Junts menosprecia la mesa de diálogo: “No queremos ser socorristas del naufragio socialista”
Laura Borràs defiende seguir en el Parlament al considerar que “prestigiar la institución es actuar con independencia del sistema judicial español, que nos quiere arrodillados”
La segunda fase del congreso de Junts per Catalunya ha empezado este sábado con críticas desde la formación a la mesa de diálogo acordada entre La Moncloa y el Gobierno catalán, formado por la coalición de ERC y Junts. Asimismo, se ha enrocado con una fuerte defensa a su presidenta, Laura Borràs, cuya posición como máxima representante del Parlament de Catalunya está en entredicho después que la Fiscalía pidiera el jueves 6 años de prisión y 21 de inhabilitación por prevaricación y falsedad documental en su etapa en el Institut de les Lletres Catalanes (ILC). El congreso, celebrado en La Farga de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), pretende aprobar durante este fin de semana el rumbo político, estratégico y organizativo del partido tras la elección en junio de Laura Borràs como presidenta del partido y Jordi Turull como secretario general.
Los primeros acuerdos llevan a Junts a explorar la opción de “continuar o no” en el Govern, tras “valorar” en qué grado se está cumpliendo el acuerdo de gobierno catalán (entre ERC y Junts). De este modo quedaron rechazadas las enmiendas que pedían salir ya del Gobierno catalán. La intención de los dirigentes es realizar una “auditoría” de este acuerdo y, si es necesario, consultar a las bases sobre su permanencia en la Generalitat. El partido considera que la mesa de diálogo que defiende ERC “ha llegado a su final” y que es un instrumento “perjudicial porque desmotiva internamente y silencia el caso catalán a nivel internacional”, según Aleix Sarri, miembro del equipo redactor de la ponencia política. Además, Junts reclama “priorizar mucho” los pactos electorales supramunicipales con partidos independentistas, al contrario del que mantienen con el PSC en la Diputación de Barcelona; y suprimir el impuesto de Sucesiones.
Borràs abrió el congreso y en su intervención volvió a dejar claro que no prevé abandonar la presidencia del Parlament, tal y como le piden ERC y la CUP. “Prestigiar el Parlament es actuar independientemente de las decisiones del sistema judicial español, que nos quiere arrodillados y atemorizados”, reivindicó. Borrás agradeció el “apoyo” popular recibido en las últimas horas y lanzó un mensaje indirecto al resto de partidos independentistas. “La falta de empatía y amparo en los momentos de máxima dificultad es la mayor muestra de inhumanidad y de indiferencia en el terreno institucional”. La presidenta del Parlament lamentó el aumento del número de “represaliados” por el procés hasta los 4.200, según Òmnium Cultural, y se incluyó en el recuento. “Esta cifra confirma que la represión es una estructura del Estado español y, creedme, sé de lo que hablo”.
El secretario general del partido, Jordi Turull, también defendió a Borràs, a quien dijo, “quieren hacer caer”. “Tendrán mucho trabajo para conseguirlo”, dijo el exconsejero de la Generalitat, “porque todos nosotros nos pondremos delante [para impedirlo]”. Turull, sin embargo, se centró en criticar la mesa de diálogo entre la Moncloa y la Generalitat. Los dos Gobiernos han acordado celebrar una nueva reunión a finales de julio, y desde Junts rechazaron caer a los “cantos de sirena” de la mesa. “Esta mesa sirve para quedar para volver a quedar”, resumió Turull, ante la falta de concreciones políticas y judiciales, según su punto de vista. “Para quedar, mejor que hagan un grupo de whatsapp, que es lo que hace la gente normal”, comparó entre los aplausos largos de los asistentes. El documento de la ponencia política de Junts reitera que la mesa de diálogo “no ha avanzado” y que llega “a su final”.
Turull dejó claro que la inesperada cita entre los representantes de La Moncloa y la Generalitat de Cataluña es una maniobra política de Pedro Sánchez para limitar la caída de la intención de voto al partido socialista. “No queremos hacer de socorristas del naufragio político socialista”, argumentó. “Ya conocemos a Pedro Sánchez, que para salvar La Moncloa es capaz de ahogar a Cataluña. Mientras discutían para quedar no han cesado los ataques a la lengua y el ahogo económico a la sanidad catalana”. Antes, Borràs también había reivindicado la capacidad de “hacer política en Madrid sin caer en el servilismo del PSOE”.
El partido trabajará durante el fin de semana para aprobar las ponencias organizativa, política, municipal y sectorial, que pretenden marcar algunas de las líneas maestras que asumirá el partido en el futuro. En este sentido, la comisión sectorial estableció la creación de una Agencia de Seguridad Nacional y el fin del impuesto de Sucesiones, entre otras medidas. “Este último punto ha tenido un apoyo absoluto”, defendió el exconsejero de Territorio, Damià Calvet. El documento también abre la puerta suprimir el impuesto de Patrimonio.
La ponencia de política municipal aprobó que Junts “priorice” acuerdos de gobierno con otros partidos independentistas en los pactos electorales en las instituciones superiores a los municipios y pidió al resto de grupos secesionistas asuman la misma posición. Cuestionado sobre si esta directriz pone en jaque el actual acuerdo en la Diputación de Barcelona, liderado por la socialista Núria Marin con el apoyo de Junts, Jordi Fàbrega, vicealcalde de la Seu, argumentó que la actual hoja de ruta “no revisa los pactos anteriores”, sino que tiene en las próximas elecciones municipales del 2023 su punto de partida. “Con el actual redactado, sería muy difícil ver un pacto como el que se alcanzó en la Diputación”, aseguró Fàbrega.
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