Cataluña destinará cuatro millones a la escuela concertada para la contratación de monitores en septiembre
Los centros apuraron para contratar el personal, pero muchos han optado por recurrir al profesorado para cubrir la hora adicional de la jornada intensiva
Las direcciones de las escuelas concertadas han trabajado contrarreloj los últimos días antes del inicio de curso para encontrar a los monitores que deben cubrir la hora lectiva recortada este mes de septiembre por la implantación de la jornada intensiva. Para financiar estas contrataciones, el Departamento de Educación ha abierto una línea de subvenciones dotada con cuatro millones. Pero las complicaciones por encontrar personal, o simplemente por pura practicidad, algunos centros han optado por recurrir al profesorado para atender a los alumnos durante esa hora.
En febrero, Educación sorprendió con el anuncio del avance del curso escolar una semana, que arranca hoy en primaria. Para compensar estos días adicionales, el departamento decidió implantar la jornada intensiva durante todo el mes de septiembre, lo que supone eliminar una hora lectiva (las clases finalizarán a las 13 horas y el comedor, a las 15.30 horas). La hora restante hasta cubrir el habitual horario lectivo se hará con unas actividades de ocio educativo, como ya se hace en junio en los centros públicos.
Educación ha reservado una partida de 12 millones para contratar a los monitores durante esta hora complementaria, que será gratuita para las familias. Una tercera parte del dinero irá a la escuela concertada. El Diario Oficial de la Generalitat publicó hace una semana la línea de subvenciones para que estas escuelas privadas puedan contratar al personal necesario. La convocatoria está dotada con un máximo de 4,2 millones y se pagará 16,10 euros por hora y monitor.
El departamento ha tenido que sacar esta línea de subvenciones ya que, en el caso de las concertadas, son las escuelas —entidades o fundaciones privadas— las que contratan a los monitores. En el caso de la pública es Educación a través de los servicios territoriales el que ha gestionado los contratos con las empresas que ofrecen el comedor escolar para que sean esos mismos monitores los que, alargando una hora de contrato, puedan cubrir la hora de la jornada intensiva. No obstante, en este caso los directores son los que acaban firmando un contrato menor con dichas empresas, lo que ha causado un fuerte malestar entre las direcciones porque se les hace responsables de unas actividades que no controlan y de cuya calidad dudan.
En la concertada, los equipos directivos han dedicado muchas horas a buscar monitores. “Es un trabajo extra. Nos ha tenido muy ocupados, pero por suerte preocupados aún no”, apunta Toni Aguilar, director de la Escola Pia de Mataró. Calculan que necesitarán medio centenar de monitores. La prioridad es aprovechar los que ya trabajan en el comedor o las extraescolares, “pero muchos tienen las horas ocupadas, y tampoco es que ofrecer una hora más sea muy atractivo. Ha habido gente buscando monitores por todos lados”, añade. La escuela incluso ha hecho un llamamiento entre exalumnos.
En la escuela Tecnos de Terrassa respiran más tranquilos porque han logrado cubrir las necesidades de personal ampliando la jornada a los monitores actuales del comedor y de las extraescolares. “Hemos tenido suerte porque son muchos días y muchos monitores los que se necesitan”, tercia la directora, Júlia Gràcia.
La gestión de la jornada intensiva también ha supuesto un reto para las 25 escuelas de la fundación Fedac: necesitaban 300 monitores. “En el comedor solo se quedan un 20% de los alumnos, pero si durante esta hora adicional se quedan el 100% necesitábamos ampliar mucho”, admite David González, responsable del área pedagógica de Fedac. Pero encontrar tanto personal y para solo una hora resultaba un problema, así que han optado por recurrir a la plantilla de la escuela. “La idea es que los alumnos hagan las mismas horas y los profesores también”, añade. En la concertada el horario se alarga hasta las 17 horas porque cuentan con una hora de clase adicional.
En la escuela Vedruna el Carme de Sabadell se plantean una opción mixta. “Si tuviéramos problemas para encontrar monitores, recurriríamos al voluntariado del profesorado”, asevera el director, Albert Merino.
Los directores de la concertada coinciden en lamentar la “precipitación y falta de consenso” de Educación a la hora de anunciar el avance del curso escolar. “Así surgen los problemas. Si hubiéramos trabajado juntos, hubiéramos encontrado soluciones rápidamente”, zanja Aguilar.
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