Movimientos sociales de Barcelona reclaman medidas más ambiciosas contra la sequía: “Después del verano puede haber cortes en los hogares”

“Si no llueve pasado el verano, los cortes a los hogares metropolitanos [de Barcelona] pueden ser una realidad”. Es una de las advertencias de las 43 propuestas que han presentado este jueves once asociaciones en Cornellà de Llobregat. El documento elaborado por entidades como Aigua és Vida, la Federació de Veïns i Veïnes de Barcelona (FAVB) o Ecologistes en Acció pretende que los partidos de los 36 municipios del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) incorporen las medidas en sus programas de las próximas municipales en mayo.

“La AMB estima que dispondrá de un 22% menos de agua para 2051″ ha denunciado Dante Maschio, portavoz de la plataforma Aigua és Vida. Aunque se han realizado inversiones importantes desde la gran sequía de 2008 -con la instalación de plantas desalinizadoras y de agua regenerada-, el activista advierte de que hay que diversificar todavía más las fuentes de abastecimiento en un futuro marcado por la falta de precipitaciones y el aumento de las temperaturas. “Hemos ganado seis meses antes de que entre en vigor el estado de alerta por sequía. Esto no quiere decir que siempre haya suficiente agua”. Actualmente la Generalitat ha decretado la fase de excepcionalidad por sequía en las 15 comarcas de las cuencas de los ríos Ter y Llobregat y del acuífero Fluvià-Muga.

Al igual que cada vez más hogares instalan placas solares a través de las comunidades energéticas, Maschio apunta a que deben potenciarse las rehabilitaciones de vivienda que aprovechen las aguas grises de uso doméstico. Municipios como el Prat de Llobregat ya han puesto en marcha esa medida en nuevas construcciones. Maschio señala que pueden reducir el consumo doméstico “en un 30%”. También ha mencionado otros sistemas de aprovechamiento como el de agua de lluvia o los almacenes subterráneos de lluvias torrenciales. Aunque lamenta que en este último las aguas “se mezclan con el alcantarillado” y no siempre pueden usarse en ámbitos como el riego de jardines.

El alcalde de Badalona, Rubén Guijarro, denunció a inicios de marzo que desde hace 15 años una tubería que conecta la potabilizadora del Ter con el centro de distribución de Trinitat pierde dos litros por segundo a su paso por Badalona. Esta es otra de las inversiones en infraestructuras claves para Joan María Soler, coordinador de la FAVB. Ha señalado que deben realizarse auditorías públicas de la red de abastecimiento para evaluar las pérdidas como esta. Entre las entidades que vertebran Aigua es Vida se encuentra la ONG Ingeniería sin Fronteras (ISF), de la que el actual regidor de Emergencia Climática y Transición Ecológica del Ayuntamiento de Barcelona y también vicepresidente de la AMB, Eloi Badia, fue una de sus caras más visibles y que impulsó la campaña en favor de la remunicipalización del agua durante la primera campaña de Ada Colau a la alcaldía de Barcelona, en 2015.

Maschio también se ha quejado de supuestas “malas prácticas” en las que a su juicio incurre el grupo Agbar, al que el documento de propuestas critica su situación de “cuasi monopolio”. “El agua no puede seguir siendo un negocio”, ha reclamado el activista. Los impulsores del manifiesto piden implantar un sistema de contadores sociales para las familias sociales ya que el agua “es un derecho humano reconocido por Naciones Unidas”. Según los activistas sociales, “el 11% de las familias del AMB pagan por el agua más del 3% de sus ingresos, el límite que establece Naciones Unidas para considerar que es asequible”. Miriam Planas, otra portavoz de Aigua és Vida, ha reclamado al AMB que no obstaculice medidas de municipalización del agua si algún municipio quiere abordar este cambio.

Las “tensiones de la proyección urbanística del AMB” son otro de los puntos principales del documento. “La apuesta por el cemento ha quedado obsoleta”, ha sentenciado el portavoz de Ecologistes en Acció Dídac Navarro. El activista señala que la “concentración poblacional” en el entorno metropolitano, donde habita el 42% de los catalanes, ha generado “graves desequilibrios territoriales” que afectan a las masas de agua catalanas como el trasvase del río Ter a Barcelona. Señala que hay que gestionar el agua “desde la demanda” antes que planificar grandes crecimientos urbanísticos. Para frenar las lluvias torrenciales, otra de las principales consecuencias del cambio climático, los activistas indican que debe avanzarse en las renaturalizaciones de los tramos finales del Llobregat y el Besòs.

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