Autoescuelas desbordadas en Cataluña: “Hemos tenido que pedirles a alumnos que buscasen otros profesores”
Más de 65.000 estudiantes en lista de espera por falta de exámenes y docentes mientras la Generalitat propone al Estado el traspaso de las competencias
Nerea Álvarez está a punto de subirse al coche en Martorell. Esta es su cuarta práctica de conducir. “He esperado tres meses desde que acabé el teórico. Mi hermano tuvo que esperar cuatro”. Ella es un ejemplo de los 65.128 alumnos que están en lista de espera para sacarse el carné de conducir en Cataluña. Ante esta demanda, el Govern ha pedido al Estado asumir las competencias de los examinadores. Aun así, las autoescuelas reconocen que este no es un problema nuevo.
Barcelona se colocaba en septiembre como la ciudad con más demora (43.564 alumnos), mientras que en España el atasco lo conformaban más de 300.000 personas, según la Asociación Profesional de Empresas Formadoras en Logística, Transporte y Seguridad Vial (Formaster). Para cubrirlo, el 26 de septiembre se incorporaron 50 nuevos examinadores -diez para Catalunya-, según la Dirección General de Tráfico (DGT). De esta manera, son ya 131 examinadores para las 749 autoescuelas en todo el territorio catalán, según datos de la Generalitat. Para algunas autoescuelas, escaso. Para la DGT, suficiente.
Albert Gómez, propietario y profesor de la Autoescuela Gomar (Barcelona), empezó a rechazar hace un año a alumnos por las quejas de las largas colas para comenzar las prácticas. “Les dijimos a alumnos que llevaban seis u ocho meses esperando que buscasen otra autoescuela. No podíamos hacernos cargo”, reconoce. “Familiar” y “de barrio”, la autoescuela solo cuenta con dos docentes y unos 20 estudiantes cada uno. Como propietario, Gómez no siente que el problema sean los examinadores, sino la carencia de profesores. Asegura que las cadenas low cost se ven más afectadas por la escasez en el personal examinador. “Los grandes centros son capaces de captar muchos clientes y generan un volumen de alumnos difícil de asumir”. La lista de espera en el centro de Gómez es de 40 alumnos, “unos 3 o 4 meses”, aunque anteriormente alcanzó las 100 personas. “Con la pandemia en general tuvimos un boom de aprobados de teórica. Se formaron colas de seis meses o un año”, explica Gómez.
“Llevamos arrastrando un tapón desde hace años” cuenta Xavier Pozo, profesor y dueño de la autoescuela Santicars (Martorell), aunque a partir de la covid “todo empeoró”. A pesar de los 6.000 exámenes organizados cada ocho días, considera que no son suficientes. “El problema no es la falta de examinadores, sino el tiempo que llevamos con esta carencia de examinadores, exámenes y gran volumen de alumnos”. También depende de la disponibilidad de los alumnos y profesores, ya que “las tardes están más colapsadas”. Además, “esta espera perjudica personalmente a algunas personas”, comenta Pozo. “Cuando vienen a sacarse alguna licencia para opositar les decimos que empiecen ya, o irán justos de tiempo”.
Lucía Arqués, ya con el carné en mano, cuenta cómo fue esperar ocho meses para empezar sus prácticas en La Rubinense (Sant Quirze del Vallès). “Primero me dijeron que solo serían un par de meses, pero luego todo se fue alargando”. La respuesta que recibía era que no había exámenes disponibles, y se quedó esperando. “Pensé que todos estábamos igual y cambiarme solo lo iba a retrasar”.
La Generalitat reclamó el pasado martes, tras la reunión del Ejecutivo que preside Pere aragonés, el traspaso de las competencias de los examinadores, entre otras propuestas ofrecidas por el Departament d’Interior, como un acuerdo de colaboración para poner en funcionamiento todos los centros comarcales. Además, denunció el incumplimiento por parte de la DGT del compromiso de incrementar las plantillas de personal examinador y la problemática de la centralización en las capitales de provincias, dificultando así obtener la licencia.
Por parte de la DGT desmienten las cifras de personas esperando a examinarse, asegurando que esta “bolsa de alumnos” es el total de aspirantes que han aprobado las pruebas previas, pero que no por ello todos están “preparados para obtenerlo”. Recalcan, además, un “esfuerzo muy importante por mejorar la plantilla”, que en los últimos 4 años ha implantado 199 nuevos examinadores. El organismo considera esta plantilla “suficiente” para la demanda de exámenes. Para Nerea y otros alumnos, esta situación ya se ha vuelto habitual. “Para mí es normal esta lista de espera”, comentaba Nerea Álvarez antes de subirse al coche.
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