Los expertos denuncian que el problema del alquiler lastra el interés de jóvenes talentos para trabajar en Barcelona

Los cerca de 1.500 euros de media al mes que cuesta alquilar un piso promedio en Barcelona hacen que arrendar una vivienda en la ciudad sea cada vez más difícil. El alto precio es uno de los principales motivos por los que jóvenes talentos internacionales titubean a la hora de desarrollar sus habilidades empresariales en la ciudad. La cuestión ha sido objeto de debate en el último día de la cuarta edición de la Barcelona New Economy Week (BNEW), donde Pau Solanilla, comisionado de Promoción de Ciudad del Ayuntamiento de Barcelona, ha señalado que la vivienda es “el gran problema” de la ciudad, aunque ha asegurado que no se puede gestionar únicamente desde la alcaldía. De hecho, el alcalde Jaume Collboni exigió el pasado viernes al Gobierno agilizar y permitir “de forma inmediata” regular el alquiler en Cataluña, como prevé la Ley de Vivienda aprobada en abril.

En el contexto de cómo Barcelona puede atraer y captar los talentos internacionales para competir con ciudades como Copenhague (Dinamarca) o Ámsterdam (Países Bajos), Solanilla ha afirmado que el problema de la vivienda se tiene que gestionar y resolver a escala metropolitana. Núria Soler, directora de Alter Ego Relocation, empresa que acompaña a los expatriados en su aclimatación, ha coincidido al hacer hincapié en el desequilibrio entre la oferta y la demanda: “La oferta de vivienda es el principal hándicap para los trabajadores que vienen a Barcelona. No entienden que haya tan poca”. Soler detalló que este desajuste es la realidad actual con la que se topan sus clientes. “De los 10 visitas que han agenciado antes de venir, sólo le quedan dos cuando aterrizan”, ha explicado.

La lentitud en los trámites burocráticos es otro de los aspectos que hacen recelar a los jóvenes talentos internacionales, según los expertos. Mercè Conesa, consejera delegada de Barcelona Global, ha destacado que la ciudad tiene “la capacidad suficiente” para albergar y desarrollar el talento de los expatriados, aunque la duración de procesos como la renovación del Número de Identidad de Extranjero (NIE) obstaculiza sus potencialidades. “Hay investigadores que están dando conferencias alrededor del mundo y tienen que venir presencialmente para hacer un trámite que es mínimo”. Y ha señalado la necesidad de digitalizar estos trámites para que las empresas puedan contratar a una persona que está esperando el NIE: “Las mejoras no solo se tienen que dar en las infraestructuras, sino a nivel legislativo”, ha concluido Conesa.

Solanilla ha recalcado que la renovación del NIE es “un cuello de botella” que compete a la administración central. “Para que los jóvenes talentos tengan un aterrizaje lo más suave posible debemos resolver este tipo de problemas que hacen que una ciudad como Barcelona sea más habitable”, ha explicado. No obstante, el portavoz de la Promoción de la Ciudad del Ayuntamiento concluyó que Barcelona es una “ciudad global de dimensión humana que coloca a las personas y sus proyectos vitales en el centro, aunque haya aspectos que se puedan mejorar”.

La BNEW, cita que pone el foco en la aplicación de tecnología en ámbitos como la salud, la movilidad o la vivienda, ha reunido a 12.508 asistentes de 103 países durante cuatro días . Esta edición ha permitido establecer más de 8.000 contactos de networking, más de 2.000 gracias a una plataforma digital. Pere Navarro, delegado del estado en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona, ha realizado un balance positivo de esta cuarta edición: “BNEW es único en el mundo y estamos muy orgullosos de las cifras de participación de esta cuarta edición. Hemos contribuido a generar nuevas oportunidades de negocio, a impulsar la economía del territorio, a compartir conocimiento y experiencias entre profesionales”.

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