“Como siga sin llover, en otoño una ensalada nos va a costar 15 euros”
Los agricultores de la zona del Llobregat mantienen sus cultivos gracias al agua regenerada pero advierten que sin lluvia las explotaciones desaparecerán
Xavier Oliva es uno de los agricultores miembros de la comunidad de regantes de la derecha del río Llobregat. Este jueves estaba trabajando en una de sus fincas de alcachofas de su familia que se riega a manta –por inundación– desde hace décadas en El Prat de Llobregat (Barcelona). Mientras revisa su campo aterrizan en el aeropuerto de Barcelona media docena de aviones. Las aeronaves pasan, con el tren de aterrizaje desplegado, a unas decenas de metros de su cabeza. Oliva está totalmente inmunizado al ruido de estos aparatos. Lo que roba el sueño a este agricultor y al resto de sus compañeros es lo que pasa justo encima de los aviones: la ausencia de nubes con lluvia. Nadie entre los agricultores recuerda una sequía como la actual. “29 meses sin que llueva en condiciones”, reniega.
La Generalitat decretó el pasado miércoles la fase de excepcionalidad -la última antes de la fase de emergencia- en las 15 comarcas de las cuencas de los ríos Ter y Llobregat y del acuífero Fluvià-Muga. Son las zonas más pobladas de Cataluña y en ellas los frentes lluviosos que los últimos meses han aligerado la sequía en buena parte de España han pasado de largo. En estas zonas se ha tenido que reducir un 40% el uso de agua para usos agrícolas. Pese a la gravedad de la situación, Oliva no está preocupado por la falta de agua de riego durante las próximas semanas. El agricultor cree que la Agencia Catalana del Agua (ACA) “aprendió” de la sequía de 2008 y en este tiempo ha creado desaladoras y depuradoras suficientes. Hasta ahora la comunidad de regantes de la derecha del Llobregat regaba con un 75% del agua procedente del río y un 25% de agua regenerada que se inyectaba desde las infraestructuras del ACA. “Ahora no perderemos muchos hectómetros de riego pero el porcentaje de agua regenerada se elevará al 40%. Preferimos el agua del río, pero el agua regenerada está sometida a muchos análisis por lo que no hay riesgo”, defiende. Oliva cree que es la única alternativa. Su preocupación es más a largo plazo. “Si sigue la sequía, sí habrá restricciones. De momento, mantengo la previsión de cultivos de verano (tomate, melón, sandía…) espero que llueva porque como no podamos plantar las verduras de invierno tendrán que recorrer medio mundo para traerlas y una ensalada, en otoño, nos podría llegar a costar 15 euros”, calcula.
El ACA asegura que gracias a las depuradoras de agua del último tramo del Llobregat se regeneran 2.200 litros de agua por segundo. Hasta ahora, según una portavoz del ente autonómico, 1.000 de esos litros se destinaban a inyectar agua regenerada en pozos para impedir “la intrusión salina” en el acuífero y, lo que sobraba, se vertía en la parte baja del río y así ayudaba a preservar el llamado “caudal ambiental” de la zona. Los 1.200 litros restantes se destinaban, una parte al parque agrario y otra, se trasladaba río arriba y se volvía a introducir en el caudal del río para volver al ciclo normal del agua. “Ahora se destinará menor parte al caudal ambiental y más al parque agrario”, han zanjado desde el ACA como solución a las restricciones de agua.
Josep Cuscó es agricultor en Molins de Rei (Barcelona) y responsable de agua del sindicato agrario Unió de Pagesos. “Yo no puedo regar con el canal sino con un pozo. No tengo acceso al agua regenerada y tengo que utilizar el 40% menos de agua. Priorizo regar los árboles frutales para que no se mueran y empiezo a pensar en si vale la pena hacer un desembolso en la plantación de verduras como pimiento, berenjena o tomate”, se sincera Cuscó. “Si no hay agua no será rentable nuestra actividad. Si esto sigue así será la ruina del sector y tendremos que replantearnos todo porque los mercados de fuera tampoco servirán para abastecernos, ya que el precio del gasoil está desorbitado”, sostiene.
Germán Domínguez es un joven agricultor con tierras entre Sant Boi y Santa Coloma de Cervelló. “Tengo alcachofas, brócoli, habas… y las riego a manta. Yo solo pido que los técnicos hagan bien los controles del agua regenerada porque si entra amoniaco o agua salada puede acabar con la cosecha”, explica con preocupación. El ACA asegura que hay controles periódicos y que la calidad del agua está totalmente garantizada.
Rosa Pruna, la presidenta en Barcelona de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), reivindica que se construyan más desaladoras y estaciones para crear agua regenerada. “Sin ellas estos meses hubiesen sido traumáticos para el sector. Hoy ya sabemos que los cereales plantados no serán suficientes para alimentar a nuestro ganado. Además, en otros países también hay sequía. Si no llueve caerá la verdura y la huerta pero después será el fin de muchas de las explotaciones agrarias y también de las ganaderas”, lamenta.
Miles de litros perdidos al día por una tubería en Badalona
El alcalde de Badalona, Rubén Guijarro, convocó ayer una conferencia de prensa para denunciar que hace 15 años una tubería que conecta la potabilizadora del Ter con el centro de distribución de Trinitat pierde dos litros por segundo a su paso por Badalona. El Consistorio señala a la Agencia Catalana del Agua (ACA) y le reclama que movilice todos los recursos posibles para solucionar la sangría que desperdicia agua en plena sequía. La convocatoria de Guijarro coincidió un día después de que trascendiera que Badalona, la tercera ciudad en población de Cataluña, no había presentado todavía el plan de emergencia por sequía que el Govern requiere a todos los municipios de más de 20.000 habitantes. El Consistorio, temeroso de una sanción, finalmente lo presentó ayer.
Desde la ACA defienden que la reparación de la fuga es compleja porque para ello sería necesario parar el servicio durante varios días, por lo que una parte del área metropolitana quedaría sin suministro durante ese tiempo. Admiten que la ejecución del desdoblamiento para evitar las pérdidas acumula retrasos, pero prevén que esté listo en 2025 con una inversión de 36 millones de euros. Con todo, defienden que toda el agua que se pierde no se desaprovecha porque hay dos canalizaciones desde 2008 que la transportan para usos municipales y riego de huertos
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