Una de las gemelas de Sallent pidió que le trataran como chico y sintió incomprensión por su transexualidad
La otra menor explicó en la nota manuscrita que actuaba por solidaridad, según fuentes policiales. El abuelo de las víctimas asegura que sufrían acoso escolar
El Libro de Estilo de EL PAÍS establece en su entrada sobre las personas transexuales que “se respetará la forma en que cada una de estas personas desee ser denominada, siempre que esta se conozca, lo mismo que el género gramatical que elija”. En este caso, solo hay constancia del deseo de la menor, de 12 años, de ser tratada como varón a través de fuentes indirectas. Ni su familia ni su entorno más cercano se han pronunciado de momento. El periódico está abierto a modificar la manera en la que se alude a la menor cuando se conozcan más detalles.
Las gemelas que saltaron desde el balcón del tercer piso de su casa en Sallent (Barcelona) dejaron cartas manuscritas sobre los motivos que las llevaron a hacerlo. Una de las víctimas, que había asegurado a gente cercana que se sentía identificada con el género masculino y pedía ser llamada Iván, contó que se sentía incomprendida por su transexualidad, según fuentes conocedoras de lo ocurrido. La hermana relató que actuaba por solidaridad. Ambas víctimas desvincularon a sus padres, y les dijeron que no se sintiesen culpables por la decisión que habían tomado. A las puertas de cumplir 13 años, la chica que había pedido ser tratada como chico falleció, y la otra se encuentra en estado muy grave, ingresada en el hospital de Sabadell. La investigación mantiene todas las líneas abiertas sobre las causas del suicidio, en el que toma fuerza la identidad sexual, según fuentes policiales. Los expertos recuerdan que el suicidio es siempre multicausal, sin un único detonante. El Departamento de Educación ha admitido este jueves que ha activado a técnicos de la Unidad de Apoyo al Alumnado en situación de Violencia (USAV) para abordar este asunto “a fondo” un día después de asegurar que “no constaba” un caso de bullying con la información recabada a lo largo del día.
Las dos víctimas llevaban alrededor de dos años en Sallent, según fuentes municipales. En el municipio las conocían y entre los jóvenes del pueblo, en el Bages, en el interior de Cataluña, sabían de sus preocupaciones. De un tiempo a esta parte, una había pedido que la llamasen Iván porque se sentía un chico. Y eso había provocado la mofa entre algunos compañeros, que le llamaban Ivana. Los Mossos siguen hablando con el entorno, no descartan el acoso escolar, aunque la que toma más fuerza como hipótesis de lo ocurrido son los problemas derivados de la identidad sexual de la hermana.
El Departamento de Educación ha modificado su percepción inicial, tras negar el miércoles que existiese un acoso escolar detectado en el instituto Llobregat. Este jueves, ha admitido a Efe que trabaja “con un escenario multifactorial, con condicionantes sociales y familiares” y que ha activado a técnicos de la Unidad de Apoyo al Alumnado en situación de Violencia (USAV) para abordar este asunto “a fondo”. Las víctimas estaban recibiendo asistencia psicológica, y además la familia estaba en el radar de los servicios sociales del Consistorio. Algunos familiares refirieron el miércoles a diversos medios episodios de discriminación sufridos por las víctimas a causa del origen y su acento argentino, país en el que habían nacido.
El abuelo de las víctimas, Gustavo Lima, ha señalado el acoso escolar como una de las causas de lo sucedido. “Estos últimos días tratan de defender a la escuela, pero le hacían bullying. Pasa en todo el mundo, y ahora le tocó a mi familia”, ha lamentado, en una conversación telefónica con este diario camino del aeropuerto de Buenos Aires para volar a Barcelona. Lima ha asegurado que eran objeto de burlas “por el acento argentino, por cómo hablaban”, y ha añadido que también se reían de ellas y de su hermano pequeño por no aprender catalán. Un acoso que afirma que se incrementó cuando la víctima fallecida manifestó querer ser tratada como Iván en la escuela.
El abuelo de las víctimas asegura que sabe lo poco que le ha contado su hijo sobre el sucedido. “No manifestó a sus padres que se sentía chico, se enteraron por la carta que dejó”, ha explicado a este diario. Un cambio que él “intuyó” cuando 15 días antes, la menor le llamó y le enseñó su nuevo corte de pelo, pero que tampoco se lo había explicado. Sobre su hermana, indica que “eran un solo corazón entre las dos”, y que dejó por escrito que “pensaba acompañarla donde fuese”.
Los padres están recibiendo asistencia psicológica desde el primer momento. El progenitor se encontraba en el domicilio cuando se dirigieron al balcón, desde donde saltaron con la ayuda de dos sillas. Ocurrió a las tres de la tarde del martes. Los servicios médicos lograron estabilizar a una de ellas, pero la otra falleció. En la inspección del domicilio, la policía halló las dos notas manuscritas que ahora analizan los Mossos d’Esquadra.
El caso ha provocado una gran consternación, con el foco en los suicidios entre los jóvenes y los menores de edad. Los especialistas recuerdan que el suicidio no suele tener un único detonante, sino que es el resultado de factores psicológicos, biológicos y sociales que tienen tratamiento. Las personas con conductas suicidas pueden llamar al 024, una Línea de Atención a la Conducta Suicida puesta en marcha por el Ministerio de Sanidad. También pueden dirigirse al Teléfono de la Esperanza (717 003 717), dedicado a la prevención de este problema.
Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.