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Barcelona plantea una subida del 6,75% en el transporte público

El consejo de administración de la Autoridad del Transporte Metropolitano decidirá la semana que viene el aumento de tarifas

Tarifas del transporte público en Barcelona
Pasajeros en un autobús de TMB en Barcelona.Albert Garcia

El transporte público de Barcelona subirá en torno al 6,75% el próximo año. Es la propuesta que la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) llevará al consejo de administración que tiene previsto celebrar la próxima semana, según ha confirmado EL PAÍS de diferentes personas, lo que supondrá poner fin a una racha de varios años en los que las administraciones apostaban por la congelación tarifaria. El encarecimiento se explica en parte por la necesidad que tienen los operadores de normalizar tarifas ante el incremento de precios como el de los carburantes y la electricidad (la inflación ha repuntado un 3,2% este año y acabó con incrementos del 5,8% y del 6,7% en 2022 y 2021), pero también para reducir el impacto en el déficit crónico que sufre el transporte público en Cataluña.

Fuentes conocedoras de la propuesta de la ATM explican que el encarecimiento no afectará a todos los abonos por igual y que la subida tiene matices: es muy previsible que en próximos consejos de ministros el Gobierno central prorrogue la bonificación del 30% en buena parte de los títulos, un descuento que, de confirmarse, Generalitat y Área Metropolitana complementarían hasta el 50% (sufragando un 10% cada uno). En todo caso, la señal de cara al usuario es clara: no se puede mantener más tiempo las tarifas sin actualizaciones de precios.

La política tarifaria en las redes de metro y buses —entre otros servicios— ha sido una fuente de conflicto entre las administraciones, sobre todo cuando Ada Colau presionó para no subir las tarifas pese a la oposición de la Generalitat. Esa dinámica se fue perpetuando, sobre todo con la crisis del coronavirus, cuando había cierta unanimidad acerca de la necesidad de que los usuarios volvieran a utilizar el transporte público y perdieran el miedo a contagiarse por la covid. A esos argumentos se les añadieron posteriormente la necesidad de ayudar a los usuarios ante la escalada de la inflación, que limitaba su poder adquisitivo, y porque es una medida de gran calado en un endiablado calendario electoral como es el catalán.

La ATM, controlada por la Generalitat pero con gran influencia del Ayuntamiento y del Área Metropolitana de Barcelona, lleva cinco años congelando precios. Pero mientras esa medida ha beneficiado a los bolsillos de los usuarios, se ha convertido en una pesada losa para la financiación de los operadores, que ya vieron como sus validaciones cayeron en picado en 2020 y 2021 con la pandemia y ahora no podían tampoco ni tan solo compensar el encarecimiento de sus materias primas.

El ejemplo más claro es el que está sufriendo el Área Metropolitana de Barcelona. Es el accionista único de TMB, el responsable de la mayor parte de líneas de autobús de Barcelona y del metro. Como en 2020 cayó el número de pasajeros y los ingresos procedentes directamente de ellos, la corporación supramunicipal tuvo que asumir la deuda de la empresa como propia, superando los límites permitidos a las administraciones y obligándole así a reducir sus inversiones a no ser que llegaran recursos de fuera. Es por ello que la AMB ha entablado negociaciones con la Generalitat para ver cómo afrontar un problema que se considera del sistema, de forma que el fuerte endeudamiento de TMB (que ya se refinanciació en 2014) no condicione el resto de políticas del Área Metropolitana.

Desde la corporación, ahora presidida por Jaume Collboni como alcalde de Barcelona, se ha defendido la actualización de tarifas pese al impacto que pueda tener sobre el bolsillo de los contribuyentes. De hecho, es la misma posición que ha mantenido en lo que respecta a otra de las materias que controla: el suministro de agua potable. En noviembre su pleno aprobó una subida del 11,5% en el recibo que los ciudadanos de 23 municipios (incluida Barcelona) pagarán a partir de 2024 a su compañía proveedora, Aigües de Barcelona. La subida responde al alza de los costes vinculados a la sequía y a la inflación.

Xavier Flores, nuevo consejero delegado de TMB

Xavier Flores, hasta hace unas semanas secretario general de Infraestructuras del Ministerio de Transportes, será el nuevo consejero delegado de TMB. Relevará a Gerardo Lertxundi, que este jueves ha comunicado su marcha a la plantilla. Lertxundi llegó al operador público en 2019, de la mano de la concejal Rosa Alarcón, que entonces era la presidenta de la compañía que explota las líneas de autobuses y de metro. Flores es un gran experto de las políticas de transporte público, donde había trabajado en el Departamento de Territorio, en el que tiene plaza de funcionario y había llegado a ser director general de Infraestructuras antes de poner camino hacia Madrid.


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