Aragonès culmina la sustitución del grueso de los altos cargos de Junts y solo ratifica a una veintena
El presidente catalán opta por mantener selectivamente a los altos cargos de sus exsocios con un perfil más técnico
Hace un mes que ERC y Junts rompieron su matrimonio en el Gobierno de la Generalitat. El divorcio se saldó con la salida de Junts de los siete departamentos que comandaba con el consecuente vacío de poder por la salida de altos cargos, asesores y otro personal eventual. A la espera de algunos ajustes todavía pendientes, el resultado ha sido la expulsión casi total de los representantes de los del partido de Laura Borràs. Las ratificaciones han sido testimoniales, salvo en el departamento de Salud, cuyos altos cargos suelen tener un marcado perfil técnico. Justicia y Derechos Sociales, cuya cúpula aprobó el Govern en su reunión semanal de este martes, son los que tienen más cerradas sus nuevas estructuras. De 180 nombres de cargos en liza, unos 50 aún no están claros.
La orden del president Pere Aragonès fue cerrar el nuevo Ejecutivo lo más rápido posible para demostrar que nada se paraba y, además, de que los republicanos tenían el músculo para un Govern en solitario. El viacrucis de la minoría parlamentaria ya sería otra cosa, pero veía necesario que tres días después de la ruptura con Junts se celebrara con normalidad un Consell Executiu con los nuevos consejeros nombrados. El objetivo se logró, pero llenar el resto de la estructura ha costado mucho más y ha implicado mover fichas claves en el partido y nombres de peso entre departamentos. Tal es el caso, por ejemplo, del aterrizaje de Juli Fernàndez en Territorio (tenía responsabilidades en el partido) o el paso de Bernat Costas de la Dirección General de Relaciones Institucionales de Presidencia a la Secretaría General de Acción Exterior. El exdiputado Joan Josep Nuet ha sido nombrado este martes como el reemplazo de Costas.
El Govern ha aprovechado también para hacer algunos retoques en la estructura del Ejecutivo, el reparto de competencias y de los máximos de personal eventual. Eso dificulta hacer una comparación con la organización que pactó la coalición, donde se repartían cada partido 250 altos cargos. Por ejemplo, Presidencia ha terminado por absorber las ocho delegaciones territoriales (17 plazas que estaban en Territorio); la dirección de Asuntos Religiosos (de Justicia) y las competencias en telecomunicaciones (Territorio) y Transparencia (Acción Exterior).
Solo una veintena de cargos de la etapa Junts han sido ratificados en el cargo, aunque hay algunos que no han sido cesados, pero cuya continuidad aún no está clara. Se trata en su mayoría de perfiles técnicos. La mayoría se encuentra en Salud, donde con 14 plazas de altos cargos y eventuales cinco continuarán. Tal es el caso de Carmen Cabezas, titular de la secretaría de Salud Pública. En Territorio, de momento, se ha permitido que dos cargos de Junts sigan: Agustí Serra, director de Urbanismo y David Prat, responsable del área de infraestructuras de la movilidad.
El Ejecutivo también ha aprovechado para hacer algunas fusiones y hacer desaparecer áreas como la de Prospectiva e Innovación dentro de Acción Exterior. En Junts tienen la sensación de que se ha querido borrar cualquier huella de su paso por el Ejecutivo, aunque las reacciones son especialmente viscerales entre aquellos sectores que hicieron campaña a favor de la permanencia en el Govern. Uno de los casos que lo han verbalizado públicamente es el de Joan Maria Piqué, quien precisamente lideró el área desaparecida y fue colaborador muy cercano en su día de Artur Mas o Carles Puigdemont. Piqué, muy activo en las redes sociales, ha lamentado que Junts haya abandonado parcelas de poder. Y lo ejemplificó con la publicidad institucional que el Govern contrata con los medios de comunicación. En el contexto de la batalla entre los diarios independentistas El Punt Avui y Ara por hacerse con esta inversión pública, Piqué, afirmó: “Valía la pena continuar en el Govern para evitar estas injusticias”, dijo ante las quejas públicas del director de El Punt Avui —próximo a Junts— por la supuesta falta de inversión desde que gobierna ERC en solitario. Aragonès fusionó en uno los dos departamentos encargados de la publicidad institucional y de las subvenciones a medios.
Los republicanos no tuvieron problemas en encontrar responsables para los cargos de confianza de los nuevos consejeros, como los jefes de gabinete o los coordinadores de las secretarías. Si hubo más dificultades para cerrar los titulares de secretarías o direcciones generales sectoriales. Curiosamente los que parecen estar más adelantados (Justicia y Derechos Sociales) están en manos de independientes elegidos por Aragonès: respectivamente, Gemma Ubasart (de la órbita de Podemos) y Carles Campuzano (exdiputado convergente). Que ERC jamás haya pisado antes la cartera de Territorio se nota: es donde hay más cargos importantes pendientes de renovar, como el presidente del Puerto de Barcelona.
Con información de Camilo S. Baquero, Marc Rovira, Bernat Coll y Dani Cordero.
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