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Seis ministros y Feijóo: la batalla de las municipales se libra por Sant Jordi en Barcelona

Los actos de campaña para tomar la delantera de cara a la contienda del 28 de mayo se celebran este fin de semana, en una fiesta que saca un gentío a la calle

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños (en el centro) charla con el prior Bernat Juliol (segundo desde la izquierda) durante su visita al monasterio de Montserrat en Monistrol de Montserrat (Barcelona)
El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños (en el centro) charla con el prior Bernat Juliol (segundo desde la izquierda) durante su visita al monasterio de Montserrat en Monistrol de Montserrat (Barcelona)Siu Wu (EFE)
Marc Rovira

El 23 de abril, día de Sant Jordi, tiene fama de ser la fiesta oficiosa de Cataluña. La jornada, tradicionalmente con más brillo y mejor ánimo que la protocolaria Diada del 11 de septiembre, arroja un torrente de gente a la calle. Un afable escenario con rosas y libros, escaparate idóneo para quien busca proyección pública. El cuadro, a un mes de las elecciones municipales, se anuncia este año como un cuadrilátero donde habrá que sacar codos para salir en la foto. El Gobierno desplaza seis ministros a Barcelona, el PSOE pone tres y la otra mitad van a cargo de Unidas Podemos, y el Partido Popular aprovecha la fecha para montar una visita de Alberto Núñez Feijóo. La Generalitat manifiesta que no ha recibido ninguna comunicación sobre la llegada de autoridades políticas y el president Pere Aragonès no tiene previsto celebrar ninguna reunión oficial con ninguno de los visitantes. Se trata del pistoletazo de salida informal de la campaña electoral barcelonesa.

La batalla por ganar la alcaldía de Barcelona se presenta como un duelo de resultado incierto hasta el próximo 28 de mayo. PSC, Junts, y los comunes de Ada Colau dicen tener encuestas internas que vaticinan un resultado muy igualado entre los tres. Las predicciones señalan que se cae del podio quien ganó las últimas elecciones, el candidato de Esquerra, Ernest Maragall, de 80 años, pese a lo cual, el rifirrafe a tres azuza la apuesta de los partidos por Barcelona, toda vez que en Madrid ningún sondeo cuestiona la ventaja del PP.

En el río revuelto de la contienda electoral, todos los anzuelos parecen buenos. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha sido el primero en aterrizar este jueves en Cataluña. Se fue al monasterio de Montserrat, donde departió con el abad Manel Gasch y se hizo una foto con la Virgen de la Moreneta. El equipo del ministro valoró la excursión al santuario en clave de “visita institucional a un símbolo de Cataluña”. Bolaños se ha convertido en uno de los altavoces del Gobierno a la hora de pregonar que la “normalidad” ha vuelto a Cataluña tras una década de procés.

Este viernes coincidirá con Pere Aragonès en la encendida de luces de la Feria de Abril, en el Parc del Fòrum. No habrá reunión entre los dos, aseguran ambas partes. “El Gobierno de España no apuesta por volver al pasado ni a fórmulas que dividieron y enfrentaron a los catalanes”, ha dicho el ministro este jueves, en relación al Acuerdo de Claridad que defiende el Govern. Bolaños, uno de los colaboradores más cercanos de Pedro Sánchez, tiene la misión de ayudar a dimensionar la imagen de Jaume Collboni, candidato del PSC para las municipales. Pese a haber formado parte del Gobierno de Colau durante más de tres años, Collboni trata de marcar distancias con el legado de la alcaldesa. El cabeza de lista del PSC en Barcelona trata de exprimir una imagen de transversalidad, con vistas a poder jugar el comodín de un pacto con Xavier Trias, sin cerrar las puertas a una reedición del acuerdo con Colau. Trias encabeza la lista de Junts per Catalunya, pero en su campaña evita las referencias al partido que preside Laura Borràs, y se aleja de las tesis independentistas más radicales que sustenta parte de la dirección de la formación.

En el rompecabezas que se puede dibujar tras las elecciones, la única alianza que parece inviable es la que mete en un mismo gobierno a Ada Colau y Xavier Trias. El resto todo es posible.

En Barcelona, el sábado por la tarde, se prevé una reunión en miniatura del consejo de ministros. Hasta seis de ellos coincidirán en un acto social organizado por La Vanguardia. Junto a Bolaños estarán los socialistas Miquel Iceta (Cultura) y José Manuel Albares (Exteriores). Unidas Podemos también moviliza a una nutrida representación, liderada por Yolanda Díaz. La vicepresidenta del Gobierno tiene buena sintonía con la alcaldesa Ada Colau. El Ayuntamiento de Barcelona es un pilar de poder para el espectro de los comunes, y este fin de semana también lucirán marca en la ciudad la ministra de Igualdad, Irene Montero, y el titular de Universidades, Joan Subirats.

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El Partido Popular también busca su cuota de protagonismo en Sant Jordi. Su presidente, Alberto Núñez Feijóo, llega este viernes a Barcelona. Tiene una agenda público-privada donde combina una visita al Trofeo Conde de Godó de tenis, punto de encuentro de la alta sociedad barcelonesa estos días, y un acto en Castelldefels, para avalar la candidatura de Manu Reyes. En esa cita también se espera a José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid.

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