Cataluña fía a una comisión de profesores y expertos la mejora educativa tras el fracaso en PISA

Ante la falta de medidas concretas para dar respuesta a la concatenación de malos resultados de los alumnos catalanes en las diferentes pruebas de evaluación de los dos últimos años (el último, el de PISA), el Govern y los grupos parlamentarios políticos han celebrado este martes una cumbre en busca de soluciones. Las partes han acordado crear una comisión, que estará formada por profesores y expertos, para mejorar el sistema educativo. Será un ente integrado por 15 personas que, en febrero, entregará su informe con propuestas para aplicar ya el próximo curso. “Tenemos que llegar a grandes acuerdos para hacer cambios en el sistema educativo a corto y medio plazo”, ha resumido la consejera de Educación, Anna Simó.

La reunión, presidida por el president Pere Aragonès y que se ha alargado dos horas y media, ha finalizado con el acuerdo de creación de una comisión que estará formada por esa quincena de personas personas, cuyos nombres todavía no se ha decidido, pero sí el perfil. Así, concretamente, habrá un coordinador técnico, dos profesores, cuatro directores elegidos por la Junta de directores, además de representantes de entidades pedagógicas, profesores del ámbito de Magisterio y profesores jubilados recientemente, pero “con trayectoria indiscutible”, ha detallado Simó. También habrá un representante de las familias y uno del mundo local.

El principal reto sobre la mesa es cómo mejorar los resultados académicos. En menos de dos meses, Cataluña ha recibido dos duros golpes con las evaluaciones de las competencias que hace anualmente la Generalitat y con el informe PISA. Los primeros revelaron una caída preocupante en Lengua Catalana y Lengua Castellana, siguiendo el mal rendimiento en comprensión lectora que indicó el informe internacional PIRLS. No fueron mucho mejores los resultados del informe PISA, que evalúa el nivel de matemáticas, lectura y ciencias, donde Cataluña lidera la caída en matemáticas y lectura y se sitúa en posiciones de cola respecto de otras regiones.

La comisión deberá elaborar un informe antes de finales de febrero con las medidas prioritarias para aplicar el curso que viene y otras medidas más a medio plazo. En este proceso, los expertos tendrán en cuenta las propuestas que los diferentes partidos han puesto sobre la mesa en la reunión de este martes. Simó ha asegurado que no se ha puesto límite presupuestario a las medidas que salgan de la comisión. La consejera ha asegurado que el contacto con los partidos no se acaba aquí y que habrá una reunión de seguimiento en febrero, antes de que la comisión finalice su informe, y otra posteriormente.

Tras el enorme impacto que causó el informe Pisa, Aragonès convocó la reunión de este martes entre las críticas por su tardanza en reaccionar. La oposición ha aceptado la creación de la comisión pero con lecturas dispares. Los socialistas han sido, de largo, los más benévolos y han evitado hurgar en la herida. Solo han recordado que el modelo educativo no funciona desde hace una década y que el informe Pisa dibuja una trayectoria descendente desde 2015. “No es el momento de buscar culpables sino de ayudar”, ha señalado la diputada Esther Niubó, que ha valorado positivamente la creación de la comisión. La socialista ha evitado especificar qué propuestas han hecho al alegar que son ya son conocidas. “Corresponde escuchar a la comisión y posicionarse”, ha afirmado sobre su apoyan recuperar la sexta hora.

PSC y Junts han mostrado su satisfacción con la creación de la comisión y los comunes y la CUP escepticismo

Junts ha presentado un documento con 20 medidas para recuperar la crisis, la primera de ellas precisamente la creación de una comisión. Albert Batet, líder parlamentario de Junts, ha mostrado su satisfacción de que Aragonès haya asumido su sugerencia y que el grupo de trabajo sea piltado desde la escuela. “Falta liderazgo del Govern”, ha afirmado recordando que ya impulsaron en un junio un Pleno monográfico y mostrando su sorpresa de que el PSC, ha dicho, no haya presentado “ni una sola propuesta”.

La CUP y los comunes no han mostrado un especial entusiasmo con la comisión. El anticapitalista Carles Riera ha considerado que el Govern ha “centrifugado y desplazado su responsabilidad”. “No nos oponemos al grupo pero nos hemos abstenido sobre la conveniencia de crearlo”, ha subrayado. Para la CUP, el Ejecutivo debería tomar ya “medidas de choque” sin necesidad de esperar al documento final. “Tiene que reemprender el dialogo con roto con los representantes sindicales y con las familias”, ha instado. Los anticapitalistas han aludido a la necesidad de bajar las ratios o de aumentar la partida de educación hasta el 6% del presupuesto tal y como fija la ley.

Su diagnóstico ha sido similar al de los comunes. Jéssica Albiach, líder de En Comú Podem, ha expresado su “escepticismo” al recordar que ERC lleva cinco años dirigiendo el departamento de Educación y que fue partícipe de los recortes. La diputada ha echado de menos que en la reunión participaran más consejeros implicados como los de Economía o Derechos Sociales y ha lanzado dudas sobre la comisión tanto por el método como por su alcance.

“En la comisión solo se habla de dos docentes pero sin especificar por ejemplo si serán de primaria o secundaria o del ámbito rural o urbano”, ha dicho recordando que en las 10 medidas que propone Simó no figura por ejemplo recuperar la sexta hora. Carlos Carrizosa, de Ciudadanos, ha achacado el fracaso del modelo educativo a la inmersión y cree que la solución de la comisión es un proceso endogámico porque “los que lo han cocinado harán ahora otra receta”.

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