Las causas de la sequía que no abordamos
La sequía debería verse como la concreción del cambio climático que demasiada gente se resiste a aceptar o valorar en su real dimensión
El president Pere Aragonès destaca una y otra vez que, gracias a los esfuerzos colectivos, se ha conseguido aplazar 15 meses las medidas que ahora se deberán aplicar en la fase de emergencia para más de seis millones de personas en Cataluña. Lo presenta como un triunfo. El futuro, explica el gobierno de la Generalitat, pasa por aumentar la producción de agua potable a partir de desaladoras y otro tipo de instalaciones. Se destaca lo excepcional de la sequía, más de tres años con un volumen de lluvias menor de lo habitual, y se confía en lo hecho y lo que ya está previsto hacer. En ningún momento se plantea cuál es la causa de la falta de lluvia y cómo abordar esa causa.
Parecería, tal como dijo también el jefe de la oposición, Salvador Illa, que la causa de la sequía es no estar preparados para la falta de agua. Todos los mensajes van en esta dirección. El objetivo que se nos planeta es claro: tener más recursos hídricos en el futuro y aprovechar mejor los que ahora se tienen. Se habla de cómo la tecnología nos permitirá tener más agua, y de restricciones y ayudas públicas para resistir el momento actual. Parecería que sufrimos la sequía porque no tenemos suficiente agua para continuar viviendo como lo hemos hecho hasta ahora, pero la sequía tiene otras causas. ¿Por qué no llueve?
Aragonès ha citado el cambio climático y la necesidad de resiliencia. Pero es imprescindible tener claro que no es suficiente con la resiliencia, tampoco con citar el cambio climático. No es suficiente con intentar gestionar mejor el agua que tenemos e intentar tener más. Necesitamos tener claro que la sequía tiene una causa clara en el calentamiento global, que ha pasado a fase de ebullición global según António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas. El cambio climático causa un aumento de fenómenos meteorológicos extremos, entre los que está la sequía. El cálido enero que acaba de terminar ha agravado la sequía y muestra la aceleración de los cambios que estamos viviendo. La sequía debería verse como la concreción del cambio climático que demasiada gente se resiste a aceptar o valorar en su real dimensión.
No podemos hacer frente a la sequía sin tampoco actuar decididamente para frenar y revertir el cambio climático. No es suficiente intentar tener más agua y gestionar mejor la que tenemos si no frenamos aquello que reduce la lluvia y el agua disponible. El cambio climático será cada vez más grave y tendrá peores consecuencias. Hay que frenar el cambio climático, no solo adaptarse a sus consecuencias como es la sequía. Hay que hacerlo todo, a la vez, y con decisión. Si no reducimos el uso de combustibles fósiles causantes del efecto invernadero no podremos reducir el cambio climático. Hay que tener claro que la sequía está relacionada con las emisiones de gases de efecto invernadero y actuar. Y de eso no estamos hablando.
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