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La eléctrica pública de la Generalitat invertirá en proyectos privados de renovables

La entidad L’Energètica, cuyo objetivo es generar electricidad de autoconsumo para abastecer a las entidades públicas, ya tiene dos participaciones en parques eólicos y estudia en qué proyectos fotovoltaicos entrar

Mercado Laboral 2024
Las últimas placas solares del primer edificio de la comunidad energética de propietarios se han instalado este miércoles en Gran Via de les Corts Catalanes, 469 de Barcelona.Enric Fontcuberta (EFE)
Josep Catà Figuls

La compañía energética pública que la Generalitat presentó el pasado mes de octubre, y a la que bautizó como L’Energètica, ya da sus primeros pasos, y ha ampliado el horizonte de sus ambiciones: no solo se ocupará de instalar placas solares en los edificios públicos para vender energía a precio más barato a las instituciones que los ocupan, sino que también invertirá en proyectos de renovables, tanto públicos como privados, siempre que cumplan unos requisitos. El director general de la eléctrica pública, Daniel Pérez, explicó en un encuentro con periodistas que la empresa ya tiene participaciones en dos parques eólicos, y que está estudiando en qué parques fotovoltaicos que ya tengan la autorización tramitada puede entrar. La entidad tiene un presupuesto de 25 millones de euros para este año y tiene el objetivo de aprovechar, antes de 2030, todo lo que pueda de los 329 MW que potencialmente puede dar la instalación de placas en sus edificios públicos.

La Generalitat lanzó esta empresa pública, inspirada en iniciativas llevadas a cabo en Noruega o en la región canadiense de Quebec, y después de que Barcelona lanzase su eléctrica pública en 2018. El objetivo principal de L’Energètica es instalar placas solares en los edificios públicos, para reducir la factura de la luz de las instituciones que albergan. Según sus cálculos, la energía que se obtenga a partir de los tejados, y la que L’Energètica compre en el mercado para luego venderla más barata a las instituciones (ahorrando el margen de comercialización), permitirá que el MW/hora se pueda entregar a entre 60 y 90 euros, cuando actualmente se está pagando el doble.

Este era el principal objetivo, pero la entidad quiere ir más allá. “Tenemos que incidir en el sistema energético catalán. Cataluña no está precisamente a la vanguardia de las renovables en Europa, y creemos que esta empresa puede ayudar a aumentar la potencia instalada de renovables”, dice Pérez. Para ello, no solo contarán con los 329 MW que, potencialmente, pueden obtener de los edificios públicos cuando instalen las placas (actualmente tienen ya instaladas placas para aprovechar 20 MW, y esperan que este año se consiga llegar al 20% de la capacidad), sino que también quieren impulsar otros proyectos que no se lleven a cabo en edificios de la Generalitat, ya sean privados o de otras instituciones públicas. Un ejemplo sería que un Ayuntamiento quiera llevar a cabo un proyecto pequeño de renovables, pero que no tenga el músculo financiero para hacerlo. “Lo que haremos será sumarnos a proyectos renovables en tramitación avanzada, es decir comprar la totalidad o una parte de proyectos que ya estén autorizados”, explica el responsable de L’Energètica. Por ahora, formarán parte de dos parques eólicas, con una participación que les ha cedido la empresa pública Avançsa (un 25% del parque Pebesa, y un 9,65% del de Trucafort), y está estudiando los 43 proyectos solares que ya tienen autorización administrativa, para ver en cuáles invierte. Todos los proyectos en estudio son pequeños, de entre tres y cinco MW, y para que L’Energètica entre “tienen que cumplir criterios de cohesión territorial, social y ambiental”, señala Pérez, que añade que, además de la participación, la empresa será “agente de mercado, porque gestionará la energía que se obtenga”. Además de la eólica, que va más lenta en su tramitación, y la solar, la empresa también se fijará en la energía hidráulica: “A medida que las concesiones hidráulicas vayan venciendo, irán a L’Energètica, aunque la mayoría de las 350 centrales de cuencas internas, que son las de titularidad autonómica, vencen en 2061″, explica el responsable. Las que venzan antes, o que pierdan la concesión por incumplimiento de contrato, pasarán a L’Energètica.

Con todo, el grueso de la actividad de la eléctrica pública seguirá siendo la instalación y aprovechamiento de los tejados. El Instituto Catalán de la Energía (ICAEN) calculó que los edificios públicos tienen un potencial teórico de 329 MW (lo que significa que, si se aprovecha todo, incluso supera el consumo energético que hace la Generalitat), aunuque la realidad es que no todo se podrá instalar, y el potencial real será más bajo. La energía que se obtenga de estas placas (así como la que compre en el mercado) se venderá más barata a las instituciones, y otra parte se ofrecerá de forma gratuita a clientes vulnerables en un radio de dos kilómetros de las instalaciones. L’Energètica tiene la intención de ser comercializadora, aunque por ley solo el 20% de los ingresos que obtenga pueden venir de clientes privados, que podrían ser, por ejemplo, industrias estratégicas.

La eléctrica pública se constituyó oficialmente este martes, y ahora tiene que incorporar a 30 personas en el equipo, según se pactó en el acuerdo de Govern. También se ha nombrado a un consejo asesor, de 20 personas, que no están retribuidas.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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