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Barcelona se abastecerá de agua con barcos a partir de marzo si no llueve

El agua llegaría de Tarragona, Palma, Murcia o Marsella en una operación para la que será “indispensable” la colaboración del Gobierno, según Aragonès

Llegada al puerto de Barcelona del buque Sichem Defender,  procedente de Tarragona, con cargamento de agua para paliar la escasez de hídrica que sufría la ciudad de Barcelona en 2008. En la imagen, varios tecnicos de Aigues de Barcelona realizan  pruebas de calidad.
Llegada al puerto de Barcelona del buque Sichem Defender, procedente de Tarragona, con cargamento de agua para paliar la escasez de hídrica que sufría la ciudad de Barcelona en 2008. En la imagen, varios tecnicos de Aigues de Barcelona realizan pruebas de calidad.© Carles Ribas / El Pais

La Generalitat de Cataluña continúa preparándose para el peor escenario de la sequía. Mientras avanzan las primeras reformas de las infraestructuras del río Besòs, Sant Joan Despí y Sant Feliu de Llobregat, por un valor de 100 millones de euros para garantizar el consumo de la población, el Ejecutivo catalán también ha comenzado las obras en el Puerto de Barcelona y en el de Tarragona para transportar agua potable con barcos. Este escenario, el más catastrofista ante la sequía que dura ya tres años en Cataluña, se activará a partir de marzo si sigue sin llover. Hasta cinco millones de euros se han invertido para que el muelle de la capital catalana esté preparado para recibir dos buques cada día con alrededor de 60.000 metros cúbicos, el equivalente a un tercio del consumo de agua diario en la ciudad de Barcelona. El president, Pere Aragonès, afirmó este miércoles durante su visita institucional a Corea del Sur que es una “opción prevista” y que debe contar con la colaboración “indispensable” del Gobierno central. “Estamos cerca de tener que utilizar barcos para traer agua”, admitió.

Esta realidad cada vez más cercana revive el fantasma de la sequía de 2008, cuando los embalses estaban al 27,86% y Cataluña tuvo que recurrir a dos barcos con más de 20.000 metros cúbicos de agua procedentes de Tarragona y Marsella. Entonces, la gestión del agua fue muy criticada entre la población de las Tierras del Ebro y las plataformas ecologistas, que se movilizaron para protestar, primero, contra la amenaza de un trasvase del río Segre y, después, por los intentos de traer agua a Barcelona desde el Ebro. Ahora, la reacción está siendo similar ante la posibilidad de que la Generalitat extraiga agua de Tarragona, donde la cuenca del Ebro está en niveles normales de capacidad. Encima de la mesa están también los puertos de Palma de Mallorca, Murcia y Marsella. La Plataforma en Defensa del Ebro aseguró el pasado miércoles en un comunicado, que firmaron también entidades ecologistas como Aigua es Vida o Greenpeace, que el transporte de agua en barcos “no es la solución” y que se deben acometer reformas estructurales en la red de abastecimiento. En el documento, además, señalan la “mala gestión” del Govern y consideran que haber llegado a este punto era “evitable”.

Último recurso

La opción de traer agua con barcos es el último recurso que maneja la Generalitat cuando se declare el escenario de emergencia del Plan de Sequía si en el próximo período de precipitaciones, entre marzo y mayo, no llueve lo suficiente y los embalses bajan del 16% de su capacidad. El consejero de Acción Climática, David Mascort, explicó este miércoles desde la estación de tratamiento de agua potable del Bèsos (Barcelona) que están “analizando las mejores opciones” para que, llegado el momento, Cataluña tenga acceso a agua potable. “Nuestra obligación es asegurar los recursos para abastecer a la población. Si para eso tienen que venir barcos, vendrán barcos”, afirmó Mascort. Fuentes de la Agencia Catalana del Agua (ACA) veían hace un año improbable que se llegase a contemplar esta posibilidad. Confiaban en que la capacidad de desalación y regeneración en el área metropolitana de Barcelona serviría para “alargar” el agua hasta que llegaran las lluvias. A cuatro meses de declarar la fase de alerta por sequía en 2022, la entonces consejera de Acción Climática, Teresa Jordà, pidió calma y aseguró que Cataluña estaba preparada para afrontar la situación, entre otros motivos gracias a su capacidad de desalinización, y auguró que las lluvias otoñales podían expulsar el fantasma de la sequía. Sin embargo, nadie en el Govern había previsto tener que hacer frente a una escasez de lluvias que dura ya tres años.

Mascort insistió en que los barcos no llegarán nada más entrar en el escenario de emergencia y que las claves para alargar el ingreso en la fase más dura reside en los esfuerzos de la población y del tejido económico para ahorrar. Y enfatizó la labor del Govern: “Estábamos preparados para una sequía como la 2008, no como la de ahora que es el doble de dura. El país ha hecho muchas cosas bien. Una de ellas es que más de la mitad del agua que estamos consumiendo viene de las desaladoras, del agua freática o las regeneradoras”.

Fuentes de la ACA explican que la ampliación de las instalaciones del Besòs permitirá regenerar 300 litros de agua por segundo. Entre la captación del Rec Comtal, los pozos y la superficie, la infraestructura de Montcada producirá en verano 900 litros por segundo, cuando finalicen las obras. En un solo día, la planta proporcionará la misma cantidad que transportaría un barco en el Puerto de Barcelona (alrededor de 30.000 metros cúbicos). Sobre las obras en el muelle, que consisten en adaptar las válvulas con 15 años de antigüedad y revisar las infraestructuras, las mismas fuentes señalan que es mejor “estar preparados con dos o tres meses de antelación” por si no llueve. “Más allá del consumo humano, las pérdidas económicas de los comercios también serían catastróficas”, afirmaron.

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