El Parlament da luz verde a los Presupuestos en medio de las críticas de Junts y la CUP

El Parlament ha aprobado este mediodía, en medio de los aplausos y las felicitaciones de la mitad del hemiciclo, los Presupuestos de la Generalitat de Cataluña para este 2023 por 73 votos a favor, 58 en contra (Junts, la CUP y la bancada de la derecha) y ninguna abstención. Esquerra, el PSC y los comunes han culminado su alianza para dar luz verde a las cuentas, que superan los 41.000 millones de euros y que aumentan en 3.000 millones respecto a 2022. La votación ha reflejado el cambio de rumbo de la legislatura y la agria relación que tiene ERC con Junts y la CUP, que por diferentes razones han denostado el acuerdo. El president, Pere Aragonès, ha celebrado los nuevos Presupuestos y tendido la mano a sus antiguos socios.

El pacto presupuestario ha tenido un segundo capítulo esta tarde, con la aprobación de la ley de medidas fiscales y de acompañamiento. Esquerra ha afirmado que este viernes era un gran día, pero ha resultado incompleto: la cámara, con PSC y Junts al frente, ha tumbado la propuesta para asignar en el futuro una partida económica al plan piloto de la renta universal. Los socialistas avisaron que se habían opuesto a ello desde el primer día. “Es momento de centrar los esfuerzos en la gente que lo necesita”, ha alegado el diputado del PSC Jordi Riba. Los socialistas sostienen que dar por sorteo una renta de 800 euros mensuales a 5.000 personas es un paso atrás cuando hay “un índice de personas en riesgo de pobreza y exclusión social del 25%”. El PSC considera que gastar 40 millones de euros en una prueba piloto por la renta universal diezma las políticas de renta garantida para proteger a las personas en situación de vulnerabilidad.

Los socialistas han subrayado durante el debate que el Govern debe aprender “la lección” de esta negociación presupuestaria —muchas veces agónica— y ser consciente de su debilidad. Tras la marcha de Junts del Govern, ERC gobierna en minoría con el apoyo solo de 33 de 135 diputados. Alícia Romero, portavoz del PSC, ha recordado que su grupo no está apuntalando al Govern ni piensa ejercer una política de adhesión.

“Piensen en todo el mundo. Hará falta que busquen acuerdos sin prejuicios y apriorismos. Hay nuevos retos como afrontar la sequía y la política ecológica”, ha afirmado la diputada. “Tiene que aceptar su minoría y pensar en Cataluña”. El decreto para combatir la sequía ha planeado sobre la sesión. El Ejecutivo ha aprobado ese decreto y anunciado una cumbre de partidos sin negociar el articulado del mismo.

Albert Batet, presidente del grupo de Junts, ha afeado a Aragonès al final del debate que haya escogido a los grupos que conformaron el tripartito (en alusión al Gobierno de izquierdas que a principios de siglo formaron con ERC e Iniciativa, antecesores de los comunes) y haya “traicionado” a los de la mayoría del 52%, en referencia a los votantes independentistas integrados en su grupo y a la CUP, que a la postre sirvieron para investirle. “Usted ha elegido y hoy se sella el tripartito que servirá para hacer autonomismo”, ha afirmado Batet. “Este es el tripartito de Ada Colau, Pedro Sánchez y usted. La mayoría independentista se ha roto en el Parlament pero sigue en la calle”.

El diputado de Junts Joan Canadell ha acusado a ERC de tibieza independentista, “renuncia a culminar el procés”, al tiempo que ha criticado a Aragonès por dar un tumbo a sus prioridades. “Primero se deshizo de la CUP y luego de Junts para apostar por el tripartito”, y ha señalado que el president ha agrietado al independentismo: “Mas, Puigdemont y Torra hicieron un esfuerzo por la unidad, Aragonès no“. Sobre los efectos que tienen los Presupuestos en la gobernabilidad de Cataluña, Canadell ha apuntado que abren la puerta a “otros dos años perdidos” y ha urgido al Govern a mover ficha en temas que generan una fuerte tensión interna dentro de Esquerra, como es el caso de la ampliación del aeropuerto de El Prat. “Madrid nos acabará robando el talento, como ya hacen con los impuestos”, ha vaticinado el diputado de Junts.

La sesión ha constatado la ruptura absoluta entre Aragonès y la CUP, con quien firmó un acuerdo de investidura que fijaba que el president se sometería a mitad de mandato a una cuestión de confianza. Eulàlia Reguant, diputada de la CUP, ha calificado los Presupuestos de un “desastre mayúsculo” porque a su juicio solo benefician a los bancos, refuerzan la privatización de los servicios públicos y abonan grandes macroproyectos contrarios al medio ambiente, como el complejo recreativo Hard Rock, en Tarragona, la ampliación del aeropuerto de El Prat y la B-40. “Los Presupuestos son la constatación de su giro a la derecha y de haber dimitido de impulsar una agenda social solo por gobernar”, ha afirmado.

La consejera de Economía, Natàlia Mas, y la portavoz de ERC, Marta Vilalta, han alabado la bondad de las cuentas y todas las mejoras que incorporan, como el aumento de 1.200 millones en salud, el aumento del 8% del Índice de Renta de Garantía Ciudadana o la consolidación de 4.000 trabajadores sanitarios incorporado durante la pandemia. “Ni el todo o nada o cuanto peor mejor sirven al interés global para avanzar”, ha afirmado la portavoz, que ha recriminado a Junts que, por un lado, presenten enmiendas para aumentar gastos y, por otro, otras para bajar impuestos. “La varita mágica tampoco funciona para estas cosas”, ha dicho en alusión a la independencia. Jéssica Albiach, de los comunes, ha defendido su acuerdo y subrayado que en el mismo no hay ni un “euro” para los grandes proyectos que reclama el PSC.

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