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La normativa para la desconexión digital retrasa el acuerdo sobre los convenios en Cataluña

El Acuerdo Interprofesional de Cataluña, que sindicatos y patronales llevan más de dos años negociando, irá por primera vez más allá de las recomendaciones

Josep Catà Figuls
Roger Torrent
Representantes de las patronales y los sindicatos, en la firma del acuerdo de concertación territorial de las políticas activas de empleo, en noviembre pasado.Quique Garcia (EFE)

La hoja de ruta que dibuja cómo tienen que ser las principales mejoras y cambios en los convenios colectivos —y, a la postre, cómo tienen que ser los contratos laborales— está caducada en Cataluña desde finales de 2020. Las patronales Foment del Treball y Pimec y los sindicatos CC OO y UGT llevan desde entonces negociando un nuevo Acuerdo Interprofesional de Cataluña (AIC), pero pese a que las posiciones se han ido encontrando y pese a que el acuerdo está prácticamente cerrado, la firma se va retrasando una y otra vez. La reunión de este jueves tenía que terminar con acuerdo, pero este se aplazó hasta después de Semana Santa. El principal escollo está en cómo concretar los aspectos normativos —especialmente los que atañen a la desconexión digital— que por primera vez se incluirán en el AIC, ya que hasta ahora eran solo recomendaciones.

Desde el último AIC, válido para el periodo 2018-2020, muchas cosas han cambiado en el ámbito del trabajo. Primero con la pandemia de covid 19 y la irrupción del teletrabajo, después con la vuelta a la presencialidad apresurada tras el fin de las restricciones y ahora con la inflación y la pérdida de poder adquisitivo por las exiguas subidas salariales. De fondo están también las innovaciones tecnológicas que impactan en el trabajo, como los algoritmos o la inteligencia artificial. El AIC suele tener una vigencia de tres años, sin carácter retroactivo a cuando caducó el anterior, y actúa como marco de directrices para los convenios que se van renovando. En Cataluña, hay decenas de convenios que aún están por renovarse y que podrían beneficiarse de la actualización del marco: en enero, el sindicato CC OO destacó que el año pasado cerró con 40 convenios colectivos bloqueados, que afectaban a 239.178 personas. Lograr un pacto en el AIC sería también un paso más en la relación de diálogo que mantienen patronales y sindicatos, que en los últimos tiempos han participado activamente, por invitación del Govern, en la elaboración de los Presupuestos y han sacado adelante el pacto por la industria, entre otras iniciativas.

La reunión del jueves terminó sin acuerdo, ya llegada la noche, a causa de la concreción que las patronales pedían en los aspectos en los que el AIC dejará de ser una mera recomendación para convertirse en directrices normativas de obligado cumplimiento. Al ser la primera vez que este acuerdo contiene aspectos obligatorios, las partes se han dado hasta después de Semana Santa para terminar de encajar estas medidas. Fuentes de la negociación indican que el AIC será normativo en tres o en cuatro elementos, entre los que destaca la llamada desconexión digital, el derecho de los trabajadores a no hacer tareas laborales desde casa y de forma virtual cuando uno ya está fuera de su jornada laboral. La concreción de esta medida es lo que no se consiguió en la reunión, aunque se espera llegar a un pacto dentro de dos semanas.

Otro aspecto normativo será la participación de los trabajadores en los algoritmos que las empresas tienen para fijar horarios y tareas. Lo que no será un elemento normativo es el teletrabajo, un capítulo que ha sido un escollo para la negociación durante meses, porque patronales y sindicatos no se ponían de acuerdo en cómo remunerar a los trabajadores por el uso de sus servicios domésticos (luz, internet, teléfono...) para el trabajo a distancia, ni en si se tenía que tener en cuenta el ahorro del trabajador por no tener que desplazarse al centro de trabajo. La cuestión del teletrabajo —para el que, en términos generales, el acuerdo se basará en la regulación acordada entre Gobierno central y agentes sociales— ya está superada y constará solo de recomendaciones.

Las partes también han llegado a acuerdo en cuestiones de igualdad, de salud laboral y salarios. Este apartado, muy sensible por la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores con la inflación (los precios subieron en 2022 un 8% de media, mientras que en los convenios pactados el año pasado el incremento de sueldos fue, de media, del 3,75%) también ha ocupado muchas discusiones en las reuniones. En principio, el AIC no fijará un porcentaje de mejora de sueldos, pero sí que propondrá un salario mínimo que sirva como base en los convenios, del 60% del sueldo medio en Cataluña.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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