Las tractoradas de agricultores provocan retenciones en varias carreteras del interior de Cataluña

Los agricultores han llevado a cabo esta tarde del domingo una nueva tractorada en varias carreteras de la Cataluña Central, especialmente en la C-16 entre Berga y Guardiola de Berguedà, en la C-53 entre Anglesola y Tornabous, y en la C-55 entre Solsona y Súria, causando varias retenciones por las marchas lentas.

Las tractoradas han comenzado aproximadamente a las 17:00 horas en los diversos tramos previstos, y estaban convocadas por los agricultores para continuar protestando por los elevados costes de producción y la competencia desleal con productos de fuera de la UE. Las marchas lentas han coincidido con el regreso del fin de semana a las grandes ciudades como Barcelona, lo que ha provocado que las retenciones hayan afectado a un mayor número de vehículos.

Según el Servei Català del Trànsit (SCT), las marchas lentas han generado retenciones de vehículos de entre 2 a 6 kilómetros en los diversos puntos donde han tenido lugar las tractoradas, como por ejemplo en la C-55 en Castellbell i el Vilar, y entre Manresa y Sant Vicenç de Castellet en sentido sur (Abrera).

En la C-16, la marcha lenta ha dificultado la circulación entre Cercs y la Nou de Berguedà, y en Berga sentido norte, mientras que lo mismo ha ocurrido en la C-55 entre Cardona-Clariana de Cardaner-Olius. Otra vía afectada ha sido la C-53 porque el tráfico ha quedado frenado en los dos sentidos de la carretera, a la altura de Tornabous. Con estas tractoradas, los payeses cierran una semana de movilizaciones, que empezaron el martes en la A-2 en Fondarella y continuaron el miércoles con una tractorada hacia Barcelona.

Los agricultores protestan contra los costes desmesurados en la producción, por los abusos en la cadena alimentaria que no garantizan unos precios justos, por los efectos de la sequía, y por la excesiva burocracia. Consideran, en este sentido, que algunos tratados de libre comercio suscritos por la UE provocan una competencia desleal con los productos importados de países que no exigen controles de calidad, y que utilizan pesticidas o abonos prohibidos en Europa, además de no tener restricciones medioambientales.

Precisamente sobre esta última cuestión, los agricultores plantean una polémica petición: “flexibilizar” las restricciones medioambientales, además de reivindicar que las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) se adapten a la realidad mediterránea.

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