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La última sesión del cine Comedia

Decenas de espectadores acuden a despedirse de la sala del paseo de Gràcia en el último fin de semana de proyecciones

Cine Comèdia de Barcelona
Los últimos espectadores ven como sube por última vez la persina del cine Comèdia.Gianluca Battista
Alfonso L. Congostrina

Victor Baldoví llevaba, hasta este fin de semana, 27 años trabajando en el cine Comedia de Barcelona. Comenzó como portero y, a los pocos meses, le ofrecieron el puesto de proyeccionista. “Era mi sueño y he sido muy feliz. Me convertí en el niño de Cinema Paradiso”, sentencia. Este sábado recortaba entradas, vendía palomitas e informaba a las decenas de clientes que han acudido en masa a ver las últimas películas en el céntrico cine. Este domingo las persianas del Comedia se bajarán para siempre poniendo fin a más de seis décadas de películas en pantalla grande. Baldoví, y sus 11 compañeros, se quedarán en el paro y nadie ha revelado que ocurrirá con el edificio. Las cinco salas las gestiona desde 2017 Yelmo Cines, que ha decidido no renovar el contrato.

Balldoví también escribe novelas y guiones. “Tengo un guion sobre un cine que cierra y la historia acababa bien. Creo que nuestra historia no acabará tan bien”, lamenta el trabajador mientras informa a las decenas de clientes que han venido este sábado a despedirse del cine. Eva y Margarita llevan una década sin faltar a la cita semanal, cada sábado, con el Comedia. “Tenemos mucha pena. Hoy vamos a ver A fuego Lento y será nuestra última película. A partir del próximo sábado tendremos que ir al cine Aribau y creo que no nos harán el descuento por ser seniors”, ironiza Eva. También verán la misma película Francesc y Montse, dos jubilados que desde “el extrarradio” viajan periódicamente hasta el paseo de Gràcia para ver películas en “el mejor cine”, afirman, de Barcelona. “Tengo un sentimiento de gratitud pero también de mucha tristeza. Venimos a despedirnos del Comedia, pero también de los trabajadores”, se apresura a señalar Montse. Francesc recuerda que algunas películas atraían a tanto público que la cola llegaba hasta Consell de Cent.

Victor Baldoví trabajando de portero en el acceso a una de las salas.
Victor Baldoví trabajando de portero en el acceso a una de las salas. Gianluca Battista

Mientras un trabajador prepara palomitas y vende entradas, hay dos máquinas de autoservicio colocadas al lado de las antiguas taquillas -hoy totalmente en desuso- y que sirven para que los espectadores adquieran digitalmente sus propias entradas. Baldoví va de aquí allá con la seguridad de quien lleva casi tres décadas haciendo el mismo trabajo, viendo las mismas caras y recordando incluso los diálogos de los centenares de películas que han tenido algo que ver con su propia vida. “Recuerdo la cantidad de gente que vino a ver El Señor de los Anillos. Había clientes que hacían cola por la tarde para ver la sesión de la noche”, le brillan los ojos.

Sara Nieto graba con una cámara de vídeo doméstica a trabajadores pero, también, todos los rincones del cine. “Yo trabajaba aquí hasta hace un año y medio y quiero tener un recuerdo. Estoy triste por mis compañeros y por el cine en sí”, lamenta. Nieto se reconvirtió tras perder el trabajo. Ahora es guía turístico y humorista infantil gracias al personaje que ella misma ha creado: Sarita la Chispilla. “Para mí el Comedia siempre será un lugar muy especial. Aquí hemos reído y llorado mucho”, reivindica.

“Vengo desde el paseo Sant Joan casi cada semana y consigo así mi dosis de evasión. Hoy veré Ocho apellidos marroquís. Espero reírme y recordaré todo lo vivido en este cine que también había sido teatro”, recuerda Esther, una de las clientas más veteranas.

Situado en el 13 de paseo de Gràcia, el cine se ubica en un edificio catalogado, ya que antes era el Palacio Marcet, construido en 1890. Por el momento, se desconoce qué uso se le dará a partir del próximo lunes. La última película que se proyectará en el Comedia es Wonka.

Colas para comprar palomitas en el Comèdia.
Colas para comprar palomitas en el Comèdia.Gianluca Battista

La tarjeta de visita de Baldoví, guionista, escritor y trabajador del Comedia tiene una pequeña inscripción redactada por él: “El escritor cogió su tarjeta de visita y se la entregó. Ese gesto cambiaría sus vidas para siempre pero aún no eran conscientes de ello”. Cuando el domingo cierren la persiana del “mejor cine de Barcelona”, la vida, seguro, habrá cambiado para sus 12 trabajadores.

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