Sequía en Cataluña: riego de campos de golf en pueblos donde el agua llega con cubas
La normativa de la Generalitat para administrar las escasas reservas hídricas no remedia los parches de urgencia en algunos municipios
La sequía hace estragos en la Cataluña central, tierra de pastos y cultivos, a medio camino de la ruta que va de Barcelona a los Pirineos. El Moianès suma apenas ocho años de vida como comarca, se creó oficialmente en 2015, pero su juventud no le evita padecer mala salud por culpa de una mala hidratación. La falta de agua en varios municipios ha obligado a habilitar camiones cisterna para asegurar que los vecinos y las empresas tengan agua asegurada. Un suministro de emergencia que pone en aprietos al presupuesto municipal. Mientras, la regulación de la Generalitat para contener la sequía da luz verde a mantener el riego (con restricciones del 50%) en los dos campos de golf que hay en la comarca.
Los niveles de los embalses catalanes están al 27% y el Govern advierte que es menester administrar con el máximo rigor las escasas reservas de agua que aun resisten. El bajo nivel de los acuíferos afecta negativamente a la calidad del agua, algo que se ha convertido en un problema “preocupante” en el Moianès, según ha declarado recientemente el presidente comarcal, Ramon Vilar. Nueve de los diez municipios de la comarca dependen de pozos propios porque no están conectados a la red general de suministro de la Agencia Catalana del Agua (ACA). Los pozos están apurados y hay que buscar alternativas. El municipio de Castellcir, unos 800 vecinos, lleva “casi un año” recurriendo a camiones cisterna para poder tener agua, explica su alcalde, Eduard Guiteras. “Cuatro camiones al día inyectan 100.000 litros a la red”. Caso similar pasa en el pequeño pueblo de Granyena, y también conocen la problemática en Castellterçol, 2.600 habitantes. En el término de Castellterçol está uno de los dos campos de golf que hay en el Moianès. El alcalde, Isaac Burgos, pone de relieve que “durante años el campo de golf se apañaba con el agua de las lluvias, pero desde hace tres años recurre a un pozo de su propiedad”. Burgos habla con conocimiento porque fue socio del club de golf, manifiesta que ya no paga la cuota, y afirma que el campo “hace un buen uso del agua”.
En Moià, la capital de la comarca, está otro campo de golf. “Tenemos una restricción de riego del 50%”, afirman desde el club. La consejería de Acción Climática justifica que “la práctica totalidad de los campos, si no todos, usan agua regenerada”. El agua regenerada proviene de un tratamiento primario en las depuradoras. En la práctica, hay campos de golf, como los del Moianès, que riegan con aguas de pozos propios. “Los ayuntamientos no podemos hacer nada. No podemos prohibirlo , como tampoco podemos prohibir que la gente llene las piscinas [pese a que el decreto de la Generalitat no lo permite]. Solo podemos recurrir a la pedagogía”, manifiesta Eduard Guiteras, alcalde de Castellcir. Calcula que el consistorio ha gastado “más de 300.000 euros” con el tráfico diario de cubas de agua. “Es insostenible”, dice, y apunta que el presupuesto municipal es de 1 millón de euros. Los camiones llegan al pueblo desde Mollet del Vallès, tras recorrer un trayecto de 35 kilómetros. “Poder abastecernos de agua en un punto más cercano rebajaría los costes de transporte”, observa.
“En 2019 ya encargamos una diagnosis de los problemas de agua que tiene la comarca”, pone de relieve Sonsoles Letang, consejera comarcal encargada del área de Territorio. “Que haya pueblos que antes del verano ya necesiten recurrir a cubas es muy mala noticia”, observa. La comarca tiene varias explotaciones ganaderas, y las granjas también acusan la faltan de agua. “Un caballo puede beberse 20 litros de agua al día y una vaca hasta 40. Hay ganaderos que tienen que ir a buscar agua en pozos fuera de sus fincas para poder abrevar al ganado”.
La posibilidad de expropiación
El decreto ley contra la sequía aprobado este miércoles por el Govern prevé “la ocupación temporal y de expropiación forzosa” de redes de abastecimiento de agua. Esquerra logró aprobarlo con apuros. La abstención de Junts, del PSC, de En Comú Podem y de la CUP le da margen a Pere Aragonès, que en el Parlament cuenta con el apoyo de apenas 33 diputados sobre 135, para aplicar una batería de medidas que persiguen, incluso con sanciones si procede, recortar el consumo de agua. Las restricciones más severas afectan a 224 municipios del sistema del Ter-Llobregat, que abastece Girona, Barcelona y toda su área metropolitana. Son unos 6 millones de personas. El Govern alega que Cataluña sufre el periodo más largo sin lluvias desde que existen registros (1905).
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