. “Defenderé a mi tía hasta que me quede sin voz”, afirmó.

Por un momento, la céntrica plaza se sumió en cinco minutos de silencio para conmemorar la memoria de la asesinada. La rabia y el dolor reaparecieron después, cuando los funcionarios encendieron bengalas azules y retomaron los gritos de “dimisión” frente a las puertas del Palau de la Generalitat, donde los representantes de los sindicatos de UGT, CSIF y Acaif entraron para reunirse con Vilagrà y sin la presencia de ningún miembro de Justicia.

Nuria Nasarre, responsable de UGT, explicó posteriormente que el encuentro “había sido decepcionante” y que siguen esperando una dimisión en el seno de Justicia. Los funcionarios gritaron al unísono que continuarán con las movilizaciones y se citaron hoy jueves en el Parlament, donde Ubasart comparecerá a petición propia ante la Diputación Permanente. “Nosotros tenemos claro quién se tiene que ir. Pero el Govern quiere esperar a que terminen las investigaciones para depurar responsabilidades”, detalló la líder sindical que no descartó nuevos confinamientos en los centros penitenciarios como los vividos en los últimos días.

Los trabajadores reivindican cambios de la normativa y un nuevo convenio laboral, revisado por última vez en 2005. Ubasart ya se ha mostrado abierta a revisar esos dos puntos, así como a avanzar en la profesionalización del cuerpo, abordar el tema de las prejubilaciones y la puesta en marcha de un equipo de 111 personas que atenderán las situaciones más conflictivas. Pero pese a que Vilagrà logró por fin sentar a los representantes de los trabajadores, la sintonía es muy débil. De ahí que la Síndica de Greuges, Esther Gímenez-Salinas, se ofreciera para mediar entre las partes. “Hay que buscar un equilibrio entre las políticas de reinserción social y la sensación de seguridad de los funcionarios en su lugar de trabajo”, pidió ayer la defensora del pueblo de Cataluña.

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“Su planteamiento de las políticas carcelarias ha sido catastrófico”, afirmó sobre Ubasrat y Calderó, Raquel, funcionaria de Interior del Centro Penitenciario de Quatre Camins. La trabajadora también calificó como “muy graves” los incidentes ocurridos el lunes en la cárcel de Lleida, donde cuatro trabajadores resultaron heridos tras una pelea con ocho presos. “Son problemas que se repiten a diario”, sentenció la portavoz. Ubasart y Amand presentaron hace pocas semanas un programa pionero que busca descongestionar las cárceles.

El sobrino de Nuria insistió en el retraso del Govern para tomar decisiones. “Hace siete días que me quitaron la posibilidad de abrazar a mi tía y nadie ha asumido responsabilidad. En otro país de Europa, los responsables ya habrían dimitido”, explicó afligido, que vestía una camiseta en la que se podía leer “Supervivencia. Todos somos Nuria”. Hacia las 11.30 horas, cuatro familiares, entre los que estaban la madre y los hermanos de la cocinera asesinada, colocaron un ramo de flores a las puertas del Palau, rodeado de una pancarta donde se podía leer “Nuria ha sido asesinada”. Entre los pétalos, una nota destacaba que no habrá “ni olvido ni perdón” por la muerte de Nuria. “¡Asesinos!”, gritó entonces la multitud.

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