Fira de Barcelona intenta quedarse con la gestión del circuito de Montmeló
La institución busca dinamizar su actividad más allá de los grandes premios vinculados al motor
En plenas dudas sobre la continuidad de la Fórmula 1 en el Circuito de Montmeló, la Generalitat abrirá negociaciones para dar la gestión de la infraestructura automovilística del Vallès a Fira de Barcelona para dinamizar el uso de las instalaciones e intentar reducir el protagonismo del motor, hoy capital gracias al automovilismo y al mundial de motociclismo. En los últimos años Fira de Barcelona está alzando la mirada más allá de sus recintos de la avenida Maria Cristina, en Barcelona, y el de L’Hospitalet. En 2018 se hizo con la gestión del Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB) y ahora explora entrar en Montmeló, donde podría organizar desde congresos y ferias hasta conciertos.
La exploración de ese nuevo enfoque de negocio del circuito iría en la línea de elevar los recursos que necesita Circuits de Catalunya, que regularmente necesita inyecciones de capital público ante su deficitaria actividad. El Govern ha abierto esa puerta este martes, aunque dejando clara una cuestión relevante: las dos principales actividades, la Fórmula 1 y la MotoGP, seguirán en sus manos, tanto la titularidad de los activos como de los contratos, lo que también supone que la Generalitat, a través de Circuits de Catalunya, negocie con Liberty (organizador de la competición) una posible continuidad de la F1 en el circuito más allá de 2026, cuando se le acaba el contrato. Ese mismo año Madrid, con un circuito impulsado por Ifema, se estrenará en el circo mundial del automovilismo con un contrato a diez años, lo que pone en peligro la continuidad de Barcelona.
El objetivo de esta medida se enmarca en el Plan Estratégico del Circuit de Barcelona-Catalunya aprobado el mes de octubre de 2022, que establece la voluntad de mejorar la eficiencia en la gestión, reforzar la apuesta por la digitalización, convertirse en una referencia en materia de sostenibilidad, intensificar el arraigo territorial y diversificar la actividad.
Fira de Barcelona es una institución pública, controlada por la Generalitat y los ayuntamientos de Barcelona y l’Hospitalet de Llobregat, además de la Cámara de Comercio de Barcelona. Pese a esa dependencia pública su actividad es totalmente mercantil y basada en una gestión profesionalizada y está detrás de los grandes salones que se han instalado en Barcelona, desde el Mobile World Congress hasta el ISE, el mayor salón de la industria audiovisual, pero también ferias de creación propia.
Con el acuerdo, el Govern aprovechará para aumentar del 80% al 85% el capital social de Circuits de Catalunya en manos de la Generalitat y de Avançsa, en detrimento del peso de los otros accionistas, RACC y el Ayuntamiento de Montmeló.
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