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Collboni se estrena marcando de cerca al Govern de Aragonès

El alcalde reclama concretar las inversiones de la Generalitat por valor de 340 millones que el PSC negoció con Esquerra para Barcelona

Pere Aragonès y Jaume Collboni
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, recibe al nuevo alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, el sábado 17 de junio, tras la investidura.Alberto Paredes (Europa Press)

La del nuevo Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat no será una relación complaciente. O al menos no tanto como Esquerra Republicana había previsto si el alcalde de la capital catalana era Xavier Trias con el apoyo de Ernest Maragall. El nuevo alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, no ha tardado ni tres días en lanzar un mensaje de profundidad sobre cómo serán desde ahora las relaciones entre el primer Ayuntamiento de Cataluña y el Govern. El socialista recordó este martes al president Pere Aragonès que el apoyo de los socialistas a su presupuesto iba de la mano del compromiso de invertir 340 millones de euros en la capital catalana. La cifra supone casi un 10% del presupuesto municipal (3.600 millones). En transporte público (sobre todo metro), seguridad, sanidad, servicios públicos... y también convocando la comisión técnica entre las administraciones que deben decidir cómo se ampliará la capacidad del aeropuerto de Barcelona. Las palabras de Collboni este martes no fueron un reproche, pero recordó el compromiso que Aragonès adquirió con el líder de los socialistas, Salvador Illa, en un mensaje ausente de hostilidad pero que avisa de que la relación del Ayuntamiento con el otro lazo de la plaza de Sant Jaume no será complaciente. La consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, respondió que la reunión oficial entre ambos ejecutivos será antes de finales de julio, después de que Collboni apruebe el cartapacio, la estructura del nuevo gobierno y el reparto de asesores entre los partidos del Ayuntamiento.

Teatralizar la exigencia en un contexto donde la Generalitat ya no tiene abultadas deudas históricas hacia la ciudad es lo contrario que buscaba el pacto entre Junts y ERC y que truncó Collboni al ser investido con los votos de comunes y PP. El acuerdo alcanzado por los independentistas para gobernar Barcelona incluía cierto pacto de no agresión entre el alcalde Xavier Trias (Junts) y el president de ERC. Que una Barcelona líder del binomio “ciudad-país” no ejerciera de contrapoder al otro lado de la plaza de Sant Jaume y, en la línea hasta ahora seguida por líderes como Albert Batet, deslegitimar constantemente a Aragonès y su autoridad.

El sábado, cuando el jefe del Govern recibió a la nueva corporación municipal tuvo duras palabras para el flamante alcalde. Afirmó, ante los concejales todavía con la banda puesta, que sobre la investidura se había proyectado “la sombra de un acuerdo de Estado entre dos grandes partidos [aludiendo a PSOE y PP]” y que “fue votado por fuerzas que tienen modelos de ciudad y de país opuestos”. Con todo, ambos se prometieron lealtad institucional.

Collboni se refirió este martes durante una entrevista en RAC1 a la necesidad de celebrar una reunión bilateral “para desplegar los compromisos presupuestarios con la ciudad”. El alcalde desveló durante la entrevista algunas de sus prioridades o actuaciones inmediatas, pero antes, quiso repasar al detalle la lista de inversiones en transporte público, seguridad y equipamientos públicos. A mediodía, la consejera de Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà, respondió que la reunión entre Collboni y Aragonès se producirá cuando el pleno del Consistorio apruebe el cartapacio del nuevo Ejecutivo municipal (los cargos políticos, la estructura gerencial y los asesores de los partidos), una sesión prevista durante el mes de julio (con el reglamento municipal en la mano, debería ser antes del día 17, pero la proximidad con las elecciones lo podría retrasar, no más allá de finales de mes).

Vilagrà aseguró que los equipos de ambos mandatarios ya se han puesto en contacto para ver las agendas y ha ratificado la voluntad de colaboración, recordando que ya conocen la situación de la ciudad, porque tienen la mayoría en consorcios mixtos que comandan temas tan claves como la educación, el transporte o los servicios sociales. “El alcalde de Barcelona tendrá lo que hemos ofrecido hasta ahora, una Generalitat dispuesta a hablar de todos los retos de la ciudad”, dijo Vilagrà en la rueda de prensa posterior al Consell Executiu.

“Que nadie se inquiete”, añadió la consejera ante la falta de una fecha específica. Dentro del nuevo gobierno municipal sentó mal que Aragonès, en el primer encuentro protocolario con Collboni, criticara la manera como se forjó la mayoría alternativa. “Cataluña debe ser decidida desde Cataluña y Barcelona debe ser decidida desde Barcelona”, dijo el también líder republicano el sábado. La hemeroteca le da la razón al planteamiento de la Generalitat. En 2015, por ejemplo, el entonces president Artur Mas recibió a una debutante Ada Colau el 30 de julio. El día 14, el pleno del Consistorio había votado un cartapacio de la Administración municipal donde, por cierto, aún no no estaba el PSC.

Los votos del PP, “a la papelera de la historia”, según los comunes

En la misma entrevista, Collboni fue preguntado por si más adelante, pasadas las generales, podría dar entrada a un socio de gobierno para reforzar la musculatura de su ejecutivo (ahora solo 10 concejales de 21). El alcalde abrió claramente las puertas a los comunes de Colau, y descartó hacerlo con el PP, que también le apoyó en la investidura. “No lo haremos, es un partido antitético, somos el PSC progresistas, catalanistas y de izquierdas, y es la línea que quiero seguir”, ha dicho. Todo ello mientras Daniel Sirera, líder del PP y gracias a cuyos votos es alcalde, sigue recordando que, pese a no tener nada por escrito, Collboni se comprometió, “mirando a los ojos y dándome la mano” a no gobernar con los comunes.

Y mientras, David Cid, portavoz de los comunes en el Parlament, valoró que que las condiciones del PP para la alcaldía de Barcelona son “papel mojado”. “Han pasado a la papelera de la historia”, dijo alegando que el propio alcalde Jaume Collboni ha señalado que conectará el tranvía por la Diagonal, una de las condiciones de los populares. El diputado expresó su certeza de que se renovará la sociovergencia en la Diputación y descartó que pueda repetirse el acuerdo entre PSC, comunes y PP como ha sucedido en el Ayuntamiento de Barcelona. “Esa alternativa no pasará. Por tanto lo descarto”, dijo.

El listado de inversiones concretas que el nuevo alcalde recordó al president

En transporte público, 6,5 millones en la redacción de proyectos de ampliación de la L1 del metro hasta Badalona, la L3 hasta Esplugues y la L4 hasta Sagrera; y 23,3 millones en mejoras de accesibilidad o ampliación de estaciones (céntricas como Catalunya, paseo de Gràcia, o grandes como Espanya, Sants-Estació, o nudos de barrio como Maragall). En seguridad, recordó que de las futuras plazas de Mossos el acuerdo pasa porque 600 agentes sean destinados a Barcelona en los próximos años. En el capítulo de salud enumeró 51 millones en el Hospital del Mar, avanzar en el Clínic y ampliar Vall d’Hebron. Y también aumentar el peso de la atención primaria hasta el 24% del presupuesto de salud, para mejorar el servicio en centros de atención primaria de la ciudad. La lista se completa con casi 38 millones de euros en guarderías, 27 en escuelas, 2.000 plazas en residencias para mayores... y la citada convocatoria de la mesa que debe decidir el futuro del aeropuerto, en paralelo a la inversión de 49 millones “en el Delta del Llobregat para preservar el espacio natural”.

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