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Un muerto y 12 detenidos en las fiestas de la Mercè de Barcelona

Colau desvincula la víctima mortal de los altercados después del botellón de la plaza de Espanya, donde se han producido destrozos y se ha saqueado una charcutería

Saqueos durante las fiestas de La Mercè.

La Mercè, la fiesta mayor de Barcelona, pintaba tranquila este año. Sin pandemia, sin restricciones ni aforos limitados, ni el ocio nocturno cerrado, todo el mundo daba por seguro que atrás quedarían las tres noches de botellones nunca vistos en la ciudad el año pasado, que acabaron con graves disturbios (22 detenidos y decenas de heridos en el entorno de plaza de Espanya). Este año, la primera noche de fiesta, la del viernes, fue como una seda: buen rollo y decenas de miles de personas recuperando calles, plazas y escenarios. La siguiente discurría igual hasta que terminaron los conciertos de la avenida Maria Cristina. Primero fue un joven que murió apuñalado en una de las bocas de metro. Después, disturbios entre la policía y un grupo de 500 chavales que se negaban a marcharse a casa y saquearon una charcutería, de la que se llevaron jamones y la caja registradora. Hubo 12 detenidos y 45 heridos, sumando graves y leves.

A ocho meses de las elecciones municipales, y cuando la seguridad y la limpieza son temas de sensibilidad extrema, los partidos de la oposición arremetieron contra la alcaldesa, Ada Colau, acusándola de falta de prevención y de minimizar los incidentes. El equipo de gobierno municipal se esforzó en desvincular el apuñalamiento del resto de los incidentes y en subrayar que los dispositivos de seguridad se habían reforzado. Junts incluso alertó de que la quedada masiva podía preverse el sábado por la tarde en la red social TikTok, donde los jóvenes ya hablaban de acudir a Maria Cristina. ERC y Ciutadans también arremetieron contra el Gobierno municipal. Es cierto que hubo tranquilidad absoluta en otros escenarios que congregaron a decenas de miles de personas. Como lo es que, antes del coronavirus, La Mercè nunca había sido un momento con conflictos de este calibre en la ciudad.

El teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, lamentó el apuñalamiento y los incidentes que comenzaron más tarde, pero insistió en separar las dos situaciones. Los incidentes protagonizados por 500 personas en pequeños grupos se saldaron con motos tiradas al suelo, desperfectos en el mobiliario de las terrazas, algunos contenedores quemados (en las calles de Tarragona y Consell de Cent) y la charcutería saqueada (en Creu Coberta). La agresión tuvo lugar pasadas las tres de la mañana (3.16) y el joven fue trasladado al hospital Clínic, donde falleció cerca de las cuatro de la madrugada, según esas mismas fuentes. Los altercados comenzaron a las 4.40 horas, precisó Batlle.

Motos tiradas al suelo durante los incidentes de la segunda noche de La Mercè, en la calle de Consell de Cent.
Motos tiradas al suelo durante los incidentes de la segunda noche de La Mercè, en la calle de Consell de Cent.

Los incidentes más graves se alargaron hasta las cinco y media de la mañana, según el Consistorio, pero los vecinos aseguran que a las seis todavía había carreras, en las que un grupo incluso desafiaba a los agentes. Y a los vecinos, pese a las advertencias de que los estaban grabando desde los balcones. “¡Os estamos grabando!”, gritaban unos. “¡Nos la suda!” respondían los otros, según el relato de una vecina que vive a tres puertas de la charcutería La Muntanya, en la Creu Coberta.

El propietario del establecimiento, Sergio San Segundo, contó que fue avisado al dispararse la alarma. En el saqueo de la tienda participaron jóvenes encapuchados y otros que no, y se produjo con una calma asombrosa, como atestiguan varios vídeos de los vecinos. Los protagonistas de los incidentes también intentaron romper los cristales de la camisería Ros, que el año pasado resultó completamente destrozada durante los disturbios más graves de la fiesta.

Ada Colau lamentó la muerte del joven en declaraciones en El Suplement de Catalunya Ràdio. E insistió en que la víctima mortal, “por horarios y lugar”, no estaba relacionada con el botellón principal de la noche, en plaza de Espanya, donde posteriormente se produjeron los altercados.

La oposición en el Ayuntamiento reaccionó acusando al Gobierno municipal de minimizar los hechos y de falta de previsión. Jordi Martí, de Junts, aseguró que el sábado en la red social TikTok ya se podía comprobar cómo se estaba organizando el botellón, y denunció “una situación de caos con robos con arma blanca” y que no se realizara prevención en la zona de Creu Coberta, tal y como habían pedido los comerciantes. Martí pidió prevención y mejorar la “información e inteligencia” a través de las redes sociales.

Barcelona comerç, la asociación de los ejes comerciales de barrio, exigió actuaciones y medidas “inmediatas para evitar nuevos disturbios”, y pidió a las autoridades “que se abra un debate cuidadoso y alejado de partidismos que permita acabar con el problema de la falta de seguridad en Barcelona”.

Desde ERC, Jordi Coronas consideró que las declaraciones del equipo de gobierno “no han estado a la altura”. “Es necesario un mensaje contundente y no excusarse minimizando lo que ha pasado”, dijo. Luz Guilarte, de Ciutadans, escribió en Twitter: “Barcelona es hoy la ciudad más insegura de España gracias a Colau y al PSC, quienes miran hacia otro lado mientras criminalizan a los agentes de la Guardia Urbana”.

Las escenas de disturbios se repiten un año después de los gravísimos actos vandálicos de La Mercè de 2021. Colau coincidió con Batlle en asegurar que los incidentes no han sido “tan graves como los del año pasado”. “Ha habido actos masivos sin problemas”, puntualizó la alcaldesa, que lamentó que “siempre hay algún grupito que quiere aprovechar situaciones de mucha gente para llevar a cabo destrozas”. El viernes, la lluvia fue la que marcó la fiesta, pero no hubo incidentes y los conciertos fueron concurridos pese al mal tiempo.

“La Mercè es la última gran fiesta al aire libre antes del inicio de curso”

Rodrigo Marinas

“Si no dais palmas nos vamos”, espetaba al público Peret Reyes en el concierto de rumba catalana en la avenida de la Catedral, en pleno Barri Gòtic el sábado por la noche. “Es como estar en un tablao, pero gratis”, comenta sorprendido Jacob Rodríguez, que ha aterrizado por primera vez en Barcelona antes de embarcarse en un crucero. El estadounidense, que desconocía que su viaje iba a coincidir con estas fiestas, resalta que estas coreografías son lo que más le sorprende de la música española. En la velada también disfrutan vecinos de toda la vida. Anna, una jubilada que ha venido del Eixample con sus amigos, asegura: “Aunque ya no me traiga a los niños pequeños, porque ya han crecido, voy a seguir disfrutando”. La veterana concibe La Mercè, ante todo, como una apuesta musical variada. “Estos días hemos visto tanto a la orquesta del Liceo, como un concierto de jazz, y ahora a dar palmas”.
Minutos antes de que acabe el concierto, Cristina y Braulio esperan con ganas el próximo espectáculo: la banda de Juan Perro liderada por Santiago Auserón, exintegrante de Radio Futura. La pareja, que ha vivido más de 10 mercès, observa el paso del tiempo con humor: “Se nota que los chavales están en la playa o en el Raval. Aquí quedamos los veteranos”. Braulio destaca cómo en esta celebración “se mezcla lo antiguo y los grupos más frescos”. La pareja, que reside fuera de Barcelona, nunca falla a esta cita.

Unos pocos metros más adelante, en la rambla del Raval, Max Martí celebra con sus compañeros del máster que, esta vez sí, han podido ir a los conciertos del Festival BAM con artistas como el rapero marroquí Issam o las hermanas Contra y Eboshi. Cuando se conocieron el curso pasado no pudieron coincidir debido a las restricciones de aforo en los recintos, que luego acumularon macrobotellones en los alrededores. Laia y sus amigas de Badalona vienen dispuestas a disfrutar. “La Mercè es la última gran fiesta al aire libre antes del inicio de curso”, comenta una de ellas.

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